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DINAR LINEAS AEREAS

VIOLENTA REACCION DE LA CITY AL CANJE DE DEUDA: RIESGO PAIS EN 2441 PUNTOS
Cavallo y los bancos se tiran con todo

La propuesta de reestructuración de deuda fue recibida por los financistas con versiones de renuncia de Cavallo y de feriado bancario pasado mañana, rumores desmentidos. El riesgo país se disparó hasta los 2500 puntos; el call llegó al 300 por ciento anual; se reinició la fuga de depósitos y la caída de reservas.

Por Claudio Zlotnik

El jueves a la tarde, un par de horas antes del anuncio del nuevo paquete de medidas, los principales banqueros se comunicaron con los gobernadores justicialistas de las provincias más chicas. El mensaje fue concreto: el plan no iba a contar con el respaldo de los bancos. Al mismo tiempo, formularon un pronóstico que enmudeció a los mandatarios: la suerte de Domingo Cavallo estaba echada y, sin respaldo, su caída era cuestión de tiempo. La anécdota refleja la fuerte oposición que originó entre los financistas el proyecto para reestructurar la deuda a tasas más bajas, una medida que disminuirá las ganancias de las entidades. Algunos banqueros ya hablan de una “guerra” contra el mediterráneo. El anuncio del canje, al que los financistas califican de “compulsivo”, provocó nerviosismo en los mercados. El riesgo país tuvo un cierre record de 2441 puntos, aunque el máximo del día fue de 2522, con un derrape de los títulos públicos del 8 por ciento y del 2,8 por ciento de las acciones. No obstante, el dato financiero más preocupante fue la aceleración de la huida de depósitos: el miércoles pasado (último dato disponible) de los bancos se fueron 686 millones. El hecho de que la tasa interbancaria tocara ayer el 300 por ciento anual permite avizorar que la salida de depósitos habría continuado. Señales de cómo se desarrollarán las próximas jornadas si el objetivo es desestabilizar al mediterráneo.
Aunque hay banqueros que prefieren bajarle el tono a la disputa con Cavallo, lo cierto es que los hombres del sistema financiero se encuentran en un estado deliberativo permanente. Hasta dos horas antes de los anuncios presionaron para que Cavallo aceptara su propuesta de trueque. En esas gestiones de último momento, el interlocutor de los financistas fue el viceministro Daniel Marx, el funcionario que mejor entiende las inquietudes de la city. En su oferta, los bancos aceptaban tomar nuevos títulos de la deuda al 7 por ciento anual. Pero a cambio reclamaban que la diferencia entre ese costo y el de los “viejos” bonos se capitalizara. Una operación que serviría para patear para adelante el problema de la deuda pero no lo resolvía, al estilo de lo que se hizo en el megacanje. Cavallo desairó a los banqueros y a su segundo y se inclinó por el proyecto ideado por su asesor Horacio Liendo: bajar el costo de la deuda sin capitalización.
Enterados de la decisión que había tomado el ministro, los responsables de los principales bancos de la plaza financiero decidieron faltar a la convocatoria en el Banco Nación. Y siguieron los discursos en la sede de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), en plena city. Desde allí, pidieron una urgente reunión con Roque Maccarone, presidente del Banco Central, que se concretó ayer en el edificio de Reconquista al 200. En el encuentro con el funcionario, los banqueros plantearon amargamente sus quejas por el canje y reclamaron una ayuda del Central para hacer frente a la corrida: una flexibilización para cumplir con los encajes. Maccarone accedió.
