Por
Juan José Panno
Una de las jugadas clave del partido, quizás la más importante,
se produjo a los 13 minutos del segundo tiempo y marcó el punto
final para un partido que por entonces estaba abierto en la cancha y en
el resultado. Con el 2 a 1 en la chapa, en el momento en que Gimnasia
se iba al humo con todo, después de una seguidilla de corners que
generaban terror en el área de Campagnuolo, Loeschbor salió
jugando desde el fondo con la convicción y la serenidad del que
sabe muy bien lo que está haciendo y pareció que más
que un defensor que inicia un ataque era un prócer montado en su
brioso corcel, con el dedo índice hacia el horizonte, dando los
pasos iniciales de una gesta libertadora. Loeschbor jugó con Bastía,
Bastía tocó para atrás, Loeschbor lo buscó
al Mellizo Gustavo y el circuito de toque siguió con Vitali, Estévez,
Arano y Maceratesi, hasta que la pelota, siempre mansa, siempre jugada
con precisión, le cayó a Chatruc. El volante de Racing,
ya en el área, retrocedió unos pasos con un par de defensores
de Gimnasia colgados de los hombros y desde unos veinte metros clavó
la media vuelta contra el palo izquierdo de Hernando. El gol permitió
sacar dos conclusiones: 1) que Racing encontró la tranquilidad
que en otros tiempos, no muy lejanos en los que se ahogaba en copitas
de anís, no tenía; 2) que hay otros caminos para llegar
al gol, distintos de la búsqueda vertiginosa y alocada.
Los hinchas de Racing entendieron entonces que lo de Boca era historia,
que este partido estaba liquidado y que era un excelente momento para
abrir las puertas del festejo. Enseguida llegó el tiro de gracia,
un cabezazo de Maceratesi casi en la línea del arco de Gimnasia
y un ratito más tarde la noticia del primer gol de San Lorenzo
para hacer más plena la felicidad y disfrutar de un domingo que
presagia nuevos y brillantes soles. De ahí hasta que Baldassi dijo
basta sólo hubo espacio para el lucimiento del pibe Lucas Lobos,
futuro ídolo de Gimnasia, mientras los jugadores locales trataban
de que todo pasara rápido y los visitantes, con la excepción
ya marcada de Lobos, buscaban desde ángulos imposibles el arco
de Campagnuolo.
En el balance de los 62 minutos de partidopartido (lo que siguió
al gol de Maceratesi ya se dijo que sobró), Racing fue más
que Gimnasia en la medida exacta del resultado final: Racing tuvo 12 situaciones
de gol y Gimnasia 3; por cada cuatro jugadores destacados en Racing, se
puede anotar uno de Gimnasia.
La ausencia de Ubeda, expulsado ante Boca, planteó diferentes variantes
a Merlo, quien finalmente optó por jugar con Maciel, Loeschbor
y Bedoya en el fondo, Vitali y Arano como carrileros, Bastía como
eje defensivo, Gustavo, cerca, por la derecha y Chatruc libre en tres
cuartos de cancha, con más derecho de juego que obligación
de marca. Chatruc, que anduvo fenómeno, fue importantísimo
en la ofensiva (ver recuadro), pero también aportaron lo suyo Arano
(un zurdazo violento abajo y un remate espectacular desde lejos), Estévez
(el primer gol, con el pecho tras un centro de Vitali) y Milito (un cabezazo
desde cerca que debió ser gol). Si Racing no liquidó el
partido en la primera media hora se debió sobre todo a Hernando,
que realizó algunas atajadas magistrales y le puso el cuerpo al
bombardeo al que fue sometido desde el arranque. Más fácil
que quebrar a Hernando era para Racing superar a la endeble línea
de tres que armó Griguol con los pibes Zaniratto, Herner y Bustos.
Cavallo y Sanguinetti, parados delante de ellos, trataban de darle solidez
al bloque defensivo, pero no les alcanzaba porque estaba visto que a Racing
le soplaban buenos vientos.
