Por Luke Harding y Rory Carroll
Desde Islamabad

El líder talibán, Mullah Mohammed Omar, se encontraba anoche enfrentado a la incómoda perspectiva de una rebelión en el corazón de sus dominios, después de que sus tropas fracasaran en capturar a un comandante de la oposición que se había filtrado en Afganistán en una misión clandestina a favor de Estados Unidos. El líder tribal pashtún Hamid Karzai había logrado escapar de sus perseguidores talibanes que lo emboscaron hace dos días en la remota provincia central de Oruzgan, dijeron sus partidarios. Y añadieron que ahora está organizando una revuelta contra los talibanes bajo protección de campesinos opuestos al gobierno.
Karzai, partidario y lejano pariente del depuesto rey de Afganistán, Zahir Shah, entró en territorio talibán hace tres semanas. Antes de partir en su peligrosa misión, no ocultó sus objetivos: desatar la chispa de una insurrección contra los talibanes en el sur, y buscar apoyo entre sus compañeros tribales para el rey exiliado. El jueves por la noche, los talibanes anunciaron que habían emboscado al grupo de Karzai en Deh Rawod, en la punta sudoeste de Oruzgan, y lo estaban persiguiendo a través de las secas y escarpadas montañas e irrigados valles de la provincia. Si es capturado, Karzai puede esperar el mismo trato sangriento que Abdul Haq, el comandante de la oposición que fue emboscado y luego ejecutado por los talibanes en una misión similar la semana pasada. Ayer, uno de los seguidores de Karzai insistió en que su líder estaba vivo y bien. Había sufrido escasez de comida pero ahora los locales estaban alimentándolo. “Las cosas se están moviendo ahora. Hamid me dijo que las tribus se le estaban uniendo y que tenía mucho apoyo. Se están movilizando para una revuelta en estos días”, afirmó en Roma Zalmai Rassou, un edecán del rey exiliado. Los talibanes habían matado a uno de los hombres de Karzai y herido a otro en el tiroteo del jueves, añadió.
Hablando desde Quetta, en Pakistán, el hermano de Karzai Ahmed también declaró que Karzai había eludido a las tropas talibanas con éxito. Afirmó que ayer había hablado tempranamente con él a través de su teléfono satelital. “Logramos hablar con el... están bien. Hubo pelea, pelea fuerte ayer. Uno de los hombres en el grupo fue herido levemente”, dijo. Pero anoche los talibanes parecían confiados en que estaban aproximándose al líder opositor, e informaron que habían arrestado a 25 de sus partidarios. Varios de los líderes serían colgados, dijo Qari Fazil Rabi, un funcionario del Ministerio de Informaciones talibán. El vocero añadió que, siguiendo una pista, tropas talibanas de elite caminaron durante nueve horas antes de intentar asaltar la base de Karzai. “Hamid Karzai y sus compañeros huyeron a las montañas y dos de sus hombres resultaron muertos en la operación. También incautamos 600 armas nuevas, que habían sido lanzadas por helicópteros norteamericanos, que también sobrevolaban el área durante nuestra operación. Los estamos echando ahora. Creemos que probablemente los helicópteros norteamericanos trajeron a Karzai y a su gente al área, ya que es difícil llegar hasta allí”, añadió.
Para el Pentágono, que ha tenido poco que festejar en las últimas cuatro semanas, lo que está en juego no podría ser más importante. Karzai, el líder de la tribu Popalzai, basada en Kandahar, pertenece al mismo grupo étnico que los talibanes, los pashtunes. Si los talibanes lo capturan y lo matan, los intentos de Estados Unidos de crear una administración post talibana de amplia base habrán terminado en un horrible fracaso. Si, por otro lado, Karzai logra provocar una rebelión pashtún en el sur, los talibanes podrían estar en problemas serios por primera vez, rodeados por hombres hostiles de la tribu de sus propios grupos étnicos, y la oposición asistida por EE.UU. en el norte.
“Oruzgan es de donde proviene el Mullah Omar y muchos comandantes talibanes clave. Un montón de gente de ahí que ha estado muy comprometida en el proyecto del Emirato islámico –dijo una fuente anoche–. “Siempredijimos que si el talibán alguna vez tenía un último punto de repliegue, tendría que ser allí, en el sur de Oruzgan. En cambio están teniendo allí el primer problema. Karzai es un hombre valiente. Está trabajando en un lugar difícil. Y ahora está jugando a los dados con la muerte”, añadió la fuente.
Con sus valles profundamente aislados y su áspero terreno, Oruzgan es el tipo de lugar donde es fácil desaparecer. Osama bin Laden tiene una pequeña base en Oruzgan, donde se ha refugiado en el pasado. Los talibanes pueden retroceder ante la perspectiva de enviar combatientes árabes que apoyan a Bin Laden a combatir con sus compañeros pashtunes.
La familia de Karzai dijo ayer que él estaba mejor armado que Abdul Haq. Estados Unidos, que fracasó en rescatar a Haq, podría esforzarse más esta vez en sacar a Karzai del peligro. Karzai, de 46 años, fue vicecanciller del gobierno mujaidín de Afganistán entre 1992 y 1994, fue un temprano entusiasta del movimiento talibán. Pero su entusiasmo terminó cuando se dio cuenta de que los talibanes no estaban solamente interesados en llegar a la paz sino que querían convertir a Afganistán en un laboratorio para sus creencias islámicas extremas.
Su antipatía hacia el régimen se profundizó hace dos años, cuando sospechó que fueron asesinos talibanes quienes mataron a su padre en Peshawar, Pakistán, posiblemente en coordinación con el ISI, el servicio de inteligencia de ese país. En los últimos meses, numerosos grupos de opositores afganos se sentaron en las suaves alfombras persas en la casa de Quetta de Karzai para discutir el futuro de Afganistán. Karzai, un emisario formal de Zahir Shah de 87 años, quiere convenir una Loya Jirga o gran consejo, el mecanismo tradicional por el que grupos de distintas etnias liman sus diferencias. Pero mientras una Loya Jirga puede ser aceptada para muchos líderes afganos tribales, continúa siendo un objetivo quijotesco con los talibanes aún en el poder.
Con las tropas talibanas en su búsqueda, el destino de Karzai pende de un hilo. El escape a Pakistán a través del sureño desierto afgano va a ser difícil. El premio, si lo logra, puede ser un alto cargo ministerial en el próximo gobierno afgano, cuando sea que suceda. Pero el castigo por su fracaso va a ser un juicio breve y una bala en su cabeza.

