Por Gabriel A.
Uriarte
Desde
Washington
Paciencia, repiten una y otra
vez en el Pentágono ante los críticos que lo acusan de ser
demasiado moderado en su campaña contra los talibanes. En los últimos
días, el número de estos críticos ha aumentado dramáticamente
en las páginas editoriales norteamericanas, y lo seguirá
haciendo en tanto que no se vean resultados y se acerquen el invierno
y el mes de Ramadán, que empieza el 17. El Pentágono, por
motivos de seguridad, no puede explicar detalladamente por qué
la campaña no está perdida. Jon P. Dorschner, de la Academia
Militar, no está bajo esta restricción, y en diálogo
con Página/12 explicó los motivos para su optimismo. Y su
paciencia.
¿Cree que la campaña norteamericana ha sido un fracaso?
Antes que nada, recordemos que la región es muy compleja
y muy inestable. Creo que nuestro gobierno no debe apresurarse, sino que
debe cultivar la paciencia y preparar bien el terreno. Tenemos que ser
meticulosos en reclutar individuos, tribus y grupos étnicos a nuestra
causa. Si damos los pasos correctos, estos aliados serían muy valiosos.
Nuestra política debería estar limitada, al menos inicialmente,
a ciertos objetivos específicos; es decir, destruir la organización
de Osama bin Laden y derrocar a los talibanes.
¿Pero no cree que la continuación de los bombardeos
durante el mes sagrado de Ramadán solo empeorará el problema
al polarizar la opinión en Afganistán y la región?
De nuevo, no debemos apresurarnos, especialmente en juzgar este
asunto. En Pakistán, los medios presentan filmaciones dramáticas
de manifestantes barbados jurando a gritos su lealtad hasta la muerte
a Osama bin Laden y (el líder talibán) Mullah Muhammad Omar.
Es muy dramático, pero no es un criterio confiable para medir las
lealtades en la región. Creo que el gobierno pakistaní quedó
agradablemente sorprendido por la moderación de las manifestaciones.
Haría falta que crezcan fenomenalmente para hacer posible que Pakistán
abandone la coalición.
¿Y no cree que bombardear durante el Ramadán podría
gatillar esta reacción?
Todo lo que hemos visto hasta ahora demuestra que la gran mayoría
de los paquistaníes nunca simpatizaron activamente con Bin Laden.
Muchos dicen admirarlo, pero pocos están dispuestos a matar o morir
por él. En 1998, Bin Laden instó a los musulmanes en Pakistán
y Afganistán a atacar y matar norteamericanos, con muy escasos
resultados. Los partidos religiosos paquistaníes emplean manifestaciones
para intimidar a sus oponentes porque no cuentan con ningún apoyo
masivo. Jamás lograron más del 4 por ciento del voto popular.
Además, los comandantes de cuerpo del Ejército fueron nombrados
por el presidente Pervez Musharraf, y la tradición es que sus subordinados
los obedezcan ciegamente. Y la otra gran tradición del Ejército
paquistaní es el secularismo.
Pero en Afganistán se dice que las muertes civiles inclinan
a la población a apoyar a Bin Laden...
Pienso que todo indica lo contrario. Bin Laden y los talibanes impulsan
variantes muy extremas del Islam sin ningún arraigo en Afganistán,
con una arrogancia que insultó a las religiones locales. Segundo,
recordemos el grado extremo de represión y puritanismo que los
talibanes implementaron en Afganistán, como enterrar a gente viva
por crímenes. Por último, Bin Laden y sus seguidores árabes
viven en casa palaciegas, lo que es muy sentido en una sociedad afgana
azotada por la hambruna. Muchos de los hombres de Bin Laden cometen abusos
contra los afganos nativos, y Omar se rehúsa a castigarlos. Hubo
casos repetidos de violación que no fueroncastigados, lo que llevó
a asesinatos en venganza por afganos individuales. Por último,
los talibanes, de la etnia pashtún, ofendieron a todas las demás,
lo que explica por qué la Alianza del Norte cuenta con el apoyo
completo de los uzbecos y tajikos, entre otros.
¿Diría que esta hostilidad hacia los talibanes afecta
su capacidad de combate?
Nunca fue muy alta. Los talibanes capturaron gran parte del territorio
de Afganistán mediante los sobornos a señores de la guerra
locales. Es cierto que al principio gozaban de cierta popularidad porque
se creía que restaurarían el orden. Pero esto desapareció
desde hace tiempo, y casi nadie quiere unirse a sus filas. Ahora el ejército
taliban consiste de un pequeño núcleo de fanáticos,
entre números mucho mayores de conscriptos. Estos conscriptos son
reclutados a punta de fusil, y no tienen ninguna moral o disciplina. Por
lo tanto, los talibanes los usan para ataques frontales contra trincheras
y campos de minas, lo que lleva a bajas altísimas y deserciones
masivas. Así, el número de veteranos entre los talibanes
ha declinado inexorablemente. Muchos comandantes talibanes se han transformado
en señores de la guerra, ven que oponerse contra la coalición
no tiene sentido y están listos para cambiar de bandos.
Pero aun así harían falta ofensivas en tierra para
precipitar este cambio. ¿Cree que la coalición anti-talibana
Alianza del Norte es capaz? En principio, son bastante inferiores en número...
Sí, pero son voluntarios, están mucho mejor disciplinados
y entrenados. Los medios repiten una y otra vez que los talibanes controlan
el 90 por ciento del territorio, pero este control es muy tenue. Dependen
de su presencia militar: la Alianza del Norte siempre obtiene el apoyo
de la población cuando logra expulsar a los talibanes. La Alianza
dice que si pudieran establecer un control más firme sobre estas
áreas, podrían reclutar a miles más de soldados,
lo que equilibraría los números de ambos bandos. Lo que
piden ahora es un suministro regular de armas y munición de alta
calidad.
¿Cree que sólo con esto podrían derrotar a
los talibanes?
Las fuerzas talibanas jamás se han enfrentado a bombardeos
con artillería y aviones modernos. Tampoco se han enfrentado a
tropas bien equipadas con armas modernas. El terreno les da muchas ventajas,
pero hay que recordar que tanto las fuerzas paquistaníes como las
de la Alianza del Norte han combatido en este tipo de terreno con mucha
mayor eficacia que los talibanes. En el caso de los soviéticos,
ellos fueron derrotados porque no adaptaron sus tácticas al terreno.
Primero emplearon enormes fuerzas mecanizadas en un país con pocas
carreteras. Cuando pasaron a los ataques con helicópteros, fueron
derrotados por el suministro de misiles antiaéreos. Creo que ahora
debemos continuar extendiendo apoyo logístico y militar a la Alianza
cuyos miembros también son musulmanes, trabajar con
Pakistán, especialmente su ejército, y tener paciencia.
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