Por José
Natanson
Pasaron 17 días de las
elecciones y la situación del Gobierno es cada vez más confusa.
Las eternas negociaciones con los gobernadores, los cambios en el gabinete
y la increíble dilación en el anuncio de las medidas no
sólo dispararon el riesgo país a niveles históricos:
también avivaron como nunca las internas de la Rosada, en una serie
de tironeos cruzados que, lejos de aclararse, no han hecho más
profundizarse en los últimos días.
No tengo más remedio
que admitirlo: esto no es lo que yo hubiera querido, dijo Chrystian
Colombo el lunes por la mañana a un diputado radical que, entre
indignado y sorprendido, lo llamó para consultarlo por los cambios
en el Gabinete: la designación de Daniel Sartor en Desarrollo Social,
de Hernán Lombardi en la nueva cartera de Turismo, de Patricia
Bullrich en Seguridad Social, y de José Dumón en Trabajo.
Hasta ese momento, Colombo había planeado una secuencia que comenzaría
con la firma de un acuerdo con los gobernadores, seguiría con el
anuncio de las medidas y concluiría con los cambios de funcionarios.
Desde luego, la irrupción de Cavallo desarmó el esquema
y aunque Colombo acordó apurar el recambio nunca imaginó
que sería justamente de esa forma: pensado originalmente para recuperar
la iniciativa luego de la paliza electoral, el impacto político
del recambio sólo contribuyó a avivar internas y se terminó
diluyendo en cuestión de horas.
Lo se, lo se. Pero acá
está Chrystian que va a hablar con ustedes todas las veces que
sea necesario, dijo De la Rúa. Fue ayer, en respuesta a un
reclamo de los gobernadores peronistas que, en clara alusión a
Cavallo, se habían quejado por algunos funcionarios
con los que, dijeron, era imposible conversar.
La puja entre Cavallo y Colombo es una grandes internas que queda pendiente.
Conciliador hasta el final, el jefe de Gabinete planteó desde un
primer momento la necesidad de cerrar un acuerdo con los gobernadores
como la única forma de generar una plataforma política desde
la cual relanzar el Gobierno.
Sin embargo, las dilaciones impulsaron al ministro de Economía
a cortar de golpe y sin consultar a nadie las negociaciones:
el viernes, en una sorpresiva conferencia de prensa, atacó a los
gobernadores peronistas, los amenazó con recurrir a la Corte Suprema
y, de paso, volvió a cargar contra Brasil. Resultado: en cuestión
de minutos desmoronó la cuidadosa estrategia trazada por Colombo.
A partir de ese momento, Cavallo se negó a compartir con el resto
del gabinete (e incluso con De la Rúa) los detalles del paquete
de medidas: la relación con Colombo está virtualmente arruinada
y la distancia con el Presidente es cada vez mayor. De hecho, algunos
integrantes del círculo íntimo de De la Rúa que
muchas anticipan con sus deseos las decisiones presidenciales aseguran
que Cavallo debe abandonar el Gobierno una vez que se anuncien las medidas.
Si sale el 50 por ciento
de lo que ella quiere, De la Rúa se queda sin ministro, le
dijo ayer José Dumón a un funcionario que le preguntó
por la puja con Bullrich en torno a las competencias de cada área.
El decreto que según fuentes cercanas a la ministra
ya estaría firmado por De la Rúa traspasa organismos claves
como el ANSES, la Superintendencia de AFJP y la de ART a la competencia
de Bullrich.
Faltaría definir si, como pretende Bullrich, también se
traspasarán los planes de empleo que hoy se encuentran bajo la
órbita de Trabajo. Y también qué sucede con la Agencia
Social: la ministra quiere absorber buena parte de los recursos de Desarrollo
Social. Naturalmente, Daniel Sartor resiste el vaciamiento de su cartera
y la puja, entonces, promete: aunque la considera una funcionaria eficiente
y leal, De la Rúa no suele tomar las decisiones de un día
para el otro, por lo que a la ministra le aguarda una ardua pelea.
No hay que entregarle
el Ministerio a los Gordos, había dicho Bullrich en los días
previos al enroque, cuando Colombo presionaba paradesplazarla, designar
a un dirigente radical de buen diálogo con los sindicalistas y
lograr la paz social con las dos CGT. Según aseguraban ayer cerca
de la ministra, el desembarco de Dumón confirma esta presunción:
en una de sus primeras declaraciones públicas, el ex diputado dijo
que para pedir la declaración jurada de los gremialistas estaba
la AFIP, marcando un contraste nítido con la estrategia confrontativa
de Bullrich. Ayer, Dumón recibió en la Rosada a un grupo
de sindicalistas, que resumieron su impresión sobre el nuevo ministro
en una frase. Con él sí se puede hablar.
