La provocación del domingo no tuvo efecto: dos muertos y 45 heridos en manos de un terrorista palestino no impidieron que ayer las tropas israelíes se retiraran de Kalkilia, ni que el canciller israelí Shimon Peres se reuniera con el presidente de la Autoridad Palestina, Yasser Arafat, en el marco de la Conferencia mediterránea en Bruselas. Si bien no trascendió de qué hablaron, todo hace suponer que pronto habrá novedades en el largo proceso de conversaciones israelo-palestinas. A pesar de calificar a la AP de ser un �imperio de mentiras�, el primer ministro Ariel Sharon aseguró que Israel tiene la voluntad y el compromiso de llegar a la paz. Sin embargo fue categórico al sostener: �No veo ninguna posibilidad de que el Valle del Jordán, en el sentido más amplio de su concepción estratégica, no quede en manos de Israel�.
Sharon dijo que estudiará las propuestas de Peres, quien la semana pasada cuestionó la viabilidad de algunas colonias judías en territorio palestino. En este contexto, resulta significativa la decisión del gobierno israelí de crear un primer enclave en el sur de la franja de Gaza, iniciativa con que los partidos de la derecha israelí pretenden impedir que futuros gobiernos entreguen ese territorio. El premier también hizo claro ayer que el retiro de las tropas de Belén �la semana pasada� y de Kalkilia ayer no implica el fin de la persecución de terroristas palestinos. �A pesar de que el ejército se ha retirado de esas zonas autónomas palestinas, continuará su política de autodefensa, que incluye las �localización puntual��, dijo Sharon en alusión a su política de �asesinatos selectivos� de líderes de la Intifada. Tropas israelíes aún continúan la ocupación parcial de Nablus, Ramalá, Jenín y Tulkarem. Sharon aseguró que discutirá el plan de paz de Peres en la reunión que ambos mantendrán el viernes. �Sólo cuando terminemos de estudiarlo sabré si se trata o no de una iniciativa conjunta�, aclaró Sharón, y recalcó la necesidad de no adelantar de qué se trata: �Ya hemos visto los resultados de trazar un plan de paz y presentarlo a los palestinos de antemano�, en clara referencia a las propuestas que su predecesor, el laborista Ehud Barak, hizo al presidente Yasser Arafat en la fracasada Cumbre de Camp David, el julio de 2000. Así y todo, trascendió que su canciller presentaría algunos aspectos de su plan de paz al presidente del Parlamento palestino, Ahmed rei (Abú Ala), para sondear sus posibilidades de éxito. A su vez, Sharón aseguró que viajará a Washington antes de fines de mes para entrevistarse con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, después de haber aplazado una visita a ese país prevista para el próximo miércoles.
En tanto, dos palestinos resultaron heridos ayer, uno en Rafah (sur de la Franja de Gaza) y el otro en Tulkarem (norte de Cisjordania) por disparos israelíes durante incursiones militares en zona autónoma palestina. En el norte de Cisjordania, tres israelíes quedaron heridos al explotar una bomba cerca de una colonia judía. Asimismo, el gobierno israelí anunció en un comunicado que los servicios de inteligencia, el Shin Bet, y el ejército arrestaron en setiembre y octubre a seis palestinos que pertenecían a una célula a la que acusan de haber matado a una israelí y haber herido a tres personas el pasado mes de agosto. Según el gobierno israelí, esos seis hombres pertenecían a una célula del Tanzim, el nombre que da Israel a la milicia armada de Al Fatah, el movimiento de Arafat.
La reunión entre Peres y Arafat tuvo como anfitrión al primer ministro belga, Guy Verhofstadt. Si bien ninguno de los dos hizo declaraciones, el portavoz del premier belga afirmó �por primera vez desde setiembre, Peres y Arafat tuvieron la oportunidad de tener un diálogo político directo�. Arafat y Peres retomaron el contacto el viernes y el sábado durante un foro en Formentor (Islas Baleares, este de España). Por su lado, Arafat se reunió ayer con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, y ambos coincidieron en la necesidad de que la comunidad internacional haga �un esfuerzo conjunto� en favor del proceso de paz en Medio Oriente. Algoparece estar ocurriendo detrás de la escena, aunque queda mucho camino por desbloquear.
LA CUESTION DE LOS ASENTAMIENTOS
Un dilema colonial
La congelación de la colonización judía en los territorios de Cisjordania y Gaza se ha convertido en el elemento clave para lograr un alto el fuego en la Intifada palestina, pero la extirpación de algunas de las más provocativas y difíciles de defender �según dijo la semana pasada el canciller Shimon Peres, en lo que rompió un tabú� puede necesitarse sin vuelta de hoja para el fin del conflicto. No va a ser un camino fácil, pero parece esbozarse un mapa, ya evocado en las negociaciones de Camp David de fines de 2000: las colonias más próximas a Israel serán anexadas; las más lejanas, desmanteladas; las que están entremedio, negociadas.
El camino hacia la pacificación parece así en manos de los 200.000 colonos judíos, que representan el 8 por ciento de la población israelí, de los que 199.000 viven en los 145 asentamientos, 17 de los cuales se encuentran en la Franja de Gaza. Sin embargo, junto a las cifras oficiales, las organizaciones de defensa de los derechos humanos barajan otras cifras adicionales, según las cuales los israelíes habrían construido 190 enclaves ilegales, el último de los cuales es el de Yakir, recientemente erigido y en el que se han instalado ocho familias ultraortodoxas. Estas mismas organizaciones suelen añadir a estas cifras las de otros 180.000 colonos que viven en los enclaves levantados en el Jerusalén este.
La tentación de los gobiernos de Israel de congelar la construcción de los asentamientos se ha estrellado siempre con la actitud radicalizada de la dirección del movimiento colono, que reivindica el derecho a ampliar los ya existentes para poder dar alojamiento al �crecimiento natural de la población ya existente�. Los partidarios de esta teoría argumentan que no ampliar los asentamientos podría ser una decisión �inhumana y contraria a la sociedad judía�. Pero, en el fondo, se trata de un torpedeo directo al proceso de paz, ya que las colonias son los puntos de irritación y de fricción más explosivos dentro de los territorios palestinos, sean ocupados, semiautónomos o autónomos. La construcción de asentamientos, que se inició en 1967, se disparó de manera espectacular después de la firma de los Acuerdos de Oslo en 1993, a pesar de que el pacto contemplaba su congelación.
Las colonias crecieron en un 53 por ciento, lo que permitió multiplicar por dos su población, al tiempo que se construían tres nuevos enclaves �legales�, Lapid, Kiryat Sefer y Menora. Paradójicamente el furor constructor de los asentamientos coincide con los gobiernos laboristas, contradiciéndose así con su discurso político.
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