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PAUL O’NEILL, SECRETARIO DEL TESORO DE EE.UU.
Si éstos son los amigos...

O�Neill volvió a hablar y no dijo nada bueno para los deseos
del Gobierno que esperaba un apoyo, en dinero y en palabras, de EE.UU.

Paul O’Neill, secretario del Tesoro de Estados Unidos.
Mantiene una posición dura
con la Argentina.

Por Claudio Zlotnik

Paul O’Neill volvió a abrir la boca y generó desazón tanto en el Gobierno como en los mercados. El polémico secretario del Tesoro sugirió que ni Estados Unidos ni el Fondo Monetario Internacional otorgarán una ayuda adicional a la Argentina. Esta vez, quizás para eludir cualquier polémica, el funcionario evitó frases altisonantes y utilizó un lenguaje diplomático. Dijo que Fernando de la Rúa y Domingo Cavallo “están trabajando para poner en marcha sus propias iniciativas para crear las condiciones que le darán estabilidad a la economía argentina para seguir adelante”, dando cuenta de que más que apoyo financiero internacional el Gobierno deberá empezar por cumplir con el déficit cero. Los dichos del funcionario influyeron para una nueva caída de los títulos de deuda y el riesgo país se elevó hasta un nuevo récord: 2150 puntos.
En una entrevista concedida a The Wall Street Journal, el secretario del Tesoro dejó dos definiciones de suma importancia:
Descartó una ayuda adicional del FMI para llevar a cabo la reestructuración de la deuda. “La actual situación no permite llegar a esa conclusión” (enviar más dinero), respondió cuando se lo consultó al respecto. En el último acuerdo con la Argentina, el Fondo se comprometió a enviar 3000 millones de dólares para tal fin.
Desestimó la posibilidad de un efecto contagio a otros países emergentes en caso de un default argentino. “Creo que no estoy viendo la misma información que ustedes”, se limitó a decir cuando los periodistas le insinuaron que una cesación de pagos en la Argentina podría contagiarse a los países vecinos. En este tema coincidió el Banco Mundial. Nicholas Stern, vicepresidente de la entidad, subrayó que tras la crisis del ‘97, los inversores “están mucho mejor informados y siguen de cerca cuáles son las condiciones reales de cada país. El riesgo (de contagio) no es cero, pero es menor que hace cuatro años”.
Al mediodía, a la salida de un encuentro mantenido en la Casa Blanca, un grupo de periodistas volvieron a consultarlo por el caso argentino. Ahí también fue muy escueto pero, a la vez, muy tajante. Dejó en claro que tampoco Estados Unidos saldría al rescate. “El FMI ha sido el instrumento de preferencia para negociar con Argentina y trabajar con ellos. Y el proceso parece estar avanzando”, apuntó. Y añadió: “Nosotros seguimos mirando y estamos esperanzados en que funcione bien”.
Estados Unidos ha tomado una prudente distancia de la crisis argentina. Por lo menos en lo referente a sus autoridades económicas. Pero no hay que olvidar que O’Neill también se mostró muy duro hace tres meses, cuando Economía negociaba un socorro financiero para frenar la corrida contra los depósitos. En aquel momento, el secretario del Tesoro dijo que cualquier ayuda iba a tener que justificarla frente a los carpinteros y los albañiles norteamericanos, que no tenían por qué pagar con sus impuestos los supuestos descalabros fiscales de la Argentina. Sin embargo, en aquel momento terminó primando la postura del ala política de la administración Bush. Y aún no quedó establecido que ahora vaya a ser distinto, a pesar de las nuevas advertencias de O’Neill.
Frente a esta interna que se da en el seno del gobierno estadounidense, The Wall Street Journal se situó en la misma vereda que O’Neill. En un editorial, el diario preferido de los bancos de inversión internacional sentenció que la Casa Blanca debería resistirse a una nueva ayuda a la Argentina. Y planteó soluciones de fondo para la economía, que están muy lejanas a las pretensiones actuales del Gobierno. “Argentina necesita una nueva estrategia económica: menores impuestos, mayor flexibilidad laboral y una política monetaria más creíble”, señaló.
Al mismo tiempo, se declaró abiertamente a favor de una declaración formal de cesación de pagos. Cuanto antes encare el país esa realidad, antes podrá adoptar las reformas que hagan de Argentina un lugar más atractivo para invertir”, refrendó. Al respecto, la nota aparecida ayeraseguró que si el Tesoro o el FMI vuelven a rescatar a la Argentina, “ello sólo prolongaría a la larga la agonía para ese país y para todos los demás”. En todo caso, lo único que contrapesa semejante perspectiva es que el diario culpa al FMI de gran parte de los males argentinos. “Siempre fue partidario de mayores impuestos y una recaudación fiscal sin miramientos. Todo esto raramente promueve las inversiones o la toma de riesgos”, concluyó.

 

Rumbo a la recesión mundial

El Banco Mundial señaló que el mundo camina hacia la recesión y que los países pobres serán los más afectados, al dar a conocer las previsiones de la economía mundial para el 2002 contenidas en su informe anual. En el caso de Argentina y Brasil, el organismo considera que se verán más perjudicados por los problemas en los mercados de capital, en caso de que continúen, que por el impacto del debilitamiento del comercio mundial. Ello es así, afirma el Banco Mundial, por reflejo del elevado nivel de endeudamiento, público y privado, de estos países. En la crisis actual, señaló el Banco Mundial, los países más pobres han sufrido lo peor, ya que cayeron el comercio y el turismo y “los préstamos a los países en vías de desarrollo, con una tasa de riesgo más alta, prácticamente ha desaparecido en casi todos los casos, salvo los mejores deudores”. Como agravante para los 2800 millones de personas que viven con menos de dos dólares por día, señala el Banco, el desarrollo y los esfuerzos por luchar contra la pobreza, el sida, la mortalidad infantil y el analfabetismo pueden sufrir fuertes recortes como resultado de la recesión mundial.

 

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