Según expresan los financistas, el canje de la deuda propuesto por Cavallo aumenta la incertidumbre sobre el futuro de la economía. Y una muestra de ello es la advertencia que plantearon las calificadoras de riesgo internacionales. Precisamente, una de ellas, la inglesa Fitch bajó la nota argentina –de “CCC-” a “CC”– y la dejó a un paso del default. Un hecho que, advirtió la agencia, ocurrirá “a menos que los nuevos bonos sean garantizados por instituciones multilaterales”. Al mismo tiempo que Fitch divulgaba su comunicado, el riesgo país escalaba hasta 2522 puntos. Un pico desde el cual descendió recién cuando el Grupo de los Siete y el FMI dieron un tibio respaldo a las medidas (ver página 5).
En medio de la incertidumbre, una ola de rumores sacudió a la city, dando cuenta desde la posibilidad de la renuncia del ministro de Economía hasta un posible feriado bancario, pasado mañana. Esto último fue desmentido en forma oficial por el Banco Central. Igualmente, el martes los bancos estarán cerrados por el Día del Bancario. Por otra parte, según fuentes bancarias, la huida de depósitos continuó ayer a un ritmo similar al del miércoles, cuando empresas y particulares sacaron de los bancos 333 millones. También bajaron las reservas en 389 millones
La guerra Cavallo-banqueros encuentra a un ministro jugando su última carta para sacar a la Argentina de la depresión económica. Y a los financistas oponiéndose a ser ellos el centro de un ajuste. Para ganar la pulseada, están dispuestos a agitar fantasmas. En diálogo con Página/12, el director de uno de los bancos líderes expresó sus advertencias:
“Nos piden un esfuerzo mientras los políticos siguen bailando en la cubierta del ‘Titanic’”.
“Habría que hacer un ajuste de 6000 millones para cumplir con el Déficit Cero”.
“Ese objetivo sería lograble en caso de una gran comunión política, empezando por el acuerdo entre la Nación y las provincias”.
“Si no se cumple con esa meta, el Producto caerá 10 por ciento en 2002. Un canje traumático nos llevaría a ese escenario”.
Desde el Palacio de Hacienda también plantearon su visión.
“No existen los bancos en los cementerios. A ellos no les sirve de nada un desenlace fatal.”
“Si rechazan la operación podríamos computar los ‘viejos’ títulos a valores de mercado.” (Esta maniobra afectarías el patrimonio de los bancos). No obstante, el ministro permitirá que los nuevos bonos sean computados al 100 por ciento de su valor, algo que ahora no sucede. Y que esa ganancia de capital estará exenta del impuesto a las Ganancias.
Jugadores independientes de la pelea, como consultores económicos, dijeron a este diario que las entidades financieras terminarán por aceptar la transacción. Y que, en todo caso, el futuro de Cavallo y de la economía se jugarán en la evolución de los depósitos y en el grado de aceptación que la operación tenga entre los inversores del extranjero.