EL PENTAGONO ESCALA SU ATAQUE POR DONDE PUEDE
Al mal tiempo, cara de perro

Anteayer se había dispuesto el envío de más fuerzas especiales a Afganistán; ayer se postergó por el mal tiempo. Y el Pentágono ordenó el despliegue de varios aviones espía (Joint Stars, Global Hawk y Predator) en la región de Asia Central, que justamente operarán como apoyo de estas fuerzas especiales. Estados Unidos continúa escalando la guerra en Afganistán ante la falta de resultados en cerca de cuatro semanas de bombardeos. Los ataques se concentraron en las líneas de frente talibanas. Un helicóptero norteamericano cayó en Afganistán por el mal tiempo, según el Pentágono. Su tripulación fue rescatada y se trata del segundo helicóptero perdido en la guerra; el primero había caído en Pakistán. El jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, llegará hoy a Moscú en una gira que incluirá las ex repúblicas soviéticas de Tajikistán y Uzbekistán (limítrofes con Afganistán), Pakistán e India.
Además de los bombardeos de arrasamiento lanzados por los B-52 sobre las líneas talibanas, la novedad estratégica de Estados Unidos ahora parece ser el apoyo decidido a la Alianza del Norte no sólo con los ataques aéreos (que a veces hasta llegaron por error sobre los antitalibanes), sino con operaciones de inteligencia. Las fuerzas especiales norteamericanas que Rumsfeld pretende multiplicar en Afganistán están entrenadas para identificar objetivos para ataques aéreos, recoger información y apoyar a otra fuerza (la Alianza del Norte) con aprovisionamiento y comunicaciones. Los aviones de reconocimiento colaborarán en la recolección de información. Los RQ-1 Predator, sin tripulación, ya están siendo utilizados y de hecho los talibanes afirmaron en estas cuatro semanas que derribaron un par de estos aviones. En el caso de los RQ-4 Global Hawk, se trata de un avión de reconocimiento que vuela a gran altitud, pero que todavía está en desarrollo y nunca estuvo en combate. Su función es proveer imágenes de alta resolución a los comandos en tierra, casi en tiempo real. Las cuadrillas se completarán con los E-8 Joint Stars.
Pero todo este despliegue de poder ya se está topando con el clima difícil de Afganistán y la inminente llegada del invierno. El vocero del Pentágono, contraalmirante John Stuflebeen, confirmó ayer que “las condiciones climáticas obstaculizaron nuestros esfuerzos para hacer entrar en Afganistán fuerzas especiales”. En concreto, las tormentas de arena y la neblina impidieron maniobrar a los helicópteros que debían trasladar a estas fuerzas, y aunque no sean fenómenos estrictamente invernales, se sumarán como problemas cuando lleguen las heladas y las lluvias de invierno. La Alianza del Norte volvió a reiterar ayer que prepara para este fin de semana la ofensiva sobre Mazar-i-Sharif y Kabul y dijo que esta vez va en serio, porque se trata de la última oportunidad de lograr un avance significativo antes del invierno.
Fuera del frente estrictamente militar en Afganistán, Estados Unidos amplió ayer su lista de “organizaciones terroristas extranjeras”, incluyendo a 22 más. Entre ellas están las organizaciones palestinas Hamas, Jihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), responsable del asesinato del ministro de Turismo israelí Rehavam Zeevi el 17 de octubre. Dirigentes israelíes elogiaron la medida, ya que de hecho significa una presión sobre el líder palestino Yasser Arafat para que controle a estas organizaciones.

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