Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


HABLA DANIEL ORTEGA, EL SANDINISTA QUE PUEDE VOLVER AL PODER
“En Nicaragua no volverá la guerra”

�Hemos sido claros en condenar al terrorismo�, insiste una y otra vez Daniel Ortega, quien luego de una década fuera del poder puede llegar a ganar las elecciones nicaragüenses, mañana. Objeto de la hostilidad nada disimulada del Estados Unidos de George W. Bush, el líder de la revolución contra Somoza explica aquí su nueva identidad.

Por Juan Jesús Aznárez
Enviado especial a Managua

La metamorfosis de Daniel Ortega, 55 años, candidato del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) a la presidencia de Nicaragua en las elecciones de mañana, incluye la incorporación del crucifijo, sus guiños a Estados Unidos, el viejo enemigo, y las promesas de formar un gobierno de unidad en que el sector privado, por ejemplo, elegirá a las autoridades económicas. “En Nicaragua no tiene viabilidad el gobierno de un partido”, declara a un grupo de corresponsales extranjeros.
Jefe guerrillero de la revolución que expulsó al tirano Anastasio Somoza, bajo cuya férula sufrió siete años de prisión, intenta la presidencia por cuarta vez, compitiendo con el conservador Enrique Bolaños, de 73 años. Los sondeos registran empate técnico, y, por primera vez en once años, el sandinismo tiene posibilidades reales de recuperar el poder. Ortega viste camisa rosa, invoca a Dios en sus discursos, y rechaza el servicio militar obligatorio, ejercido durante su gestión para combatir, a mediados de los ‘80, a los “contras” financiados por Estados Unidos. Aquella leva por decreto fue uno de los factores detrás de su derrota de 1990 frente a la coalición encabezada por Violeta Chamorro. El candidato pide ahora un nuevo tipo de relaciones con Estados Unidos, argumentando que el FSLN sólo fue enemigo de sus políticas. “Nunca ha habido soldados nicaragüenses ocupando territorio norteamericano –agrega en referencia al denunciado intervencionismo de Washington–, ni nunca ha habido políticas de gobierno alguno de Nicaragua minando los puertos de Estados Unidos, o boicoteando su economía, o propiciando una guerra en Estados Unidos”.
–Su transformación del izquierdismo radical a la moderación y la mano tendida, el rosa de la indumentaria y los contenidos, no convencen a todos.
–Lo importante es que nos cree el pueblo nicaragüense. Estamos buscando formar un gobierno nacional, lo mismo que tratamos en el ‘79 y que luego se frustró por la guerra y por todo lo demás. Lo hemos retomado. Lo fundamental es que ahora no es necesario enfrentar a una dictadura por las armas como la de Somoza.
–Las siglas y los colores rojo y negro del Frente Sandinista fueron sustituidos por la alianza electoral Convergencia Nacional.
–Porque debemos lograr conformar una gran convergencia nacional. El rosa de mi campaña significa la convergencia, el unirnos los nicaragüenses sin banderas políticas. No tiene viabilidad el gobierno de un sólo partido para resolver los problemas que tiene Nicaragua. Podemos garantizar que en Nicaragua no volverá la guerra.
–Usted aboga por la normalización de relaciones con Estados Unidos pero concedió la máxima distinción sandinista, la medalla Carlos Fonseca, a Manuel Marulanda, “Tirofijo”, jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que figura como grupo terrorista en la clasificación norteamericana.
–Cuando fui a ver a “Tirofijo” al Caguán (zona bajo control guerrillero) era para intervenir en un acto a favor de la paz. Me encontré con el comandante Marulanda en un acto a favor de la paz. Fue con ese espíritu de contribuir al proceso de paz. En esos momentos ‘Tirofijo’ se reunía con el presidente de Colombia, y en Costa Rica jefes de las FARC se reunían con congresistas norteamericanos.
–Hay inquietudes por su amistad con Castro, Chávez, “Tirofijo” y sus visitas a Kadafi. ¿Qué influencia tendrían estas amistades en su gobierno?
–En el mundo, si nos preciamos de ser demócratas, tenemos que respetar la pluralidad: diferentes sistemas, diferentes gobiernos. Tenemos que ser respetuosos por un principio elemental. Estamos hablando de gobiernoslegítimos que tienen relaciones con toda la comunidad internacional. ¿Por qué no van a tenerla con nosotros? Estos gobiernos son parte de la realidad mundial, son parte legítima de las Naciones Unidas.
–El presidente venezolano, Hugo Chávez, ha pedido que paren los bombardeos en Afganistán. ¿Cuál es su posición?
–Chávez es un gobernante que tiene todo el derecho a expresar sus opiniones sobre este tema.
–¿Y la suya?
–Estamos en contra del terrorismo, y las acciones en contra del terrorismo deben tomar en cuenta a la población civil. Es una cuestión elemental.
–El embajador norteamericano los acusó de robar propiedades confiscadas en los 80, y de no querer devolverlas si no se les paga antes.
–Se han dado una serie de opiniones que no son constructivas, no son respetuosas. Pero a fin de cuentas no nos preocupa en cuanto estamos convencidos que no han tenido ni tendrán la mínima influencia a la hora de votar.
–Bolaños ha dicho que en Nicaragua hay 20 terroristas de ETA desde que los sandinistas estaban en el poder. ¿Es así?
–Habría que preguntar al señor Bolaños porque él ha sido el vicepresidente del actual gobierno hasta hace un año. Él es quién tendría que aclarar todo esto.
–También se ha mencionado que su ministro del Interior de entonces, Tomás Borge, los protegía con falsas identidades.
–Sencillamente me limito a decir lo siguiente: venían a hacer labor humanitaria y les dimos la bienvenida. Y siguen viniendo. Hemos sido claros en condenar el terrorismo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

 

Claves

Mañana se celebran elecciones presidenciales y parlamentarias en Nicaragua.
Aunque las encuestas indican un empate técnico, es posible que Daniel Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), ex presidente entre 1984 y 1990, venza al candidato oficialista Enrique Bolaños. La elección se definirá en 30.000 votos en un total de 2,4 millones de empadronados.
Ortega se presenta en una coalición que reúne a socialcristianos, liberales, conservadores y hasta miembros de los “contras”, la guerrilla apoyada por Estados Unidos que combatió al sandinismo. A pesar de esto, varios analistas consideran que sería un triunfo de la izquierda.

 

PRINCIPAL