Casi sin darse cuenta, como consecuencia del dominio ejercido, el cuadro
local se puso 2 a 0 mientras que Gimnasia, atacando de tanto en tanto,
provocó un par de penales no cobrados y uno que fue menos que los
anteriores, pero que Baldassi sí cobró. Lo tiró Sanguinetti
y fue el 2 a 1 parcial que hizo reaparecer a los viejos fantasmas en el
inicio del segundo tiempo, cuando ya no estaban ni Messera ni Bedoya,
expulsados.Cundía el miedo en los hinchas, pero no la desesperación
en los jugadores hasta que apareció Loeschbor, al galope, apuntando
con su sable hacia Hernando y Racing, buscando su destino, encontró
la goleada, se olvidó de Boca y armó la fiesta que se merecía.
OTRA
VEZ DEJO SU MARCA EN LA RED RIVAL
Chatruc
sólo hace goles vitales
Por
A.G.
A
partir del partido con Huracán, Reinaldo Merlo se decidió:
ante la ausencia de un enganche natural, el entrenador se la jugó
por José Manuel Chatruc como principal generador de fútbol
del equipo. Y más allá de que a veces se excede en el vértigo,
el ex jugador de Platense cumplió con su rol y se transformó
en el conductor de Racing. Además, a lo largo del campeonato, consiguió
goles decisivos que significaron puntos fundamentales en la campaña
del puntero. Ayer ante Gimnasia no fue la excepción; dos tantos
en momentos clave y seguridad en el traslado fue su principal aporte para
un nuevo triunfo que agranda la ilusión. Con esos argumentos le
sobró para convertirse en el mejor jugador de la cancha.
Ya a los dos minutos, Chatruc mostró su importancia. Tomó
la pelota por la izquierda, se perfiló para la derecha y sacó
un remate que se fue cerca del segundo palo de Hernando. Cuando todavía
se dudaba sobre el impacto que tendría la derrota de entre semana
ante Boca, de la mano de Chatruc, Racing comenzó a demostrar que
el golpe en la Bombonera formaba parte del recuerdo. Así no sorprendió
el tanto de Estévez con el pecho luego de un centro de Vitali,
que había recibido del armador racinguista.
Por más
que el conjunto local era superior, Gimnasia comenzaba a inquietar. Sin
embargo, dos maniobras de Chatruc aplacaron la reacción. Primero
avisó con derechazo desde 25 metros que rebotó en el travesaño,
cuando Hernando ya estaba vencido. Más tarde convirtió el
segundo gol con un cabezazo de pique, al aprovechar un buen centro de
Maciel. Ya en la segunda parte, otra aparición del volante liquidó
el juego. Con el 21, Gimnasia inquietaba en base a centros y Racing
no encontraba la pelota. Pero en una muy buena jugada colectiva que nació
desde los pies de Loeschbor en el fondo, y en la que intervinieron casi
todos los volantes de Racing, Chatruc terminó de ponerle el moño.
Aguantó la pelota de espaldas al arco, giró ante la marca
de un defensor y desde el borde del área colocó una media
vuelta al palo izquierdo de Hernando. Golazo por la excelente maniobra
de conjunto, pero, sobre todo, fundamental para asegurar los tres puntos.
La importancia de sus goles no es nueva. En la tercera fecha, Racing no
la pasaba bien en Rosario, ya que Central lo dominaba y estaba cerca del
primer gol. Sin embargo, en un contragolpe, el volante de Racing sacó
un derechazo desde afuera del área que se metió abajo y
que se transformó en el tanto del triunfo. Otro gol fundamental
está más cercano en el tiempo. Luego de remontar un 02
ante Estudiantes, Chatruc encabezó un contraataque, un defensor
interceptó su pase, pero el volante recuperó la pelota y
definió suave con la cara externa de su pie derecho. De esa manera,
convirtió un gol clave para mantener las ilusiones de campeón.
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