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Por K. M. El mayor don que se le
puede descubrir a un instrumento musical es el de ser la prolongación
de uno mismo. Yo logré tocar como si cantara, y esa posibilidad
expresiva es maravillosa, arranca sin pausa Rubén Mono
Izarrualde. Quien haya escuchado la forma en que el músico hace
cantar a su flauta traversa, sabe de lo que está hablando. Quizás
ese sea el secreto de una marca personal que Izarrualde supo imprimir
a un vasto repertorio de la música popular argentina. A lo largo
de su carrera formó parte de la mítica MPA (Músicos
Populares Argentinos), del grupo El Chango y La Manija junto a Farías
Gómez, y del trío con Lito Vitale y Lucho González,
entre otras formaciones. Ahora está abocado a la presentación
de su nueva criatura: Monotributo, el trío que integra junto a
su hijo, el baterista Jerónimo Izarrualde, y el bajista Eduardo
Pandolfo. El nacimiento llega compartido, ya que actúan junto al
Terceto, la agrupación que integran el baterista Norberto Minichilo,
Hernán Ríos en piano y Norberto Córdoba en bajo.
El ciclo se llama 2 x 3 = música (el juego de palabras evita el
seis, difícil número para un compás) y se presenta
hoy y todos los jueves de noviembre en el teatro Santa María, Montevideo
842, a las 20.30. |
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