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EL FISCAL APELO SOBRESEIMIENTOS DE TRES POLICIAS
Rollos y casetes perdidos

Servini de Cubría sobreseyó a los acusados por la desaparición de escuchas y fotos de la causa AMIA. El fiscal Osorio apeló.

Por Adriana Meyer

“No es una causa más”, repiten jueces y fiscales en alusión a la investigación por el atentado contra la AMIA. De hecho, las irregularidades cometidas en ese expediente siguen generando noticias. La jueza María Servini de Cubría sobreseyó al ex director de Prevención de la Superintendencia de Seguridad Interior, Daniel de León, de quien dependía el Departamento de Protección del Orden Constitucional (DPOC) de la Policía Federal, en la causa que investiga la desaparición de 68 casetes con escuchas a Carlos Alberto Telleldín, uno de los principales acusados del caso. En otro expediente referido a la desaparición de rollos fotográficos secuestrados a un sospechoso de la causa madre, la magistrada sobreseyó a Horacio Jorge Gelabert y a Carlos Antonio Castañeda, ambos pertenecientes al DPOC. El fiscal Miguel Angel Osorio apeló ambas resoluciones ante la Cámara Federal.
Las escuchas habían sido realizadas al teléfono particular de Telleldín entre el 27 de julio de 1994 y el 30 de agosto del mismo año por la Dirección de Observaciones Judiciales de la SIDE. Según describió Servini en su resolución, esa dependencia envió los casetes con las escuchas al DPOC “para su posterior transcripción”. El 22 de mayo de 1996 se le solicitó al DPOC que los enviara al juzgado “con carácter de urgente”. Fue así que el inspector Rodolfo Peralta informó que los casetes “no se encontraban en dicha dependencia”, y sólo envió las desgrabaciones que había hecho la SIDE. Las averiguaciones del juzgado concluyeron que los cassettes fueron recibidos por el comisario inspector Carlos Castañeda, que los transcribía y devolvía a la SIDE. Sin embargo, el director de Observaciones Judiciales de ese organismo informó al juzgado que los cassettes “fueron oportunamente entregados al DPOC en un total de 68 unidades”.
La espía “Marta” aseguró el martes al ser interrogada en la SIDE por el juez federal Claudio Bonadío que “los cassettes eran todos reciclados para su reutilización. Sólo se guardaban si había una orden expresa del juez y entonces quedaban en Observaciones Judiciales”. Sin embargo, el abogado de Memoria Activa Alberto Zuppi sostiene que hubo dos copias de cada cassette porque una iba al sector de Contrainteligencia, y que cree que aún existen. Ante la evidencia de que en la causa de Servini sólo fueron imputados policías y ningún agente de inteligencia, el letrado se quejó de que “la investigación no fue muy profunda”. La jueza inició ambas pesquisas por las denuncias que hizo Galeano cuando detectó que le faltaban esos importantes elementos de prueba.
Cuando De León, superior del inspector Castañeda, fue indagado por Servini adujo que, según la ley orgánica de la Policía Federal, los policías que actúan en una causa judicial “quedan sujetos a las directivas emanadas del tribunal interviniente”, es decir que reciben órdenes del juez y no de sus superiores jerárquicos. Agregó que la responsabilidad de la distribución de los cassettes para su desgrabación y transcripción era del DPOC. El fiscal Osorio consideró en su apelación que es necesario recordar que en el ámbito de ese departamento, a cargo de Castañeda pero bajo supervisión de De León, se produjeron hechos similares. “Esta secuencia de ‘pérdidas’ no puede escudarse en una disolución de responsabilidades”, expresó el fiscal.
Osorio destacó como un dato no menor que De León cumplía tareas de contralor y coordinador entre el juzgado y la SIDE, porque en ese marco “es claro que se encontraba en una inmejorable posición para supervisar todo cuanto acaecía con la investigación del atentado a la AMIA”. El fiscal concluyó que “en el marco de la investigación del suceso más grave de nuestra historia” la posición de De León es “de tal gravedad” que las “excusas por él esgrimidas” resultan “pueriles”. Por eso apeló elsobreseimiento dictado por Servini para que el policía sea llevado a juicio oral.
Claudio Lifschitz, el ex prosecretario de Galeano que denunció una larga serie de irregularidades en la investigación, comentó a Página/12 que “es cierto que los cassettes se reciclaban por una cuestión de costos pero en un caso de tal resonancia como el de la AMIA es dudoso que no consultaran al tribunal ante de destruir esas cintas y hayan borrado, por ejemplo, el diálogo que mantuvieron Ana Boragni (mujer de Telleldín) y el mecánico Ariel Nitzcaner”. Según el ex funcionario judicial, cuando la SIDE le informa a Servini que devolvió las cintas omite el hecho de que el sector Contrainteligencia tenía copias. “En las investigaciones quien maneja escuchas siempre hace un ‘master’ con las partes más importantes antes de reciclar los casetes, y en este caso el DPOC y 85 (Contrainteligencia) tienen que haber hecho uno”, describió.
Mario Lorenz es el titular de una cédula de identidad con los mismos números que figuran en el ticket de la Trafic, cuyo motor apareció en los escombros de la AMIA, cuando fue dejada en el estacionamiento Jet Parking. Cinco rollos fotográficos fueron secuestrados de su casa, pero desaparecieron. Servini concluyó que “la custodia de los rollos no estuvo en ningún momento a cargo del imputado Gelabert”, y que Castañeda omitió mencionarlos en el acta del allanamiento por “impericia” y no en una actitud dolosa. Por lo tanto, lo sobreseyó del delito de falsedad ideológica. Osorio también apeló con similares argumentos que en caso de De León: “No era una causa más”.

 

 

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