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LA JUSTICIA ANULO UN DECRETO DE DE LA RUA SOBRE EL JUEGO
Con las tragamonedas a otra parte

Según el fallo, ya no podrá haber ese tipo de máquinas en los bingos porteños. El gobierno de la ciudad también se opone.

Las máquinas tragamonedas se convirtieron en eje de pelea del gobierno porteño y el nacional.

Por Eduardo Videla

En la pelea por la instalación de las máquinas tragamonedas en la Ciudad de Buenos Aires, el gobierno nacional perdió el primer round. Una jueza federal declaró nulo el decreto por el que el presidente Fernando de la Rúa autorizaba el funcionamiento de esos equipos en locales porteños. Según el fallo, al que accedió a este diario, el decreto presidencial “intenta burlar la legislación vigente (en la ciudad) mediante el artilugio de considerar que los tragamonedas son una forma tecnológicamente novedosa de la raspadita”.
La sentencia fue dictada por la jueza en lo Contencioso Administrativo Clara María do Pico ante una acción de amparo presentada por el legislador porteño Atilio Alimena. La magistrada resolvió además un pedido similar, presentado por la diputada nacional Alicia Castro (Frente para el Cambio), que pedía suspender la resolución que autorizaba la instalación de las máquinas tragamonedas en los cinco bingos de la ciudad de Buenos Aires.
La resolución compromete al propio presidente De la Rúa, a quien la diputada Castro denunció por incumplimiento de los deberes de funcionario público, por su responsabilidad en la firma del decreto 494/01, que autorizaba la instalación de los tragamonedas en la ciudad de Buenos Aires, donde su funcionamiento está expresamente prohibido. La jueza Do Pico admitió como prueba la documentación presentada por la diputada Castro: “Las máquinas electrónicas tragamonedas habrían sido importadas con anterioridad al decreto 494”.
El conflicto surgió en abril, cuando De la Rúa autorizó a la Lotería Nacional a implementar juegos de resolución inmediata por medio de máquinas electrónicas en territorio porteño, el único lugar donde el organismo estatal tiene jurisdicción. La reacción no se hizo esperar: la Procuración de la ciudad, la Defensoría del Pueblo y el abogado Ricardo Monner Sans presentaron recursos en contra. Los argumentos: que la Constitución porteña le atribuye a la ciudad el control y la regulación de los juegos de azar, y que la ley 538, que reglamenta esa atribución, no autoriza las máquinas tragamonedas.
Los tres recursos fueron rechazados y están en apelación en la Cámara. Pero la presentación de Alimena –en julio último– tuvo mejor suerte. La jueza consideró como “vicios” del decreto su referencia al decreto 801 de 1991, que encomendaba a Lotería Nacional la implementación de “una modalidad de resolución inmediata, conocida como raspadita”. Ahora, el decreto de De la Rúa entiende que las máquinas tragamonedas son “una forma tecnológicamente novedosa del juego de la raspadita”.
“Las máquinas tragamonedas nada tienen de novedoso y existieron con mucha anterioridad al dictado del decreto del ‘91”, argumentó la jueza. Y agregó: “Pareciera más bien una forma de introducir en la ciudad de Buenos Aires y en contra de las disposiciones específicas, una modalidad de juego absolutamente diferente y no autorizado”.
La jueza también desestimó los argumentos de Lotería, de que la recaudación tiene como destino la asistencia social. “El decreto 901/91 destinaba un porcentaje no inferior al 12,50 de lo recaudado, mientras que el 484/01 dedica (solo) el 2 por ciento”.
La resolución judicial es sólo un capítulo de la batalla por las tragamonedas: puede ser apelada por Lotería. “El Estado nacional puso en total 23 abogados en esta demanda, del Ministerio de Acción Social, de Lotería y de la Procuración del Tesoro”, dijo a Página/12 el diputado Alimena, del Partido Demócrata.
En el Ejecutivo porteño, el fallo se recibió con satisfacción. “Nos parece muy importante que la justicia reconozca la jurisdicción de las autoridades de la ciudad en materia de juegos de azar”, dijo a este diario el jefe de Gabinete, Raúl Fernández. El funcionario adelantó que “el gobierno de la Ciudad va a ser inflexible en la aplicación de las norma y en cuanto se detecte una máquina tragamonedas funcionando, inmediatamente vamos a clausurar el lugar”. Lotería Nacional ya había previsto eventuales conflictos por la instalación de las máquinas: en una resolución interna, a la que tuvo acceso este diario, obliga a los dueños de los bingos a renunciar a cualquier demanda judicial por daños y perjuicios derivada de la aplicación de las leyes vigentes en la ciudad.

 


 

UNOS 650 CHICOS JUGARON AL AJEDREZ EN PLAZA DE MAYO
Simultáneas en la Pirámide

“Estaba con el codo en la mesa, me di vuelta sin querer y se me cayeron todas las fichas. Encima, iba ganando”, se lamentó Micaela, de cuarto grado de una escuela de Chacarita. Como ella, más de 600 chicos de escuelas públicas porteñas coparon la Plaza de Mayo para jugar las Simultáneas de Ajedrez organizadas por la Secretaría de Educación de la Ciudad, aunque no todos terminaron con las piezas en el suelo. A pleno sol, los niños –sentados en bancos alrededor de la Pirámide– mostraron cómo juegan a pensar. O, lo que es lo mismo, cómo piensan para jugar.
Daniel Justel, uno de los coordinadores del área Ajedrez de Instancias Educativas Complementarias, explicó a Página/12 los beneficios de esta actividad. “Los chicos tratan de comprender cuáles son los planes del otro y de inventar sus propias estrategias”, señaló. Además, recalcó que la violencia “que se expresa con empujones o juegos de mano, se canaliza a través del tablero”.
El programa abarca los talleres que se dictan en 150 escuelas comunes, seis de educación especial, tres secundarias, una de adultos y diez jardines de infantes, con 14.000 participantes. También incluye los encuentros de ajedrez de los sábados, a los que asisten cerca de 300 chicos.
Las simultáneas implican que un maestro juegue paralelamente con varios chicos, lo que les da más tiempo para pensar. “Moví la torre para ver si me la comía, pero al final me hizo jaque con el caballo. Ahora, me conviene mover el rey”, comentó muy segura Melanie, alumna de primer grado.
En esta ocasión, se puso en marcha la iniciativa de la Primer Olimpíada de Ajedrez Escolar –por un convenio entre la Secretaría de Educación porteña y la Asociación Miguel Najdorf– que comenzará a fin de este año.
En diálogo con este diario, Daniel Filmus informó que las simultáneas forman parte de la Campaña por la Paz, que sigue hasta el fin del ciclo lectivo. “Son para expresar una síntesis del trabajo que se hace durante el año. Además, la idea fue poner al ajedrez como contracultura de la cultura de guerra que hay en el mundo”, indicó. También opinó que “el gran desafío es conjugar las políticas progresistas con la eficiencia” y recalcó que en 2002 más escuelas medias formarán parte del proyecto.
Cerca de las 12, los chicos guardaron los 650 tableros donados por una empresa. Antes, Agostina había confesado: “Quiero ser campeona para poder ganarle siempre a mi papá”. El riesgo país sobrepasaba los 2000 puntos. Pero los chicos, por unas horas, le hicieron jaque mate a los problemas.

 

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