Por Sergio Moreno
No bien Eduardo Duhalde lanzó
su audaz y temeraria jugada convocando al Consejo Nacional del PJ para
el sábado que viene, excepto en sus filas la primera reacción
fue de desconcierto, sensación que, con el paso de las horas, mutó
en indignación. La atropellada del senador electo consiguió
el beneplácito de algunos gobernadores y jefes distritales de las
provincias que no gestiona el PJ y, especularmente, la reprobación
de los grandes distritos: Córdoba y Santa Fe, cuyos gobernadores,
José Manuel De la Sota y Carlos Reutemann, mostraron sus resistencias
a la convocatoria, según confiaron a este diario operadores muy
cercanos a ambos. Mediante el congreso, Duhalde intenta desplazar a la
conducción del Consejo Nacional, presidido por el prisionero Carlos
Menem. Un gobernador crítico de la convocatoria dijo a Página/12:
Está obsesionado de nuevo con Menem y Menem ya no le importa
a nadie.
El senador electo muy posiblemente consiga la mayoría de los congresales
necesarios para obtener quórum por una cuestión aluvional:
domina a la totalidad de los congresales de su provincia, unos 300, aproximadamente
un tercio del total.
El operativo para convocar al Congreso del PJ se puso en marcha por cuestiones
formales: la justicia electoral recordó la mora del partido en
la realización del mismo y, además, hizo lugar a una presentación
del PJ correntino contra la intervención en ese distrito. Pero
todo podría haber seguido como estaba de no mediar la decisión
política del ex gobernador y hombre fuerte de Buenos Aires. Duhalde
pretende que el Congreso acorte el mandato del Consejo Nacional, titulado
por Carlos Menem. Para ello tiene el antecedente de lo que ocurrió
cuando el ex presidente se hizo cargo del PJ: también acortó
el mandato de la conducción precedente. La idea del bonaerense
es nombrar una Comisión de Acción Política formada
por gobernadores que llamen a elecciones internas para nombrar al presidente
del PJ y convoque a elecciones internas para cubrir la candidatura presidencial
del 2003, en un plazo a determinar.
Todo esto está abierto.
Duhalde puso en marcha su maquinaria para convocar al Congreso a principios
de la semana pasada. Tres operadores suyos dijeron a Página/12
que había acuerdo general en el PJ para realizarlo. Contando porotos,
afirmaron que el santacruceño Néstor Kirchner integrará
la partida, al igual que otros distritos no gobernados por el peronismo:
Entre Ríos, Mendoza, Río Negro, Chaco, Neuquén, San
Juan y Catamarca. Duhalde designó al legislador porteño
Alberto Iribarne para que enhebre los acuerdos en el interior.
En los otros distritos el duhaldismo no tiene certezas. En Córdoba
reconocen que la novedad no cayó bien. En un principio, no
estaban muy entusiasmados, pero finalmente van a venir, dijo a este
diario un hombre del senador electo. Sin embargo, uno de los operadores
de mayor confianza de De la Sota el mismo que fue comisionado por
el gobernador cordobés para que sume voluntades para su proyecto
presidencial supeditó la presencia de sus congresales a un
acuerdo previo. No es momento para hacer definiciones demasiado
profundas. Nada que no sea acordado sirve, y me refiero a todos los aspectos.
Esta semana analizaremos si vamos (al Congreso) o no. Hay predisposición
para acordar, pero Duhalde sabe que no hay posibilidad de hacer un Congreso
sin consenso previo. Pero ojo: este es un Congreso que tiene como necesidad
de cumplir con la ley, no hay que ir más allá de eso,
limitó.
Distintas son las cosas con Santa Fe. El bonaerense y su gente sostienen
que la convocatoria fue acordada con Carlos Reutemann, a la sazón
vicepresidente del Congreso nacional del PJ. Dos de los principales ingenieros
del Lole juraron ante este diario que tal acuerdo no existió. El
miércoles (Reutemann y Duhalde) estuvieron reunidos. Duhalde le
habló de este tema, en el medio del quilombo de las negociaciones
en el CFI (con el gobierno nacional, por la coparticipación), pero
no arreglaron nada.Inclusive, Lole se lo comentó a varios gobernadores
que estaban en el CFI y ninguno creyó conveniente hacer el Congreso
en este momento, en medio de este incendio.
Otro operador del santafesino, que a su vez es congresal nacional, se
mostró sorprendido: El gobernador no me comentó nada
y a mí no me llegó ningún telegrama. Ahora bien,
si todo esto es sólo para echarlo a Menem, va a tener quilombo.
Un tercero, cuyas tareas se realizan solo por encomienda de Reutemann,
reveló a Página/12 alguna reflexión de su jefe al
respecto. Me dijo que iba a intentar no ir, por todos los medios,
y, si no le queda otra, irá pero va a estar más que callado,
mostrando la bronca que tiene.
La bronca es parte por esta jugada, parte por la que acumula,
desde el jueves pasado cuando, en la reunión que mantuvo con Carlos
Ruckauf y De la Sota antes de ir a almorzar con Fernando de la Rúa,
se enteró de que al primero la Nación le envió 65
millones de dólares para evitar que su provincia caiga en default
y al segundo le giraran 70 millones de pesos en metálico y 60 más
en Lecop.
En casa
En tanto, en la provincia de Buenos Aires, no todos los aires soplan
limpios para el senador. Ruckauf no recibió con beneplácito
la convocatoria al congreso. Un incansable operador del gobernador sostuvo
ante este diario: Duhalde se cortó sólo. No acordó
con nadie y se mandó a convocar al Congreso. Reflotar esta pelea
con Menem no le interesa a nadie, tampoco a Ruckauf que está dedicado
de lleno a gobernar.
Para suavizar estos malestares, Duhalde envió a José Pampuro,
una de sus más afiladas espadas, a hablar con el todoterreno de
Ruckauf, Esteban Caselli. En la reunión, Pampuro le ratificó
la intención de Duhalde de ocupar la presidencia del PJ y nada
más. Caselli dijo que Ruckauf apoyaría la movida en la medida
que el senador electo siguiese comprometido con el proyecto Ruckauf 2003.
Ambos se dijeron que sí.
Un tercer observador que conoció los detalles del encuentro confió
a este diario: ninguno de los dos le creyó al otro.
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