El miedo a estar lejos de casa
durante la guerra cambió el tablero del movimiento turístico
local. Quienes tenían programados tours por Estados Unidos y Europa
postergaron o cancelaron sus salidas. Ya nadie piensa en pasar sus
vacaciones en el Hemisferio Norte, señaló un operador
mayorista consultado por Página/12. El pronóstico para el
verano adelanta el crecimiento del turismo interno y una explosión
de argentinos en Brasil (con el atractivo adicional de un cambio monetario
muy favorable, si es que la Convertibilidad aguanta hasta entonces). Mientras
tanto, la retracción del turismo internacional está dejando
una huella muy profunda. El agujero negro en la economía porteña
será de al menos unos 600 millones de dólares, según
estimaciones del subsecretario de Turismo porteño, Jorge Purciariello.
La ocupación hotelera en la Ciudad cayó cerca del 40 por
ciento, principalmente en cuatro y cinco estrellas, por la suspensión
de viajes de negocios. Se está resolviendo todo por video
conferencia, se lamentó Diego González Bonorino, titular
de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina.
Para amortizar el bajón se intentará captar al turista de
la región, principalmente al brasileño, cuyo principal destino
de vacaciones en el exterior solía ser Estados Unidos (ver aparte).
En el verano, los más valientes llegarán hasta el
Caribe. Pero la mayoría optará entre Brasil, Uruguay y el
turismo interno. El sur de Brasil va a explotar aún más
que en otras temporadas, especialmente si tenemos en cuenta que por un
dólar se reciben 2,75 reales, lo que quiere decir que con 500 dólares
uno tiene mil y pico en el bolsillo. El fenómeno ya se está
viendo ahora, en temporada baja: de un promedio de 30 vuelos semanales
se pasó a 90, indicó Sergio Irigoitía, operador
de la mayorista ITS Turismo.
La gente no sólo tiene miedo a tomar un avión. El
conflicto bélico provoca que uno no se quiera ir muy lejos de su
residencia habitual. Somos optimistas: esperamos un repute del turismo
interno, informó Germán Pérez, titular de la
Cámara Argentina de Turismo. Estados Unidos se dejó
de lado y se prefiere Argentina y Brasil, coincidió Gabriel
Stoppel, socio gerente de la agencia Stoppel Viajes. La venta de
pasajes a Europa cayó mucho. Tenemos consultas por cruceros a la
costa de Brasil, nos dicen que prefieren el barco antes que el avión,
es como que le han tomado un poco de temor al viaje aéreo,
contó la vendedora de una agencia mediana de la Capital.
A pesar de que todavía no empezaron las reservas en el país
para las próximas vacaciones, las agencias apuestan a un crecimiento
notable del turismo interno, a pesar de la recesión y la crisis
económica. La gente está empezando a averiguar por
alquileres en la costa atlántica, un destino que habitualmente
se resolvía a último momento. También por paquetes
en Bariloche y San Martín de los Andes, pero todavía no
están definidas las tarifas, respondió otro operador
mayorista.
Pero aunque se produzca un notable crecimiento del número de argentinos
que enfilen hacia el sur del país, es difícil que la región
logre recuperarse del golpe que recibió el sector turístico
como rebote de los atentados terroristas en Nueva York y Washington: la
principal clientela de la Patagonia franceses, italianos, alemanes
y españoles también decidió quedarse cerca
de sus casas. Casi todos han cancelado y de los grupos que no lo
han hecho, vienen 3 o 4 personas cuando habitualmente los contingentes
son de 10 a 15, precisó Julio Stabio, jefe de recepción
del Hotel Tolkeyén (tres estrellas), de Ushuaia, Tierra del Fuego.
El panorama es bastante negativo. Hubo gran cancelación de
la gente europea. Pero tenemos grandes expectativas de recuperarnos en
el verano con los argentinos que pensaban ir a Disney y decidan venir
aquí por ser el lugar VIP del turismo en el país,
se esperanzó un empleado del Hotel Cristal (4 estrellas) de Bariloche.
