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EE.UU. HABRIA BOMBARDEADO UN HOSPITAL, MIENTRAS CONCENTRA FUERZAS
Tierra arrasada, coalición desprestigiada

Los talibanes mostraron ayer a
la prensa los restos de un hospital, presumiblemente perteneciente a la Media Luna Roja, que habría
sido bombardeado por fuerzas norteamericanas. Quince personas murieron y 25 fueron heridas.

Aspecto de las ruinas en Kandahar, donde el fuego aéreo de EE.UU. habría destruido un hospital.

Por Richard Norton- Taylor, James Meek y Julian Borger *
Desde Londres, Jabal Sarja (Afganistán) y Washington

El Pentágono arrasó ayer posiciones talibanas al norte de Kabul en medio de informes de una sustancial e inminente acumulación de fuerzas de Estados Unidos en Asia central dirigida a cambiar el rumbo de la guerra afgana. En el primer uso que se reporta de arrasamiento norteamericano con bombas, aviones B-52 basados en la isla británica Diego García en el Océano Indico lanzaron docenas de descargas alrededor de la base aérea de Bagram, en manos de la opositora Alianza del Norte, pero rodeada por fuerzas talibanas. Las bombas alisaron un cerro en poder de los talibanes en las colinas de Tutakhan, un lugar estratégico con vista al camino principal al sur de las líneas de la alianza en Kabul. En la segunda ola de bombardeos, se podían ver una serie de explosiones al oeste de Rabat, en y alrededor de Estarghech, una posición talibana al pie de las montañas que rodean la fértil planicie de Shomali.
Un comandante de la oposición, identificado como Rallozai, dijo que los ataques fueron los más concentrados hasta ahora, aunque algunas bombas no acertaron en los blancos, según informó la agencia de noticias Reuters. En la sureña ciudad de Kandahar, los talibanes llevaron a los periodistas a una clínica seriamente dañada que afirmaron que había sido bombardeada por Estados Unidos, y que pertenecería a la Media Luna Roja. Un cráter producido por una bomba era visible en el complejo del hospital y un médico, Obeidallah Hadid, dijo que 15 personas habían resultado muertas y 25 seriamente heridas. A los periodistas no les mostraron ningún cuerpo, pero si unos pocos heridos. Un vocero del Pentágono, almirante John Stufflebeem, confirmó que pilotos de Estados Unidos habían llevado a cabo ataques aéreos del tipo “garrotazo largo”, un término de la fuerza aérea para nombrar a los bombardeos de arrasamiento, pero dijo no tener información sobre el bombardeo al hospital.
Estados Unidos dijo que usó 70 aviones de ataque y “entre cinco y siete” bombarderos de largo alcance en una campaña intensiva posterior a las quejas de los comandantes de la Alianza del Norte de que no estaban atacando a los talibanes con suficiente fuerza alrededor de Kabul y la ciudad estratégica de Mazar-i-Sharif, al norte. El Pentágono dijo ayer que estaba considerando desplegar aviones de ataque basados en tierra en Asia central, casi seguramente Uzbekistan y Tajikistán, donde Estados Unidos ya está llevando a cabo operaciones de apoyo. El secretario de Defensa Donald Rumsfeld debía partir mañana hacia Moscú y otros países no especificados de Asia central, en un viaje preparado de improviso. Esta visita incluiría conversaciones sobre el posible despliegue de más fuerzas en la región, dijo una fuente del Pentágono. El general Tommy Franks, comandante norteamericano de la campaña, también visitó Uzbekistán en los últimos días.
Los bombardeos de ayer ocurrieron después que Rumsfeld dijera que “un muy modesto número” de tropas de Estados Unidos, seguramente fuerzas especiales, estaban en el norte de Afganistán junto a la Alianza del Norte, y habían “entrado y salido” del sur de Afganistán, trabajando con los antitalibanes en esas zonas. Tanto Estados Unidos como Gran Bretaña han dejado en claro que no quieren que la Alianza, muy resistida por Pakistán, tome Kabul. Pero no pondrían objeciones a que tome Mazar, cerca de la frontera de Uzbekistán. En Tashkent, la capital de Uzbekistán, el canciller belga Louis Michel dijo que “Afganistán necesita una amplia coalición que represente a todos los grupos étnicos”.
El canciller uzbeko Abdulaziz Kamilov rechazó ayer cualquier rol de los talibanes en el futuro gobierno afgano: “Todos los grupos étnicos deberían participar en el nuevo gobierno de Afganistán, incluyendo los pashtunes... pero por pushtunes, no queremos decir talibanes”, aclaró. En Bruselas, la Unión Europea decidió levantar el embargo del abastecimiento de armas a las fuerzas opositoras en Afganistán.

* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

 

Claves

Estados Unidos realizó bombardeos de tierra arrasada en Afganistán.
Los talibanes afirman que Washington destruyó un hospital, matando a 15 personas e hiriendo a 25.
EE.UU. y Gran Bretaña preparan una gran operación terrestre, pero recién para el año que viene.
300 millones de dólares en oro y plata se encontraron bajo las ruinas en Nueva York, mientras moría la infectada de ántrax pulmonar y se reforzaba la seguridad de las centrales nucleares.

