Por Julián
Gorodischer
Golpean con la latita en la
mesa de plástico como si fueran bateristas consumados. Disfrutan
de esa escena como si la hubieran esperado desde hace mucho tiempo. La
escena, por tanto, gusta en la selección de idiotas que convocó
MTV el sábado 20 de octubre. María Paz Ferreyra y Adrián
Galatti disfrutan de esas mieles, aunque sean provisorias. Se conocieron
hace poco en una clase de batería y apelaron a su ingenio para
armar el numerito que se destaca. La gente, que rodea y ovaciona su cabina,
es la prueba del triunfo. Y, entonces, Berta (el VJ obeso elegido por
la gente) los entrevista. Diez días después el veredicto
favorece a los golpeadores de latita: están entre los cinco finalistas.
El fallo destaca sus muestras de originalidad: con residuos hicieron música.
Como los otros cuatro beneficiados por el jurado (integrado por la producción
del canal, asistida por figuras del ambiente y periodistas), María
Paz y Adrián son idiotas talentosos. No son apenas enchastrados
o gritones en busca de alto impacto. Otros aspirantes copiaron esos recursos
de sus nuevos ídolos Tom Green y Jackass,
y usaron las cabinas, la pileta y un ring para desplegar histrionismo.
Yo iba caminando por la calle y me pegaron un tortazo, dijo
uno y se tiró la crema y los huevos en la cara. A mí
me posee el Demonio..., amenazó el siguiente, y gimió,
tembló y lloró revolcándose en el piso. Los seleccionados
agregaron a la idiotez otros atributos. El ganador se conocerá,
finalmente, el lunes 12 de noviembre, dentro del programa Los 10
más pedidos.
Entre los finalistas, Emiliano Catena es orador en reverso. Tiene 19 y
aprendió, desde muy chico, a hablar para atrás. Es
un don, una habilidad natural, explica, para diferenciarse de los
que lo ejercerían como hobby. A los ocho, cuando miraba tele en
el living de su casa junto a toda su familia, descubrió al pionero
de la disciplina en un programa de curiosidades, y ya nunca se olvidó
de esa mueca de poseído que tenía el hombre cuando invertía
cada sílaba hasta llegar a frases y discursos completos. Algo del
orden de lo sobrenatural parece sobrevolar a Emiliano cuando reproduce
textos en orden invertido. Al derecho, en cambio, no es de hablar mucho.
Emiliano Sánchez Alessi y Miguel Laborde practican disciplinas
de circo. Por algún motivo, MTV creyó que la rareza circense
se merecía el rango de idiotez y, entonces, seleccionó a
Miguel (un contorsionista) y a Emiliano (un malabarista). El primero estudia
elongación e hipnotismo, y se pasa horas exhibiendo la habilidad
adquirida en fiestas y reuniones. Sé que mi cuerpo no va
a romperse, afirma ante los gestos de asombro. El malabarista lanza
bolas de acrílico, que nunca se le escapan. El piso las expele,
y vuelan mientras él le pega suaves golpecitos.
Sebastián Paoli, el último de la lista, imita a Michael
Jackson, y fue uno de los primeros integrantes de su fans club en
la Argentina. Ganó su lugar mostrando su sofisticada técnica
como break dancer, refregándose en el piso y dando vueltas con
la cabeza para abajo. Con la boca, mientras baila, emite extraños
ruidos: sonidos de drum and bass. A Tom Green le gustaría.
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