 

Frenkel y los frutos

El flamante asesor de Domingo Cavallo, el estadounidense Jacob Frenkel, justificó la reestructuración de la deuda encarada por el ministro, al señalar que esa es la condición para que la economía vuelva a crecer. Además, el ejecutivo de Merrill Lynch, pidió a los inversores internacionales hacer un esfuerzo para entender la operación que puso en práctica la Argentina. “Por la consideración de que un efecto dominó pueda aparecer, es importante que los mercados aprecien que Argentina tomó la iniciativa en sus propias manos y básicamente dijo: resolvamos los problemas entre nosotros –acreedores y deudores– dentro y fuera del país”, advirtió Frenkel en declaraciones a la cadena CNN. Pese al entusiasmo mostrado por el canje, Frenkel señaló que “los frutos no se verán de un día para el otro”, y estimó que hasta que ello ocurra la economía podría ser auxiliada con fondos provenientes de los organismos multilaterales de crédito. Por último, destacó que el plan del Gobierno es un “gesto noble” ya que “lanzó un programa sin salir a pedir dinero”, aunque advirtió que “el crecimiento es lo único que puede asegurar a los acreedores que hay capacidad de pago”.

 

NICOLAS GALLO DESAFIO A LOS FINANCISTAS QUE SE OPONEN AL CANJE
“Los especuladores externos van a perder”

Los principales bancos de inversión guardaron cautela en las últimas horas y se cuidaron de no difundir informes de sus analistas abiertamente críticos de la reestructuración de deuda anunciada por Domingo Cavallo. Sin embargo, en estricto off the record, los analistas jefe de tres bancos de primera línea que operan con Argentina no dudaron en disparar misiles no sólo contra el plan sino contra la continuidad de Cavallo al frente del Ministerio de Economía. Tal es así que la decisión del Gobierno de reducir unilateralmente los intereses de la deuda parece haber sido tomada como una virtual declaración de “guerra” por el “mercado”.
“Los especuladores externos no van a perder la batalla, sino la guerra entera”, bramó ayer por la mañana el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, cuando el riesgo país no dejaba de subir, como respuesta a las medidas anunciadas horas antes.
Sin embargo, en el “mercado” creen que ya no hay especulación sino huida generalizada de capitales de los activos argentinos. “Afuera están vendiendo todo a cualquier precio”, comentó uno de los economistas-jefe de un banco de inversión extranjero a este diario, cuando ya promediaba la tarde y se conocía que el riesgo país rozaba los 2500 puntos, cómodamente arriba del riesgo de Nigeria. “Los de afuera no quieren tener un bono argentino nunca más”, apuntó otro, no menos crítico de la estrategia oficial. “Esto no dura una semana”, sentenció un tercer analista, después de haber mantenido una teleconferencia con colegas del exterior.
Los argumentos en contra del plan se concentran en que –desde la perspectiva del “mercado”– el canje de deuda propuesto no es “voluntario”, como anunció el ministro, sino compulsivo. Y, fundamentalmente, que asesta un golpe a los grandes bancos locales y sus AFJP, que en conjunto poseen el 50 por ciento de todos los títulos públicos emitidos por el Gobierno.
“Los bancos son los únicos que perciben el ajuste”, se quejaron ante Página/12. En este sentido, cuestionan que Cavallo haya dicho que buscará canjear el 100 por ciento de la deuda, que actualmente rinde una tasa de interés promedio del 11 por ciento, por nuevos bonos con tasas inferiores al 7 por ciento, con lo que el Gobierno planea ahorrar unos 4000 millones de dólares al año. Dicen que, sin otras garantías –nuevos préstamos del Tesoro norteamericano, el FMI, el Banco Mundial o el BID– más que la recaudación impositiva, es una quita lisa y llana de intereses.
Y agregan que entre los decretos se coló uno que vuelve forzoso, desde el inicio, el canje para una porción importante de los fondos administrados para las AFJP. Según la nueva normativa, las AFJP podrán tener hasta el 100 por ciento de los fondos administrados invertidos en títulos públicos, cuando hoy el límite máximo es del 64 por ciento. Sin embargo, la condición es que hasta el 50 por ciento sea en deuda sin garantía, con lo cual en los próximos días las AFJP se verán ante un dilema de hierro: vender un 14 por ciento de sus títulos en cartera (poco más de 2000 millones de dólares) a los valores de mercado, realizando grandes pérdidas, o aceptar el canje por los nuevos títulos de tasa reducida.
También cuestionan duramente la decisión de reducir –por el plazo de un año prorrogable otro año– el aporte personal de los asalariados a las AFJP del 11 al 5 por ciento, lo que consideran directamente una medida expropiatoria.
–Usted dice que los únicos afectados por el ajuste son los bancos, pero en la última década los únicos que no ajustaron fueron precisamente los bancos –apuntó este diario al analista, indignado por haberse puesto esta vez al establishment financiero en la mira del ajuste.
–Es falso que los bancos no hicieron el esfuerzo, que no hicieron su ajuste. ¿Cuál fue la pérdida de capital que tuvimos que hacer los bancos por tener los activos repletos de títulos de la deuda, que hoy valen entre un 30 y un 50 por ciento menos? Nosotros (por el banco al que pertenece) tenemos 2000 millones en bonos de la deuda –contestó molesto. En realidad, los bancos financiaron al Gobierno durante la última década tentados por las altas tasas de interés y la seguridad de que desde el Cavallo de la era Menem hasta la fecha, el Estado argentino pondría en la cola de pago en primer lugar a los acreedores y recién después a jubilados, empleados públicos y proveedores, como de hecho ocurrió con la ley de déficit cero. Además, no todos los bancos tienen que realizar las pérdidas saliendo a “rematar” títulos en el mercado. Hasta hoy, los que esperaron al vencimiento de un título nunca dejaron de cobrar del Estado el 100 por ciento del capital más los correspondientes intereses. Más aún, el gobierno promete contar, por lo menos hasta mediados del año próximo, con el financiamiento para hacer frente a la totalidad de los vencimientos de capital de los títulos. Y lo que está planteando es una disminución en los intereses; es decir, en la rentabilidad.