 

LA GRAN INVASION SERIA RECIEN EL AÑO QUE VIENE
Allá vamos, pero falta mucho

Por Richard Norton-Taylor
Desde Londres

Fuentes de defensa británicas revelaron ayer que Gran Bretaña y Estados Unidos están discutiendo planes para una invasión terrestre de gran escala a Afganistán desde el norte. Pero dejaron en claro que la invasión no se concretaría antes de la primavera, que empieza en abril. Los planes –ya diseñados por el Pentágono– serían el último recurso y se realizarían si los bombardeos, las futuras incursiones sorpresa por fuerzas especiales y los intentos de cooptar a líderes pashtunes de los talibanes, no lograran el colapso del régimen, dijeron las fuentes. Luego de 25 días de bombardeos, hasta ahora no hay pruebas de que los talibanes estén colapsando.
“La situación (lanzar una invasión terrestre) va a darse cuando necesitemos hacerlo pero todavía no hemos llegado a ese punto”, dijo anoche un funcionario de Defensa. La perspectiva de un ataque terrestre se planteó en una conferencia de prensa conjunta en Washington a principios de esta semana entre el secretario de Defensa británico Geoff Hoon y su par estadounidense Donald Rumsfeld. “Nosotros no tenemos nada parecido a las fuerzas terrestres que tuvimos en la Segunda Guerra o en Corea o en la Guerra del Golfo, pero no lo hemos descartado”, dijo Rumsfeld, quien luego reiteró el tema al enfatizar: “Estados Unidos no ha excluido el uso de tropas terrestres”. Hoon dijo: “Nosotros tampoco”. Hoon afirmó que ese tipo de invasión debe esperar hasta la primavera. Reconociendo que se están quedando sin tiempo para un despliegue terrestre este año, Hoon dijo a Sky News: “El tiempo se está acabando. Limita la oportunidad de ciertos tipos de operaciones”.
Tom Daschle, líder de la mayoría del Senado norteamericano, también apuntó ayer a la perspectiva del despliegue de numerosas tropas terrestres. “Puede que sean necesarios esfuerzos terrestres adicionales y si es necesario estoy seguro que el presidente va a informarle al Congreso sobre la importancia de hacerlo”, dijo. Funcionarios próximos a las conversaciones de Rumsfeld y Hoon dijeron anoche que las discusiones se concentraron en cómo continuar con la presión sobre al-Qaeda y las fuerzas talibanas. Hoon y Rumsfeld trataron la posibilidad de que las fuerzas especiales británicas y norteamericanas lleven adelante otras incursiones sorpresa en Afganistán durante el invierno. La calidad superior de equipamiento puede darles una ventaja incluso contra fuerzas nativas incluso en clima frío, sostuvieron las fuentes de Defensa.
Las fuentes admitieron ayer que ambos gobiernos están preocupados porque se están quedando sin blancos para ataques aéreos. “No queremos crear anarquía en Afganistán”, dijo un funcionario de Defensa. Los funcionarios militares británicos, en particular, están preocupados por el hecho de que los esfuerzos por lograr buena información de inteligencia siguen siendo un fracaso, y admiten que los ataques sorpresa realizados por la noche dos semanas atrás por fuerzas especiales fallaron, cuando las tropas fueron forzadas a huir al enfrentarse con las milicias talibanas.
Los comandantes británicos son más cautos que sus pares norteamericanos respecto de las operaciones terrestres, enfatizando los peligros de realizar ataques sorpresa sin la adecuada preparación de inteligencia. Una alternativa puede ser alentar a la Alianza del Norte a aumentar su control en el norte, mientras los ataques sorpresas y otras operaciones encubiertas –incluidas las llevadas a cabo por agentes de la CIA y de Pakistán– debiliten a los talibanes en el sur. En Londres el líder del partido conservador británico, Iain Duncan Smith, advirtió que podría necesitarse un “esfuerzo mayor” en tierra.

Traducción: Giselle Cohen

 


 

Polvo y muerte de retaguardia

Parece otra vez más de lo mismo, con la diferencia de que en la sede de la presidencia de Israel se encontró un sobre con polvo que podría ser ántrax y el edificio tuvo que ser evacuado. Por otro lado, en Medio Oriente fue otro día en que los dichos se negaron con los hechos: el primer ministro Ariel Sharon afirmó su intención de conducir todas las negociaciones de paz –pero sólo después que concluya la rebelión palestina–, y, como muestra de firmeza, el ejército de Israel mató ayer a seis palestinos, dos militantes del grupo integrista islámico Hamas –que amenazó con vengarlos– y a miembros del movimiento Al Fatah. Por el lado palestino, Yasser Arafat también anunció que quiere la paz, pero su asesor Ahmed Abdel-Rahman fue categórico al sostener que “no habrá cese del fuego mientras los israelíes estén invadiendo nuestros pueblos y ciudades”. En tanto, el rabino israelí Benny Elon, diputado del partido ultranacionalista Moledet (Patria), prestó juramento ayer para suceder al ministro de Turismo asesinado Rehavam Zeevi.

 

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