Por Martín
Piqué
El plazo máximo es el
miércoles, el Gobierno lo sabe. El jueves, Fernando de la Rúa
viajará a Washington para encontrarse con George W. Bush, y el
Presidente pretende volverse con una declaración de apoyo para
su paquete económico. Por eso, quiere llevar dos cosas en las valijas:
por un lado, el respaldo político a las medidas, que cree haber
logrado. Por otro, un acuerdo definitivo con los gobernadores, que se
posterga desde hace tres semanas. El acuerdo (con las provincias)
está muy cerca, aseguró ayer el vocero oficial Juan
Pablo Baylac. Los mandatarios, por su parte, son conscientes de las urgencias
del Ejecutivo, están dispuestos a negociar, pero mantienen varias
demandas que consideran irrenunciables. Y todavía están
furiosos porque la Nación privilegió a Buenos Aires y Córdoba
por medio de un salvataje financiero de 195 millones.
Desde el Gobierno, los encargados de negociar son el ministro del Interior
Ramón Mestre, y el jefe de Gabinete Chrystian Colombo. El viernes,
los dos llamaron por teléfono a los gobernadores, tanto de la Alianza
como del PJ. A los radicales les dijeron que Economía había
aceptado un punto de su propuesta, que consistía en ampliar el
decreto 1004 para que los Lecop sean utilizados para pagar Ansés.
La novedad agradó a los aliancistas, pero no logró ponerlos
de acuerdo sobre la necesidad de pactar con la Nación. El entrerriano
Sergio Montiel consideró que se han alejado las chances
de un entendimiento. No debemos dilatar más este acuerdo,
instó Angel Rozas, quien reconoció que los gobernadores
están dispuestos a ceder algunos aspectos si la Nación
hace lo mismo.
Los radicales están dispuestos a aceptar el recorte del 13 por
ciento en la coparticipación, que afectaría a todas las
provincias, aún a las que no tienen deudas. También accederán
a recibir en bonos Lecop todos los fondos coparticipables de este año
que adeuda la Nación. A cambio quieren que el importe que surge
de la diferencia entre el recorte y el ahorro que obtendrían por
la refinanciación de deudas se utilice para pagos de capital
e intereses a los organismos multinacionales de crédito.
Estas condiciones esperanzaron al Gobierno y lo llevaron a anticipar que
este fin de semana o el lunes los gobernadores podrían
arreglar con el Ejecutivo. Por lo pronto, los radicales convocaron a una
reunión en la Casa de Chubut, que se hará el martes próximo.
Sin embargo, la cuestión no parece tan sencilla, y el pacto por
las transferencias de impuestos no es tan inminente. Algunos jefes provinciales
radicales no creen en la tasa de interés del 7 por ciento. Y entre
los peronistas perdura el enojo por la millonaria ayuda financiera a Carlos
Ruckauf y José Manuel de la Sota.
El santafesino Carlos Reutemann está furioso por esa asistencia
que recibieron Buenos Aires y Córdoba. En el primer caso, el ministerio
de Economía prestó 65 millones al mandatario bonaerense,
que debía afrontar el vencimiento de Eurobonos y, si no los pagaba,
quedaba expuesto al cartelito de default. Claro que a la Nación
tampoco le convenía que el principal distrito del país entrara
en cesación de pagos.
En el caso de Córdoba, la asistencia fue mucho más alta:
se trató de 70 millones en efectivo y 60 millones en Lecop. El
jueves, cuando Reutemann se enteró de la maniobra, se volvió
a su provincia hecho una tromba. De cualquier forma, el santafesino tuvo
su venganza: uno de sus colaboradores le contó la novedad a Rozas
antes de que el chaqueño entrara a una reunión con Colombo
en la Jefatura de Gabinete. El encuentro, obviamente, fracasó.
Y la reacción de Rozas salió en todos los diarios.
Más allá de las diferencias que produjo la entrega de dinero
a Ruckauf y De la Sota, los gobernadores se preparan para contragolpear
desde el Congreso: piensan derogar los superpoderes de Cavallo e impulsar
la coparticipación de la ley del cheque, pese a que el Gobierno
usó esos fondos unos 400 millones de pesos mensuales
como garantía de la deuda pública nacional. Si no
nos cumplen con el piso, nosotros tenemos que recuperar la potestad de
la Constitución del 94, que dice que todos losimpuestos son coparticipables,
dijo ayer a este diario el gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner.
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