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Beliz no quiere resignarse 
a perder la banca de Bravo

El belizismo impugnará hoy al ARI ante la Justicia Electoral para reclamar su lugar 
en el Senado.

Por Raúl Kollmann

Gustavo Beliz se presentará hoy ante la Justicia para reclamar la banca que obtuvo �según los resultados preliminares� el socialista Alfredo Bravo, primer candidato de Alternativa por una República de Iguales. Los asesores de Beliz argumentan que el ARI se opone a la apertura de todas las urnas para verificar exactamente cómo salió la votación, pero la presentación judicial no se hará en ese sentido sino apelando a un artículo de la Constitución que señala que la banca por la minoría �es para el partido político� que salga segundo en la votación. 
Bravo consiguió sus votos no sólo por el ARI. Obtuvo una porción de 54 mil sufragios a través del Partido Nuevo Milenio de Juan Carlos Dante Gullo y que también postulaba a Bravo. Beliz inicialmente dijo que iba a respetar la voluntad de los votantes, pero ahora, con el argumento de que no le permiten abrir todas las urnas, aduce que los votos del ARI y los de Nuevo Milenio no deben sumarse.
El conflicto que va a explotar hoy fue adelantado por Página/12 en exclusiva al día siguiente de la elección y ahora se nutre de una serie de acusaciones cruzadas. Los hechos concretos son los siguientes:
Beliz obtuvo 222.370 votos.
Bravo, como candidato del ARI, consiguió 172.206.
Por Nuevo Milenio, el dirigente del socialismo democrático sacó 54.127 votos.
La suma de las dos boletas da 226.333, es decir que Bravo superó a Beliz por 3963 votos.
Un análisis objetivo indica que la mayoría de los votos canalizados a través de la boleta de Gullo fueron por confusión, es decir que el ciudadano no sabía que había dos listas que llevaban a Bravo como candidato. La prueba es que Gullo casi no aparecía con intención de voto en las encuestas y sin embargo consiguió esos 54 mil votos. 
El ARI no estuvo de acuerdo con que Gullo llevara a Bravo en su boleta como candidato a senador y por ello se presentó a la Justicia antes de las elecciones. La jueza María Romilda Servini de Cubría dictaminó que Gullo lo podía hacer y sostuvo que los votos de las dos boletas se sumarían. 
Tal vez lo más llamativo es que terminada la jornada electoral, Beliz sostuvo que respetaría el espíritu de los votantes y que por ello reconocía que la banca le pertenecía a Bravo. 
El conflicto resurgió ahora porque se está realizando el escrutinio definitivo en el Congreso Nacional. La gente de Beliz sostiene que de las 7 mil urnas de la Capital Federal sólo se abrieron 500 y que en ellas Nuevo País recuperó 2400 votos, o sea que se estrechaba la ventaja a nada más que 1600 votos. Por ello, Beliz reclamó la apertura de todas las urnas y criticó al ARI porque �los fiscales de esa fuerzas parecieron perros de presa impidiendo que se abrieran las urnas�.
El ARI emitió ayer por la tarde un comunicado en el que asegura que �no se niega a la apertura de las urnas en todos aquellos casos que han sido contemplados por la Justicia Electoral, pero cualquier intento de apertura masiva de urnas sólo provocaría dilaciones y generaría incertidumbres propicias para especuladores que tienen intereses poco transparentes�. O sea que efectivamente el ARI se opone a la apertura de todas las urnas.
Como represalia, Beliz no insiste ante la Justicia para que se abran todas las urnas sino que hace lo que dijo que no iba a hacer: se presenta ante la Cámara Electoral para impedir que Bravo pueda sumar los votos del ARI y los de Nuevo Milenio, una sumatoria que como el mismo Beliz sostuvo en su momento, expresaba el espíritu de los ciudadanos que quisieron votarlo a Bravo a través de una u otra boleta.
Al final de la jornada, las dos fuerzas cruzaban acusaciones: Beliz apuntaba a Bravo señalando que no quiere que se abran las urnas y por lotanto se violenta la voluntad popular y Bravo apuntaba a Beliz sosteniendo que al tratar de que no se sumen las boletas se violenta el sufragio del ciudadano que votó por Bravo ya sea a través del ARI o de Nuevo Milenio.
El caso quedará ahora en manos de la Cámara Electoral que decidirá, nada más y nada menos, para quién es la banca del Senado.

 

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