Este
título se lo quiero dedicar a la familia Berta. Abrazado
a su padre, Gabriel Ponce de León, el campeón más
joven del TC 2000, resumió en los boxes del Oscar Cabalén
de la ciudad cordobesa de Alta Gracia, la alegría que lo desbordaba
tras su consagración. Este título se lo quiero dedicar
a la familia Berta, que me ayudó a crecer en el automovilismo y
sin ellos, seguramente, hoy no estaría acá, expresó
el piloto de Junín. El abrazo de su padre fue la primera muestra
de cariño que recibió el nuevo campeón, mientras
que un rato después recibía la felicitación de Juan
María Traverso, que terminó tercero una carrera que ganó
brillantemente su coequiper, Norberto Fontana.
Llevando a cabo el meticuloso y correcto trabajo de siempre, y aprovechando
el abandono de su único rival en la pelea por el título,
Walter Hernández, Ponce de León llegó al título
una carrera antes del final del torneo. Hernández salió
a matar o morir desde el vamos, mientras que Ponce de León arrancó
con la calculadora bajo el brazo.
Fue a partir de ese planteo que el gasto lo hizo Hernández, arriesgando
para tener que superar al chaqueño Juan Manuel Silva, el brasileño
Carlos Bueno o Fabián Flaqué, para tratar de arrimar lo
más adelante posible. Pero Hernández no dependía
de él mismo. A pesar de todos los problemas que encontró
Ponce de León durante el fin de semana para encontrar un auto más
o menos competitivo, el juninense tuvo el medio mecánico justo
para lograr la ubicación que le permitiese quedarse con el campeonato.
Navegando entre el octavo y el sexto puesto durante gran parte de la carrera,
Ponce de León tuvo siempre la tranquilidad de que el título
se iba para Junín.
Esa tranquilidad, como si fuera poco, se agigantó en la vuelta
28, a sólo cinco de la bandera a cuadros cuando, a raíz
de una falla mecánica, Hernández se quedó a un costado
del camino, ofreciéndole en bandeja el título al rival de
toda la temporada.
No vi cuando Walter (Hernández) abandonó, porque venía
muy concentrado en la carrera. Me avisaron por la radio. Pero, más
allá de esta definición, creo que los dos hicimos un año
bárbaro, puntualizó Ponce. Dejé todo,
es una lástima, señaló un resignado Hernández
al final.
Bajo el calor cordobés, los Toyota Corolla de Fontana y Traverso
aparecieron en su esplendor. El arrecifeño ganó de punta
a punta y tuvo resto para sacarle más de 28 segundos a su escolta,
mientras que al Flaco le sobró máquina para quedarse con
el tercer escalón del podio. Sólo se le resistió
el sanjuanino Fabián Flaqué, que corrió el coche
de Guillermo Ortelli ausente para correr TC en Buenos Aires
sin que le faltara soltura para llevar el Honda.
El momento negro de la jornada se vivió cuando el equipo Honda-Pro
Racing manifestó su descontento por la exclusión de su piloto
y titular, Marcelo Bugliotti, quien se había impuesto en la primera
serie, y decidió retirarse de la carrera para atacar con virulencia,
mediante un comunicado, a la Comisión Deportiva Automovilística
del Automóvil Club Argentino.
Bugliotti había superado a Esteban Tuero mediante una maniobra
comprometida, en la que puso dos ruedas del coche sobre el pasto, y fue
sancionado por los comisarios deportivos de la CDA. Tuero tuvo que abandonar
tras la maniobra. El equipo, que tiene su sede en proximidades a Villa
Carlos Paz, decidió entonces el retiro del otro auto, que conduce
Aníbal Zaniratto, quien no corrió la segunda serie de la
jornada. Esta fue la gotita que rebalsó el vaso. Sé
que la decisión que tomamos era la correcta, voy a dormir tranquilo,
señaló Mario DAngelo, director deportivo del equipo.
El comunicado instó a cambiar hombres y nombres, ya
que se ha llegado a un momento sumamente crítico que pone
un fuerte llamado de atención en relación con el futuro
deportivo del TC 2000.
|