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“EL HIJO DE LA NOVIA”, RUMBO AL OSCAR
Saludarán en el atrio

El film de Juan José Campanella, con Ricardo Darín, Héctor Alterio y Norma Aleandro, le ganó a �La ciénaga� la votación que definió la propuesta argentina para el Oscar a la Mejor Película Extranjera.

Una escena del film de Juan José Campanella, que ha sido visto aquí
por 1.200.000 espectadores.

Por Horacio Bernades

Y la elegida fue... El hijo de la novia. En la votación para elegir la aspirante local al Oscar, la accesibilidad, los elementos de comedia y el sentimentalismo de la película dirigida por Juan José Campanella se impusieron por sobre la árida singularidad de La ciénaga. Ahora queda en manos de la Academia de Hollywood decidir si el film protagonizado por Ricardo Darín será uno de los cinco que compitan el 24 de marzo de 2002 en el rubro Mejor Película Extranjera. La elección argentina estuvo en manos de un jurado integrado por personalidades vinculadas con la cultura y las artes visuales, y se conoció durante un escrutinio celebrado ayer al mediodía, en las instalaciones de la escuela de cine que depende del Incaa.
Tal como se esperaba, la elección se polarizó entre El hijo de la novia y La ciénaga. La fuga, que en las estimaciones previas aparecía como tercera en discordia, se lleva el premio consuelo de haber sido elegida para representar a la Argentina en los premios Goya. Trece votos para El hijo de la novia y nueve para La ciénaga hablan de una elección disputada. El escrutinio, voto a voto y en alta voz, no careció de su cuota de suspenso, aunque de algún modo se olía cuál sería, finalmente, la elegida. Con presencia de algunos de los votantes, el acto estuvo encabezado por el director nacional de cinematografía, José Miguel Onaindia; el secretario
de Cultura, Darío Lopérfido; y la guionista Aída Bortnik, en su carácter de presidente del jurado. Para garantizar transparencia, un escribano tuvo a su cargo la apertura de la urna respectiva y de los sobres lacrados que contenían el voto de cada miembro del jurado.
Sin polvillos blancos a la vista, el primer voto fue para El hijo de la novia. Pero enseguida La ciénaga emparejó, hasta que el film de Campanella comenzó a obtener la “luz” necesaria para imponerse. En breve alocución introductoria, Lopérfido vio en el rumbo al Oscar un nuevo indicio de que la del cine es una “gran industria posible en la Argentina”. Lo de “posible” tal vez tenga que ver con que la producción se encuentra en estos momentos en estado de congelación, en espera de fondos genuinos que el Ministerio de Economía no termina de liberar. Onaindia, por su parte, puso el Oscar en línea con la seguidilla de premios, estrenos en el exterior y repercusión crítica que el cine argentino viene obteniendo en el mundo a lo largo del año. Seguidilla que empezó, justamente, con el premio obtenido por La ciénaga en Berlín, y de la que El hijo de la novia, galardonada en Montreal y actualmente en competencia en el Festival de Valladolid, no estuvo, por cierto, ausente.
Conviene recordar que la película postulada deberá vérselas ahora con alrededor de una cincuentena de films, de donde surgirán los cinco que integren la terna respectiva. El 12 de febrero de 2002 se sabrá cuáles son las elegidas, y el 24 de marzo, la ganadora. El método de selección decidido por Onaindia perfeccionó el del año pasado, cuando los “notables” convocados fueron sólo cinco. Esta vez, el jurado presidido por Bortnik (elección lógica, en tanto la guionista de La historia oficial es miembro de la Academia de Hollywood) tuvo al actor Arturo Puig como vicepresidente y estuvo integrado por 24 personalidades, provenientes de distintos ámbitos. Si se suman los votos obtenidos por El hijo de la novia y La ciénaga se obtendrá un total de 22. Ocurre que dos de los miembros del jurado (el realizador Oscar Barney Finn y el director de arte Emilio Basaldúa) no emitieron sus votos, por razones que se ignoran.
De la lectura del listado respectivo (ver detalle aparte) salta a la vista que los miembros del jurado no provienen en su totalidad del ámbito cinematográfico. Junto a realizadores, productores, actores, técnicos y hasta críticos de cine, aparecen entre los votantes guionistas y realizadores de televisión, así como periodistas especializados en ese mismo medio o en el área de cultura. Como ocurre inevitablemente en estoscasos, podrá discutirse la pertinencia y/o antecedentes de algunos de los integrantes. Los más detallistas harán cuentas y sumarán cinco integrantes vinculados con el ámbito de la televisión. Lo cual podría haber tenido cierta incidencia en el resultado final, teniendo en cuenta que El hijo de la novia cuenta con producción de la empresa que dirige Adrián Suar y aparece como mucho más afín al gusto televisivo que La ciénaga.
Pero son meras especulaciones. El hecho concreto es que, ante la falta de una Academia de Cine local –que es lo que su par hollywoodense sugiere a la hora de elegir la representante al Oscar–, el criterio de seleccionar gente proveniente de distintos rubros no desentona. Desde ya que se logró prevenir el escándalo de años anteriores, que alcanzó su pico en 1998, con la elección de una película más española que argentina (Tango, de Carlos Saura) y 1999, cuando la tortuga Manuelita se coló a paso rápido, en ambos casos de la mano del consorcio integrado por Argentina Sono Film y el grupo Telefé. Sin llegar a esas simas, la elección del año pasado, cuando Felicidades dejó en el camino a Nueve reinas, también quedó abierta a la discusión.
Más allá de subjetividades, conviene tener presente que lo que se está eligiendo no es la mejor película del año sino la candidata argentina al Oscar. Basta repasar las más recientes ganadoras del rubro respectivo (La vida es bella, Todo sobre mi madre y El tigre y el dragón) para comprobar que, mejores o peores, se trata en todos los casos de películas que no chocan con la sensibilidad o el gusto de la Academia de Hollywood. En ese punto, no parece haber mucho lugar para la discusión. Está claro que a Hollywood y su Academia les gustan las películas donde se ríe y se llora, así como aquellas que respetan el modelo clásico de narración. En una palabra, películas como El hijo de la novia, no como La ciénaga.

 

El jurado

Designados en forma directa por José Miguel Onaindia, los integrantes del jurado que tuvo a su cargo la selección de la película fueron: la guionista Aída Bortnik (presidente), el actor Arturo Puig (vicepresidente), los realizadores Martín Rejtman, Teresa Costantini, Oscar Barney Finn, Alejandro Maci, Marcelo Céspedes y Beda Docampo Feijóo, los productores Oscar Kramer, Axel Pauls y Marcelo Altmark, la actriz Ana María Picchio, el guionista de televisión Leonardo Becchini, la realizadora y productora de televisión Clara Zapettini, el músico José L. Castiñeira de Dios, los periodistas Hugo Beccacece y Laura Ubfal, el periodista y empresario Carlos Morelli, los críticos cinematográficos Luciano Monteagudo y Sergio Wolf, los técnicos Claudio Reitter (asistente de dirección) y Carlos Ferro (director de fotografía) y los directores de arte Emilio Basaldúa y Marcelo Salvioli.

 

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