Por Raúl
Kollmann
El FBI busca a un hombre como
Theodore Kaczynsky. No descarta que los fundamentalistas de Osama bin
Laden estén detrás de las cartas con ántrax, no le
quitan la mirada a agentes que trabajaron para Irak o para Rusia, pero
el perfil del hombre que buscan es el de Kaczynsky.
Theodore Kaczynsky nació en 1942 en Chicago. De chico, ya era un
genio matemático: a los diez años resolvía difíciles
problemas algebraicos y asombraba a todos los que lo rodeaban. Años
más tarde, egresó como físico y matemático
de la Universidad de Harvard, una de las más prestigiosas del mundo.
Sin embargo, el dinero para vivir lo sacaba del trabajo en una fábrica
de espuma de goma propiedad de su familia. El hermano menor, David, era
el gerente general y Teodoro, supervisor.
En 1978 se produjo un hecho que marcó su vida. David echó
a Theodore de la fábrica por acosar a una joven compañera
de trabajo que se negaba a salir con él. Eso llevó a que
Theodore rompiera definitivamente con su familia y, tras cartón,
se fue a vivir en una cabaña en el medio de los bosques de Montana.
No tenía luz eléctrica ni agua corriente, se alimentaba
con los vegetales que cultivaba y, a veces, con la carne de algún
conejo que lograba cazar. Cuando necesitaba ir a algún lado iba
caminando o en bicicleta.
Fue en ese mismo año, 1978, cuando mandó su primera carta
con explosivos armados por él. Estaba dirigida a la Universidad
de Illinois, el estado donde había nacido. Sólo provocó
un herido. Era su forma de enfrentarse al sistema tecnológico-industrial
que priva a la gente de trabajo, autonomía y dignidad. Su
carta iba a firmada con las siglas FC.
En 1979 envió otras dos cartas, en principio dirigidas a universidades
o académicos (UN) y después a aeropuertos o compañías
aéreas (A) por lo que el FBI lo denominó Unabomber. En 1985,
después de siete años de herir a los destinatarios, produjo
la primera muerte: un ejecutivo de una empresa publicitaria.
Para ese entonces, el FBI ya había montado la investigación
más cara de su historia, se dispuso la formación de una
división especial destinada a encontrar al Unabomber y ofreció
una recompensa de un millón de dólares.
Las cartas siguieron llegando y produjeron 29 heridos. En 1994, 16 años
después del primer sobre, se produjo la segunda muerte: otro publicitario,
esta vez de New Jersey. Un año después, una nueva explosión
mortal: el presidente de la Asociación Forestal de California,
Gilbert Murria.
Sin embargo, el paso más audaz de Theodore se produjo en 1996.
Le envió sendas cartas al Washington Post y al New York Times exigiéndoles
que publiquen un manifiesto de 350.000 palabras titulado La sociedad
industrial y su futuro. Si el texto aparecía en las páginas
de los diarios, el Unabomber se comprometía a dejar de enviar cartas
mortíferas.
El chantaje produjo una inmensa discusión en Estados Unidos, pero
finalmente los diarios y el FBI que intentaba encontrar alguna pista-accedieron
a la publicación. Y a partir de ahí se produjo el desenlace.
David, el hermano de Theodore, leyó el texto en The New York Times
y de inmediato reconoció las ideas, los argumentos, el estilo y
las palabras de Theodore de la época en la que ambos mantenían
una estrecha relación. David se acercó al FBI y les dijo
que tenía una pista decisiva, pero que sólo iba a revelarla
a cambio de un compromiso: en ningún caso su hermano debía
ser condenado a muerte.
Finalmente, el FBI allanó la cabaña de Montana y encontró
un laboratorio, una bomba perfectamente armada, la copia manuscrita del
manifiesto que se había publicado en los diarios y un diario personal,
escrito en clave. En este último texto manifestaba regocijo cuando
un atentado salía como esperaba y frustración si no conseguía
su objetivo. Enbuena parte del texto expresaba su odio a la sociedad.
Theodore fue detenido, 18 años después del envío
de su primera carta.
Durante el juicio intentó suicidarse ahorcándose como su
propia ropa, se peleó y echó a sus abogados cuando intentaron
que se lo declare insano mental para aliviar su eventual condena. Hasta
quiso asumir él mismo el papel de abogado defensor.
En 1998 terminó reconociéndose culpable y el 4 de mayo de
ese mismo año lo condenaron a cuatro cadenas perpetuas. Es decir
que nunca y bajo ninguna circunstancia podrá salir de la cárcel.
El FBI busca hoy a otro Theodore Kaczynsky. Tres de los sobres con ántrax
al Senado norteamericano, al New York Post y a la cadena NBC
fueron enviadas por la misma persona, que escribió textos muy parecidos,
a mano y en letras de imprenta. Los investigadores creen que detrás
de los ataques hay algún científico lleno de odio, resentido,
posiblemente echado de alguno de los 40 laboratorios que trabajaron el
ántrax en los últimos años en Estados Unidos. Puede
ser un racista blanco, un ultraderechista, un fundamentalista islámico,
un científico que alguna vez trabajó en Rusia, un hombre
que se quiere vengar de alguna de las miles de cosas de las que mucha
gente en la sociedad actual se quiere vengar.
Desde el frío punto de vista de los números, al Unabomber
tardaron 18 años en capturarlo y mató a tres personas. El
Unabomber del ántrax mandó su primera carta hace hoy exactamente
un mes y ya produjo sus primeras muertes.
Informe: Emiliano Ruy Rodriguez
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