Por Horacio Cecchi
Ocho guardias del instituto
de menores Aráoz Alfaro fueron procesados por la Justicia platense
por haber participado en una salvaje golpiza contra 17 menores después
de que otros 43 lograran escapar saltando los muros, el 10 de febrero
pasado. Entre los imputados figura el jefe de Seguridad. Se los acusa
de apremios ilegales y lesiones leves y graves en riña.
El episodio fue revelado por este diario días después de
sucedido. Según declararon los menores aquella misma noche, la
fuga fue promovida por los mismos guardias. En el Consejo Nacional del
Menor y la Familia, de quien dependían los internos por entonces,
sospechan que se trató de una respuesta corporativa a diversas
remociones que se vienen cumpliendo en el área de seguridad. Pero
los fiscales no lograron demostrar una acción gremial
de parte del equipo de celadores.
El 10 de febrero pasado, en los pabellones del Aráoz comenzó
a circular la voz de que esta noche va a haber goma. Según
la versión sostenida por un menor de 17 años, la goma
era la respuesta de los celadores a la intención de un grupo de
internos de presentar una denuncia por malos tratos. Antes que quedarse
a esperar la goma, 43 lograron sortear la celosa custodia,
saltar los muros y escapar. Otros fueron detenidos antes de lograrlo,
y otros más ni siquiera lo intentaron. En el interior quedaron
17: los hicieron echarse al suelo, boca abajo, y recibieron una salvaje
golpiza con bastones de goma y palos de hierro.
Paren que viene la vieja, fue la orden de Oscar Aranda, jefe
de Seguridad del Aráoz, según testimonió uno de los
17 ante la fiscalía de Martini. La orden era una alusión
directa a la llegada de la jueza de menores platense, Gloria Gardella,
que concurría al lugar por la fuga. Entonces, todos fueron trasladados
a otro sector del instituto. Sigan que ya se fue, fue la contraorden
cuando la magistrada se retiraba, pero aún no había abandonado
el patio del Aráoz Alfaro, y pese a que ella misma había
ordenado tomar fotografías de los cuerpos de los menores golpeados.
Publicadas en aquel momento por Página/12, esas imágenes
son la prueba elocuente de la saña y el salvajismo con que los
celadores cumplen sus compromisos con la palabra empeñada: además
de las marcas cruzadas en las espaldas, a uno de los menores le perforaron
la mano con un hierro.
La suerte de los fugados no fue más leve: a los que les fue mejor,
fueron recapturados para volver a quedar bajo la tutela de otros celadores.
Algunos quedaron hacinados en comisarías, una de ellas clausurada
hacía tiempo por la misma jueza Gardella. Uno sufrió un
intento de violación. Y otro ni siquiera llegó a regresar
tras las rejas: murió a los pocos días en uno más
de los presuntos enfrentamientos con la policía.
De las declaraciones de los menores que sufrieron la goma,
los apellidos de diez de los doce guardias del instituto se repitieron
insistentemente. Casi nueve meses después, el fiscal Martini ordenó
el procesamiento de ocho de los diez citados inicialmente: se trata de
Aranda el del paren y sigan, José
Barrionuevo, José Luis Alvez, Gerardo Daniel Giménez, Roberto
Fernández, Carlos Alberto Caballero, Néstor Américo
Ponce y Héctor Ruiz. La acusación es por apremios
ilegales, y lesiones leves y graves en riña. Los apremios
ilegales hacen referencia al exceso en el supuesto cumplimiento de las
obligaciones de los funcionarios públicos, lo que vendría
a poner en duda qué tipo de funciones tienen asignadas los celadores.
Las lesiones graves tienen relación con la mano perforada como
un Cristo. La riña resultó extraña, ya que todos
los golpes fueron sufridos por un bando, el de los menores, y recibidos
por la espalda.
Los ocho ex guardias fueron citados para prestar declaración indagatoria
los próximos 20 y 23 de noviembre.
DOS
TESTIGOS DICEN QUE RODRIGO NO ESTABA BORRACHO
La noche que menos cerveza tomó
Rodrigo Bueno no estaba borracho
cuando subió a la combi roja después del último show.
Esto fue confirmado ayer por dos testigos, convocados por el Tribunal
Oral 2 de Quilmes durante la tercera audiencia del juicio contra el empresario
Alfredo Pesquera. Estos datos son vitales para desarmar la estrategia
del único acusado. Fernando Burlando, su abogado, intenta probar
que Rodrigo no estaba en condiciones de conducir esa noche. En la audiencia,
los querellantes buscaron nuevas pistas sobre la hipótesis del
atentado cada vez más desarticulada. Los querellantes quieren llevar
a Diego Maradona al tribunal, pero el tribunal rechazó el pedido.
Esa fue la noche que menos cerveza tomó: una lata, o lata
y media, contó el tío de Rodrigo, Alberto Campos,
que la noche del accidente seguía a la combi roja desde su vehículo.
Esto mismo aseguró Raúl Eduardo López un hombre de
la custodia del Potro. Los testigos hablaron además de la maniobra
de Pesquera, dueño de la Chevrolet Blazer.
Las declaraciones complicaron aún más la remañida
situación del empresario sobre quien pesa la acusación por
homicidio simple pedida por la fiscalía. Para el tío de
Rodrigo, la Blazer lo pasó a menos de un metro, situación
que, consideró, debe haber puesto muy mal a Rodrigo.
El gran ausente en el juicio fue Pesquera. Burlando lo excusó asegurando
que no estaba bien de salud. El tribunal también desestimó
un pedido de la querella: pidieron la citación como testigo de
Diego Maradona. Campos explicó que para El Diego a
Rodrigo lo había matado la mafia.
EN
UNA CAUSA DE MAR DEL PLATA
Falcone acusa a servicios
Las expresiones que se
me atribuyen son falsas y han sido instaladas por voceros oficiales de
personajes vinculados a los servicios de Inteligencia del Ejército
que suministraban información a los abogados desaparecidos en la
Noche de las Corbatas, aseguró a este diario el juez del
Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Mar del Plata, Roberto Falcone,
en relación con la investigación por los crímenes
de prostitutas de esa ciudad.
Falcone se comunicó con este diario para aclarar que ciertos dichos
mencionados en una nota y extraídos del archivo periodístico
son falsos. Surgieron en el marco de la causa sobre las prostitutas que
tuvo difusión recientemente, a raíz de novedades en la investigación.
Las personas que difundieron esas expresiones, que según el magistrado
han intentado difamarlo en otras oportunidades, están siendo investigadas
por el tribunal que él mismo preside en el denominado juicio
por la verdad de Mar del Plata.
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