La serie sobre los entretelones de la Casa Blanca �The West Wing� (�El ala oeste�) resultó la gran ganadora en la 53ª entrega de los premios Emmy a las producciones televisivas de EE. UU., que se celebró en Los Angeles luego de dos postergaciones tras los atentados del 11 de septiembre. El programa creado por Aaron Sorkin, con Martin Sheen y Robe Lowe de protagonistas, se alzó con cuatro galardones, entre ellos el más importante, a la mejor serie dramática. También fueron distinguidos Allison Janney como actriz de reparto en una serie dramática, Bradley Whitford en la categoría equivalente masculina y Thomas Schlamme como director de drama. Junto con los cuatro Emmy que había obtenido en la entrega de premios técnicos anunciados el 8 de septiembre, �The West Wing�, que en la Argentina se ve por Warner, totalizó ocho estatuillas de las 18 para las que estaba nominada.
Su principal competidora, �Los Soprano�, de HBO, se alzó entretanto con los dos Emmy a los protagónicos en una serie dramática, para James Gandolfini y Eddie Falco, así como en el apartado de guión (Robin Green y Mitchell Burgess). Estos premios se suman al Emmy técnico ganado por esta serie sobre la mafia, con lo que suman cuatro distinciones de las 22 por las que competía, aunque en muchos casos tenía varias nominaciones por categoría. Con un acto musical en homenaje al sentir nacional estadounidense, un breve discurso introductorio del veterano presentador de noticias Walter Cronkite desde Toronto y la conducción de Ellen DeGeneres, la ceremonia se celebró en el teatro Schubert de Los Angeles, en lugar del sitio original, el Auditorio Shrine.
El tono de la ceremonia fue más moderado, emotivo y menos frívolo que lo acostumbrado, por respeto a las víctimas de los atentados. Muchos galardones fueron recibidos por quienes los anunciaron debido a la gran cantidad de ausencias de artistas que prefirieron no viajar o no participar de un evento multitudinario por temor a nuevas amenazas. En su mayoría, quienes sí asistieron a la cita cumplieron con el pedido de no vestir los acostumbrados atuendos de gala sino un �elegante conjunto de negocios�, aunque hubo algunas excepciones, como la de la extrovertida crítica de modas del Canal E!, Joan Rivers.
La fiesta estuvo rodeada de extremadas medidas de seguridad: esta vez no hubo fanáticos al costado de la alfombra roja vivando la entrada de las celebridades, al tiempo que las 1600 personas que tenían pase para ingresar debieron arribar al menos una hora antes para pasar por severos controles. El área que circunda el teatro Schubert fue declarada zona de exclusión aérea. DeGeneres, ovacionada por el auditorio al despedirse luego de enfrentar el desafío de conducir una gala de características tan especiales, no se privó de intercalar ironías, algunas de ellas incluso en directa alusión a los atentados. �¿Qué molestaría más a los talibanes que una mujer gay vestida de traje y rodeada de judíos?�, disparó en referencia a su conocida condición sexual y a la profusión de ejecutivos del espectáculo de origen judío.
En los rubros cómicos, la principal ganadora fue �Sex and the City�, que se alzó con el premio a la comedia. Otros dos premios fueron para la irreverente �Malcolm in the Middle�, el de dirección (Todd Holland) y guión (Alex Reid), al igual que para la popular �Everybody Loves Raymond�, por mejor actriz principal (Patricia Heato) y de reparto (Doris Roberts). �Ally McBeal� se alzó con un Emmy, el de mejor actor de reparto (Peter Mac Nicol), al igual que �Will & Grace�, que se impuso en el rubro de mejor actor principal (Eric McCormack).
Entre las personalidades que exceden la pantalla chica, Barbra Streisand ganó el Emmy a la interpretación individual en un programa de variedades o musical por �Timeless�, Sally Field se impuso como actriz invitada en un drama por su participación en �ER� y el actor y director británico Kenneth Branagh fue galardonado como actor principal en una miniserie o telefilm, por la película para HBO �Conspiracy�. En un sorpresivo cierre, Streisand apareció en el escenario interpretando una canción en honor a las víctimas de los atentados en New York y Washington.
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