Por Facundo Martínez

En un partido que tuvo un primer tiempo tibio y una segunda mitad más que encendida –por el clima y por las situaciones que tuvieron ambos equipos-, River apenas consiguió empatar con San Lorenzo 2–2, tras remontar dos veces el marcador. La clave de la igualdad –la tercera consecutiva de los de Boedo en el Monumental– fue la falta de claridad de los locales en los últimos metros y varios descuidos que San Lorenzo aprovechó, resolviendo con simpleza lo que en su propia área se hacía complicado. Alberto Acosta puso en dos oportunidades en ventaja a San Lorenzo –con esos dos tantos llegó a los 100 goles en el fútbol local– y para River descontaron Martín Cardetti y Maxi López. El arbitraje de Claudio Martín fue desparejo, aunque no incidió en un resultado que le hace a los de Díaz perder un turno en su chance de alcanzar a Racing.
River, que durante varios minutos había conseguido llevarse por delante a San Lorenzo, no pudo sin embargo encontrar el camino para plasmarlo en el marcador. Porque si bien llegaba con fluidez al área rival, casi siempre por el lateral derecho, lo hacía regalando espacios para la contra de los visitantes, que se mostraron más efectivos que creativos. Con eso les alcanzó para estar dos veces en ventaja y obligar al conjunto de Ramón Díaz a jugarse con desesperación en ataque.
Por el lado de Eduardo Coudet y Andrés D’Alessandro, siempre en sociedad con Ariel Ortega, los locales parecían estar siempre a punto de liquidar el encuentro. Durante los primeros diez minutos, el gol estuvo cerca: a los 3, pudo hacerlo D’Alessandro; a los 6, Saja contuvo un disparo de tiro libre del jujeño; y a los 12, Coudet puso un disparo sobre el palo derecho de Saja, que se fue apenas desviado. Mientras, San Lorenzo había mostrado desde el arranque que su intención era esperar y tratar de salir con prolijidad desde el fondo, aprovechando los errores del rival. Recién después de la primera situación clara del conjunto de Manuel Pellegrini, a los 17, el partido comenzó a jugarse de ida y vuelta. Así, Cardetti, habilitado por Ortega, a los 36, desperdició una buena oportunidad ante la salida de Saja, quien le robó la pelota.
Cuando no lo merecía, porque esperaba más de lo que buscaba, San Lorenzo abrió el marcador tras un centro de Pablo Michelini que Lucas Pusineri paró con el pecho para rematar contra el cuerpo de Comizzo; el rebote lo tomó Acosta para poner el 1–0. La diferencia no duró, porque una avivada de Ortega en una jugada con pelota parada le permitió a Cardetti anotar el empate con zurdazo al primer palo, sobre el final de la primera mitad.
El segundo de Acosta, a los 5 del segundo, de penal, volvió a complicar a River y a obligarlo a salir, aunque esta vez intentándolo con los centros y con pelotazos largos. San Lorenzo continuó aprovechándose de los errores de River y tuvo dos contras claras que Acosta no pudo concretar. Con Esteban Cambiasso y Maxi López en la cancha, Díaz intentó compensar las falencias en la zona de definición de su equipo. Cambiasso puso un disparo en el travesaño y López consiguió poner el 2–2, a los 76, habilitado dentro del área por un pase sutil, categórico de D’Alessandro.
Sobre el final se hicieron intensos los minutos: con San Lorenzo sin aire para volver a golpear, y con River sin saber por dónde y cómo hacerlo.

NADIE LO DICE, PERO YA ESTARIA VENDIDO
¿D’Alessandro va al Real?

Por A.D.B.

La interna política que se vive en River puede “obligar” a ocultar muchas cosas. De la misma manera que sucedió en otras oportunidades, ahora la delicada situación económica es capaz de determinar que el futuro de un futbolista sea la transferencia al exterior, pero la inminencia de las elecciones haga que deba mantenerse en secreto. El protagonista de esta historia es el talentoso volante Andrés D’Alessandro, que a partir del próximo año continuaría su carrera en el Real Madrid. En principio, la Comisión Directiva de River habría acordado con los directivos españoles la venta del juvenil, pero esperarían hasta fin de año para anunciarlo oficialmente. En este momento, a casi un mes de las elecciones presidenciales, confirmar la transferencia de D’Alessandro sería un punto en contra para el oficialismo, y más teniendo en cuenta que el vicepresidente Alfredo Davicce analiza la chance de volver a ocupar el cargo principal en la entidad de Núñez. Y para agregar más confusión, el presidente Pintado anunció anoche que buscará su continuidad.
Pero ésta no es la primera vez que las autoridades de River esconden alguna transacción. Algo parecido sucedió con Javier Saviola y Pablo Aimar. El primero ya había firmado un precontrato con la institución catalana, y Gustavo Mascardi, el representante de Aimar, había acordado el alejamiento del jugador, mientras en River se negaba todo. En definitiva, nadie quería pagar el costo político que significaba tomar esas decisiones. Por estas horas, la necesidad que tiene River por obtener dinero hace que tenga que seguir desprendiéndose de sus principales figuras.
El campeón Mundial Sub–20 recién en este torneo logró afirmarse como titular en la Primera de River, y ya se convirtió en uno de los jugadores preferidos de los hinchas.

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