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el gobierno quiere mantener la iniciativa frente a la crisis
Para que no les roben cámara

La apuesta es crear optimismo y pintar a los gobernadores como responsables de un eventual fracaso. La reunión con Bush.

Por Fernando Cibeira

Aunque no sepan definir muy bien cómo, la idea del Gobierno es conservar la iniciativa que creen haber obtenido con el lanzamiento del plan. “No hay que dejarles el centro del ring a los gobernadores”, explicaba anoche un ministro cercano al presidente Fernando de la Rúa. La referencia era a la negociación por el reparto de fondos que el Gobierno quiere cerrar hoy con los jefes provinciales y que mantiene en un interrogante la viabilidad de las medidas anunciadas el jueves pasado. Para el entorno presidencial, el esfuerzo tiene que focalizarse en el afianzamiento del plan –ayer en Olivos se firmó una docena de decretos– para llegar en las mejores condiciones a la reunión que De la Rúa mantendrá el domingo próximo con el presidente de los Estados Unidos, George Bush. Una entrevista que del día a la noche se convirtió en la puerta por la que el Gobierno quiere reingresar en la consideración de los organismos de crédito.
Como ya es rutina en época de crisis –dentro de la que podrían encuadrarse los últimos dos años– en Olivos los domingos se trabaja. Ayer estuvieron todos los ministros –a excepción del de Justicia, Jorge de la Rúa, y el de Desarrollo Social, Daniel Sartor– junto al Presidente y al jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, redactando decretos para poner en marcha de la totalidad del plan cuanto antes.
Los decretos fueron más bien del tipo técnico y por la noche un cansado pero satisfecho ministro resumía el ánimo del Gobierno. “Lo más importante es que ahora la gente empiece a vivir con la sensación de que lo peor de la crisis ya pasó. Si no logramos convencer a la sociedad de eso, será muy difícil salir de la recesión”, explicaba. Con esa línea argumental, continuaba, los gobernadores más que en una posición de poder hoy se encuentran en una situación comprometida. “Tienen que aceptar las condiciones que se le plantean porque sino van a quedar como los responsables de generar un clima de incertidumbre”, sostenía.
Empresarios, banqueros, inversores extranjeros, organismos internacionales y hasta las potencias mundiales dijeron estar a la espera de que los gobernadores cierren su acuerdo con el Ejecutivo para conocer el grado de viabilidad con el que cuenta el plan lanzado el jueves, casi como última oportunidad para sacar al país de la crisis. Pero en la debilidad, piensan en el entorno delarruista, está la fuerza. Aseguran que a los gobernadores no les queda otra que aceptar rápidamente lo que se les ofrece, así que el Gobierno no les tiene que dar a los caciques provinciales opositores la oportunidad de convertirse en árbitros de nada. Por el contrario, la tarea del Ejecutivo en estos días no debería distraerse de la puesta a punto de las medidas. Así, con el acuerdo con los gobernadores en el bolsillo y con el plan en marcha, De la Rúa llegaría entero al próximo gran objetivo: la entrevista con Bush.
Big Brother
La cita será en el lujoso Waldorf Astoria, el hotel en el que solía parar Carlos Menem cuando todavía era presidente, no estaba preso y le gustaba sentirse como un rey en sus visitas a Nueva York. Debido a la guerra, el emblemático hotel ubicado en la Tercera Avenida hoy no luce tan completo como solía, pero eso no será de importancia para De la Rúa.
Originalmente, la Asamblea Anual de las Naciones Unidas se iba a realizar en septiembre, pero el ataque a las Torres Gemelas obligó a la suspensión. La nueva fecha se fijó para el próximo fin de semana. El Presidente viajará el jueves y tendrá su primera actividad el viernes al mediodía, cuando almuerce en la American Society con representantes del establishment estadounidense que le tomarán examen sobre la fortaleza del nuevo plan acerca del que tienen muchas más dudas que certezas.
El sábado lo ocupará la apertura de la Asamblea de la ONU. De la Rúa está anotado para hablar en séptimo lugar. Su discurso no se apartará de los tópicos que suelen transitar los presidentes argentinos en estos casos: apoyo a las resoluciones tomadas por el Consejo de Seguridad de laONU, recordatorio por las Malvinas y un reclamo de verdadera liberación de mercado para las naciones emergentes que deben sufrir el subsidio que las naciones desarrolladas otorgan a su producción local. Sería lógico que también agregara alguna condena explícita al terrorismo y explicara cómo Argentina ha tomado medidas de control en la zona de la Triple Frontera.
Pero el plato fuerte será el domingo a las 11, cuando el Presidente se encuentre a solas con Bush. Si la Asamblea no se hubiera suspendido, la iniciativa de Cancillería era que De la Rúa concurriera a ver a Bush del brazo del presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, como forma de fortalecer al Mercosur, al menos en el lenguaje de las imágenes. Esa idea hoy quedó archivada. “Eso se barajó como respuesta a unas declaraciones de Cavallo contra Brasil, pero hoy no tendría sentido”, respondió un vocero de Gobierno ante la consulta.
En el entorno presidencial no quieren mostrar toda la ansiedad que les produce el encuentro. “Con que diga lo mismo que aprobó el G-7 nos alcanza”, respondía un ministro. En realidad, a De la Rúa y compañía les gustaría que tantos gestos a favor de Estados Unidos en el conflicto internacional les dé algo de handicap para un poco más. Por ejemplo, para una recomendación de Bush a los organismos de crédito a ayudar activamente al país. “No es absolutamente necesario. Con que diga que estamos por el buen camino, después nosotros nos arreglamos”, aseguraba el funcionario.

A Baylac le gusta gobernar

El vocero del Gobierno, Juan Pablo Baylac, admitió ayer que le gustaría ser gobernador de Buenos Aires si estuvieran dadas las condiciones, según dijo, para “pelear por una provincia mejor”. Página/12 reveló en su edición del domingo un plan que algunos delarruistas elaboran en secreto para –en el supuesto caso de que la economía repunte– candidatear en el 2003 a Fernando de la Rúa para su reelección, al ministro de Turismo, Cultura y Deportes, Hernán Lombardi, como jefe de Gobierno porteño y a Baylac para la gobernación bonaerense. Para el humor zumbón de los radicales, se trata del “plan de Gaby, Fofó y Miliki”.
Baylac se convirtió en el primer interesado en reconocer el plan. Aunque aclaró que todavía no piensa en ninguna candidatura, también dijo que le “encantaría” ser gobernador. “Pero cómo no, me encantaría si las condiciones estuvieran dadas para pelear por una provincia mejor. Tenemos que restablecer las condiciones de funcionamiento del país”, afirmó Baylac, ante una consulta de Radio 10. El proyecto es imaginado en reserva por algunos de los integrantes del grupo Sushi, que quedó fortalecido luego del reciente cambio de ministros. No sólo por el destacado rol que cumplió Antonio de la Rúa en la comunicación de las modificaciones sino por el ascenso de algunos de sus integrantes, como Lombardi y la ministra de Seguridad Social, Patricia Bullrich.

 

 

 

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