 

“Cerca del colpaso financiero”

Los diarios internacionales miraron con desconfianza el plan lanzado por Domingo Cavallo. El más crítico fue el The Washington Post, que advirtió que “Argentina está cerca de un colapso financiero”. Y señaló que la reprogramación de deuda anunciada “parece carecer del esencial respaldo tanto de políticos del país como de organismos multilaterales, como el FMI”. En una nota firmada por la corresponsal para América latina, Antonu Faiola, el matutino tituló “Argentina, enfrentando el default, anuncia un plan ‘voluntario’ para bajar los intereses de su deuda”. Se refiere al canje propuesto por Cavallo a los bancos para bajar los pagos de intereses. También The New York Times dio cuenta de las nuevas medidas al titular, en su sección internacional, “Falta de certeza afecta a Argentina. Plan para evitar el default”. En tanto, en España, El País dijo que “Argentina intentará renegociar su deuda para ahorrar 4000 millones de dólares”. Tras enumerar las principales medidas del canje de deuda, el corresponsal en Buenos Aires explicó que “Argentina ha demostrado ser un pozo sin fondo. En diciembre de 2000 firmó con el FMI el blindaje financiero de 40.000 millones de dólares; después se puso en marcha un megacanje de deuda por 20.000 millones de dólares; y en agosto pasado acordó un nuevo paquete de 8000 millones”.

 

EL PLAN QUE IRRITA A LOS BANQUEROS
¿Será voluntario?

La condiciones del canje propuesto por el Gobierno son las siguientes:
La operación será voluntaria.
Involucra al total de la deuda emitida en bonos, por 92.000 millones.
La nueva deuda devengará una tasa de interés no mayor al 7 por ciento anual, o hasta 3 puntos sobre la tasa Libor.
Los bonos que actualmente están en circulación tienen un costo para el Estado del 11 por ciento en promedio.
El ahorro estimado para 2002 asciende a 4000 millones.
Además del ahorro en intereses, se extenderán los plazos de aquellos vencimientos de capital a ocurrir antes de diciembre de 2003.
Se estima que el canje local podría llegar a unos 40.000 millones: 15.000 millones por títulos en poder de los bancos; otro monto similar por las tenencias de las AFJP; 5000 millones de las aseguradoras y otros 5000 millones de los fondos comunes de inversión e inversores particulares.
La conversión de la deuda se ofrecerá a bancos, fondos de inversión, compañías de seguro y AFJP. Por ahora quedan exceptuados los inversores del exterior aunque el Palacio de Hacienda puede lanzar la operación en cualquier momento.
El canje internacional se llevaría a cabo recién cuando Cavallo consiga las garantías de los organismos internacionales.
Para justificar la menor tasa de interés, los inversores recibirán garantías de cobro. En este caso será la recaudación impositiva, incluyendo el impuesto a las transacciones financieras.
Si los inversores obtienen alguna ganancia con la operación, quedarán exentos del impuesto a las Ganancias. Se prevé que este será el caso de los bancos, que en la actualidad computan sus bonos por debajo del valor nominal.
Economía podrá recomprar los títulos emitidos y seguir emitiendo bonos con garantías.

 

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