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Duhalde y Alfonsín, un bello coro para De la Rúa

Ambos senadores electos respaldaron fervorosamente el plan del Gobierno. Apoyos que contrastaron con el escepticismo de la mayoría de los gobernadores del peronismo, el bonaerense Carlos Ruckauf inclusive.

Duhalde pide un compromiso militante. Raúl Alfonsín emitió
un documento oficial de la UCR.

Por Martín Piqué

El Presidente les había pedido un “esfuerzo patriótico” en respaldo a las medidas económicas, y los dirigentes políticos respondieron a su manera, priorizando sus intereses. Dos variables condicionaban la opinión: la situación financiera de las provincias, y las aspiraciones políticas de cada cual. En el primer caso, se encontraron los gobernadores, enfrentados con la Nación por el recorte en la coparticipación y, por lo tanto, poco dispuestos a dar gestos de apoyo. En cambio, quienes no tienen compromisos ejecutivos se hicieron eco del pedido oficial y brindaron sostén político. Así, los respaldos más contundentes partieron de Eduardo Duhalde y Raúl Alfonsín. Duhalde alabó las medidas y prometió un “apoyo decidido y militante”. Y Alfonsín se manifestó a favor de “acompañar al Gobierno” en el “cambio de rumbo”.
Los dos son líderes partidarios, fueron recientemente electos y no deben entregarse a la ingrata tarea de gestionar: Duhalde es titular del Congreso del justicialismo y Alfonsín es el presidente de la UCR. Pero las coincidencias no acaban allí. A juzgar por sus dichos de ayer, pretenden dar un poco de aire al Gobierno en este momento crucial. Además de elogiar las medidas, el peronista se sumó a la demanda de De la Rúa: “Lo que debe unirnos es trabajar juntos con el Gobierno para la reprogramación de la deuda”, subrayó. Alfonsín, a su turno, firmó un documento junto a toda la conducción radical, en el que se exhortaba a “todo el pueblo” a mostrarse unido “más allá de las diferencias partidarias” para “derrotar definitivamente una etapa signada por el estancamiento económico”. La declaración fue también suscripta por el chaqueño Angel Rozas, quien postergó por un tiempo su enfrentamiento con Cavallo. Unas horas antes, había dicho que las medidas estaban “bien orientadas”.
En cambio, los gobernadores del PJ se mostraron más escépticos. El bonaerense Carlos Ruckauf consideró que la reestructuración de la deuda que dispuso Domingo Cavallo “es compulsiva”. “Hay que intentar ayudar al gobierno nacional, pero también que ellos ayuden porque lo que está ocurriendo es muy grave y me parece que es una mala señal perdonar a los evasores”, dijo. Y luego agregó que “no puede ser que se premie a quien no pagó”. Ayer era un día clave para el Ejecutivo. Sin embargo, Ruckauf viajó a Cariló con la excusa de inaugurar la temporada y luego se recluyó en Villa Gesell.
Otro mandatario peronista que estuvo crítico fue el salteño Juan Carlos Romero. Recién llegado de un viaje por Washington, aseguró que “(el Gobierno) más bien ha montado una presentación pero no un contenido” y luego agregó que “no se ha logrado que la gente cambie sus expectativas”. Según Romero, el paquete anunciado por el ministro de Economía habría tenido una “mejor repercusión” si “hubieran sido consensuadas con las fuerzas políticas”. Las declaraciones se entendían como un paso más en la estrategia del Frente Federal, que consiste en presionar en el Congreso hasta derogar las facultades extraordinarias del Ejecutivo.
Los miembros de esta línea del PJ, además, no tienen mucha confianza en el nuevo plan ideado por Economía. Es más, algunos hasta creen que está destinado al fracaso: “Los banqueros confían más en nosotros que en Cavallo –dijo ayer a Página/12 un legislador que representa a las provincias ‘chicas’–. Ellos creen en una refinanciación criteriosa de las deudas, que sea más cara, como del 12 por ciento”. Pero los pronósticos pesimistas están balanceados con una afirmación que suena casi como un mandato: “Tenemos que mantener a De la Rúa en la Presidencia”.
Esta exigencia parece estar guiando la acción política del peronismo, incluyendo el fervoroso apoyo de Duhalde. Así lo confiesa en voz baja un operador muy influyente del PJ. “(Duhalde) se está cuidando porque cambió de criterio: cuando ganó las elecciones, el 14 de octubre, pensaba que el Gobierno llegaba hasta el 2003. Ahora empieza a dudar y por eso baja las críticas.” Por ahora, la prudencia se refleja en el apoyo al ¿último? intento de Cavallo.

 

Entre la cautela y el rechazo
Hugo Moyano (titular de la CGT rebelde): “Las medidas no resuelven nada para los trabajadores, tienden a confundir a la gente y solamente pretenden aparecer como una
solución para los que menos tienen o para los que más necesitan, pero no cambian en el fondo las medidas que perjudican a los argentinos. Mantener el
modelo económico vigente, que es de exclusión social, sigue beneficiando a los que en los últimos años han sacado rédito: los poderosos”.
Aníbal Ibarra (jefe de Gobierno porteño): “El eje central es poder lograr una reestructuración de la deuda, lo que básicamente significa que miles de millones de dólares que van para pagar intereses de la deuda puedan volcarse al
mercado interno, para la reactivación y para
aumentar el consumo”.
Carlos Raimundi (diputado nacional-Frepaso): “Más allá del contenido de las medidas, el problema está en quién las ejecuta, porque este Gobierno tiene una base de incredulidad muy grande. Las medidas anunciadas tienen un costado positivo y otro negativo, como el tema de la baja de aportes, que es un aumento de sueldo, pero también es una pérdida de la jubilación futura de los trabajadores. Lo que veo de positivo es que se haya avanzado en reconocer el problema de la reestructuración de la deuda como algo fundamental”.
Raúl Baglini (diputado nacional-UCR): “Es una jugada en el extremo de las posibilidades del Estado nacional, para dar cobertura social más alta, apuntalar al consumo y dejar planteado un esquema de la reestructuración de la deuda. (Las medidas) Apuntan a atender integralmente a las empresas en el frente tributario, previsional y financiero. Hay que deponer los intereses partidarios”.
Juan Carlos Alderete (dirigente piquetero): “Se confunde a la gente, porque lo que viene es el default y más ajuste a los trabajadores. Nosotros creemos que estos anuncios que han hecho no han blanqueado la situación. Es una gran mentira lo del aumento de salarios, porque en realidad lo que están haciendo es achicar nuestra penosa jubilación. Yo no creo que venga ahora la famosa reactivación de la economía. Estos señores no explicaron de dónde van a sacar los recursos y las inversiones para salir de esta situación”.
u Héctor Polino (diputado nacional-ARI): “Se disfraza de revolucionaria toda una arquitectura que tiene como objetivo la defensa de los beneficios que han obtenido las grandes empresas privatizadas en el área de los servicios públicos, del sector financiero, las grandes cadenas de supermercados y las petroleras. En cambio, otorga una migaja a los sectores de menores recursos”.

 

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