En la Cámara Argentina de Turismo estiman en alrededor del 50 por
ciento la reducción de la actividad hotelera en el país
a raíz de la guerra. El turismo internacional le deja anualmente
a la ciudad de Buenos Aires unos 2000 millones de dólares. Con
la caída en las reservas de los últimos meses, que son de
temporada alta, el impacto económico no será inferior al
30 por ciento, estimó Purciariello, subsecretario de Turismo
del gobierno porteño. Con un tercio de sus visitantes entre norteamericanos
y europeos, la ocupación hotelera en la Capital Federal cayó
un 40 por ciento después de los atentados, según precisó
el funcionario. El Caesar Park, uno de los 5 estrellas de la ciudad, tuvo
en setiembre un 30 por ciento menos de habitaciones con pasajeros. Como
nuestros principales clientes son viajantes financieros de compañías
de Nueva York prevemos que si la situación de tensión no
se supera, la caída tardará en desaparecer. Debido a esto
hemos tomado medidas de emergencia como recorte en los gastos, incluidos
los de publicidad y licencias a empleados, describió el gerente
general, Eduardo Cruz del Río.
Para amortizar el bajón económico, Buenos Aires saldrá
a captar al turista del interior del país de la mano de una tarjeta
de créditos con una campaña de descuentos en hospedajes,
gastronomía y espectáculos. También redireccionará
las campañas de promoción hacia el mercado regional: la
ciudad se ofrecerá como destino seguro en Brasil, Chile,
Uruguay, Perú y Colombia a través de publicidades en medio
gráficos. Además, intentará atraer a los turistas
extranjeros que viajen al carnaval de Río de Janeiro con un paquete
que combinará la fiesta carioca con el Festival de Tango de Buenos
Aires. Según Purciariello es un paquete que se pide mucho
en Japón.
Informe: Romina Ruffato y Darío Nudler
Recibir a los asustados
En la Secretaría de Turismo de la Nación apuestan
a la pronta recuperación del sector, tras el impacto de los
atentados terroristas y el inicio de la guerra en Afganistán.
Es más, estiman que como consecuencia del conflicto bélico
Argentina recibirá unos 430.000 turistas adicionales, casi
15 por ciento más que en el último año. Estos
flujos provendrán principalmente de Brasil, Chile, España,
Estados Unidos, el resto de América Latina y también
de Japón, Australia y Nueva Zelanda. Gran parte de estos
turistas dejarán de viajar a la zona del conflicto y algunos
dejarán probablemente de visitar Estados Unidos, detalla
un estudio realizado por la Secretaría, teniendo en cuenta
el movimiento turístico internacional, con datos de la Organización
Mundial del Turismo.
De acuerdo con esas proyecciones, Argentina reemplazaría
a Estados Unidos como principal paseo de los brasileños.
La mayor captación del mercado regional e internacional
sumado a una mayor cantidad de argentinos que dejan de viajar al
exterior y lo harán por Argentina, determinaría 1,5
millones de turistas adicionales que producirán un impacto
sobre el nivel de actividad de 1.150 millones de dólares,
señala el estudio titulado ¿Qué puede
pasar en Argentina después del atentado?. Resulta
obvio que existirá una tendencia internacional a la baja
en la industria de viajes y turismo, pero es altamente posible que
hacia la Argentina se redireccionen los flujos que habitualmente
se dirigían hacia las zonas del conflicto o relacionadas
con él, indica el estudio al que tuvo acceso Página/12.
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Un camello con problemas
Nació con algunas dificultades en sus miembros delanteros
y por eso no podía caminar. Pero al camello que hace diez
días se sumó al zoológico porteño le
pasó algo peor: como no podía levantarse, la madre
por esas cosas de la naturaleza se negó a alimentarlo.
Allá fueron los veterinarios del zoo a darle de comer con
mamaderas y suero, mientras le fabricaban muñequeras con
yeso plástico y vendas flexibles para que pudiera caminar.
El tratamiento dio resultado: el camello se levantó, caminó
y por añadidura logró que su madre accediera a amamantarlo.
Ahora sólo falta que los chicos que lo visiten voten para
elegir su nombre.
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