Ya estaba devaluado,
pero ahora no existe, dice un ministro en referencia al titular
de Interior, Ramón Mestre. Aunque su papel siempre fue opaco, la
confirmación oficiosa de que Rafael Pascual lo reemplazará
en diciembre terminó de licuar los restos de poder que aún
conservaba. Según comentaban ayer en la Rosada, el hombre casi
no participó de las negociaciones de estos días. Es
increíble: lo único que le importa son las elecciones del
domingo en Corrientes, aseguraba ayer un ministro.
DURAS
CRITICAS DE MOYANO DURANTE UNA REUNION CON EL PRESIDENTE
Amenaza de paro tras dos horas de charla
Por Romina Calderaro
Hugo Moyano, titular de la CGT
rebelde, se lo advirtió al Presidente: Lo que decimos acá
adentro lo vamos a repetir afuera. Y para decidir si apoyamos el paquete
vamos a esperar que ustedes lo presenten oficialmente. Lo
importante es debatir, respondió Fernando de la Rúa
y despidió a la delegación de sindicalistas que lo visitaron
en la Casa Rosada para conversar sobre las nuevas medidas económicas.
Apenas lo abordaron los periodistas, Moyano dio su impresión de
la reunión: Nos vamos decepcionados, para nosotros es la
continuidad de un modelo económico que no nos va a sacar de esta
situación. Más conciliador, Rodolfo Daer, líder
de la CGT oficial, sostuvo que la CGT apoya y va a seguir apoyando
cualquier iniciativa que apunte a reestructurar la deuda externa
aunque aclaró que vamos a abrir juicio sobre el resto de
las medidas una vez que se conozcan.
La reunión empezó a las seis menos cuarto. De la Rúa
fue el único orador, pero estuvo acompañado por el jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, el secretario general de la Presidencia,
Nicolás Gallo, el vocero del Gobierno, Juan Pablo Baylac y el secretario
privado para Asuntos Especiales, Leonardo Aiello. Del otro lado del ring,
además de Daer y Moyano, estuvieron Carlos West Ocampo, Omar Viviani,
Francisco Gutiérrez, Alfredo Atanasof, Andrés Rodríguez,
Oscar Lescano y Francisco Barba Gutiérrez, entre otros.
Cada uno esperó pacientemente su turno para hacer planteos genéricos
sobre el modelo económico y específicos sobre sus respectivas
áreas. Fueron dos horas en las que el Presidente, a su vez, les
dio un pantallazo sobre las medidas económicas que ya trascendieron
aunque no fueron anunciadas oficialmente haciendo hincapié especialmente
en la reprogramación consensuada de la deuda externa
que, según confirmó, tendrá el respaldo del impuesto
al cheque.
No se puede confiar en un tipo como Cavallo para que reprograme
la deuda. Además, el problema sigue siendo el modelo. Mientras
mantengamos la Convertibilidad, no hay forma de salir de la crisis dijo
Moyano.
Bueno, lo que ustedes denominan el modelo tiene muchas aristas.
Y respecto del rumbo económico... el rumbo del Gobierno es buscar
el crecimiento respondió De la Rúa en uno de los tantos
diálogos de sordos que se sucedieron en el cónclave.
Lo noté más despierto que de costumbre. Por lo menos
escuchaba, satirizó uno de los presentes. Pero más
allá de las buenas intenciones de De la Rúa, a los sindicalistas
no les conformó la información que brindó el Presidente.
No dio detalles sobre las medidas y aunque le preguntamos, no dijo
nada del Presupuesto aunque sí confirmó que se mantendrá
el recorte salarial, resumió otro sindicalista. Y fue muy
específico sobre lo que ocurrirá si el país entra
en cesación de pagos. Si llegamos a tener default, van a
quebrar muchas empresas y va a caer el salario de la gente, dijo
el Presidente para convencer a los sindicalistas de que apoyen las medidas.
El panorama que describió que parece mucho a la Argentina
actual, ironizó un hombre de Moyano.
Casi hacia el final del encuentro, Daer le hizo saber al Presidente que
el nombramiento de Dumón al frente del ministerio de Trabajo fue
una medida acertada. Y tal vez como gesto de agradecimiento,
dijo a la salida que la CGT respalda la iniciativa de la reestructuración
de la deuda externa que plantea el gobierno nacional. El díscolo
Moyano, en cambio, salió diciendo que quedó decepcionado
con el encuentro y reiteró que le hicimos conocer al Presidente
que el 20 de noviembre vamos a hacer una gran movilización a la
Plaza de Mayo para recuperar nuestra identidad nacional. Quién
sabe si De la Rúa se habrá arrepentido de invitarlo a conversar,
café y agua mineral de por medio.
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