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DOCUMENTOS DE LOS GRUPOS DE TAREAS DE LA ESMA
La luz sobre lo clandestino

El Centro de Estudios Legales y Sociales, el Equipo Argentino de Antropología Forense y el Centro
de Investigación de la Cultura de Izquierdas entregaron a la Cámara Federal los documentos de la ESMA.

Facsímil del parte de la ESMA sobre
el desaparecido Fernando Brodsky.

Por Victoria Ginzberg

“Estrictamente confidencial y secreto. Caso: GOR. Historia Política de Fernando Rubén Brodsky, NG Nando o Tony.” La cita corresponde al encabezado de la ficha personal del desaparecido Fernando Brodsky, elaborada por los represores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). Es parte de los documentos inéditos que el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas (CEDINCI) y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) entregaron ayer a la Cámara Federal. Los papeles incluyen un listado de cincuenta dependencias de las Fuerzas Armadas que recibían copias de los archivos, lo que demuestra la existencia de la información compartida que los militares negaron durante más de veinte años y que fue el eje del aparato represivo.
“Estudios cursados: Bachiller, 2 años de Psicología. Lugar de trabajo: Jardín de Infantes ‘Panambi’. Religión: ‘Judío’”. Los datos figuran en la ficha de Brodsky, junto con una foto sacada dentro del centro clandestino de detención. En el documento también se detallan los “antecedentes” del joven, es decir sus actividades políticas: su participación en el Frente de Lucha Socialista Secundario mientras estudiaba en el Colegio Nacional Número 7, su acercamiento al Peronismo de Base y su posterior adhesión al PRT. Sobre su familia, se menciona que su papá es médico y trabajaba en el Hospital Israelita y que su mamá poseía un comercio de antigüedades con la abuela. Los datos pudieron haber sido obtenidos por información de inteligencia previa al secuestro de Brodsky o pudieron haber sido arrancados a la víctima en la tortura. Esta ficha es parte de una carpeta correspondiente a la agrupación Grupo Obrero Revolucionario.
La Cámara Federal también recibió material sobre el seguimiento de inteligencia a miembros del Partido Comunista Marxista Leninista. Este documento está fechado el 12 de mayo de 1978 y está caratulado como estrictamente secreto y confidencial. En estos papeles figura su red de distribución y de allí se desprende que las Fuerzas Armadas hicieron cincuenta copias. La que se recuperó lleva el número quince, que corresponde a “ARA GRUTARTRES-TRES”, es decir, Armada, grupo de tareas 3.3 (de la ESMA).
El archivo demuestra que el jefe de Inteligencia del Estado Mayor General del Ejército, los jefes de Inteligencia de las zonas militares, el Comando de Operaciones Navales, el Estado Mayor General Naval, las fuerzas de tareas de la Armada que operaban en Mar del Plata y La Plata, el Batallón de Inteligencia 601, el Servicio de Informaciones de la Fuerza Aérea, Superintendencia de Seguridad Federal, la SIDE, la Dirección de Inteligencia de Gendarmería Nacional, la Policía Federal y la policía bonaerense recibían, entre otras reparticiones, ejemplares de estos documentos. En total, se hicieron cincuenta copias.
El presidente del CELS, Horacio Verbitsky aseguró, luego de entregar los papeles a la Cámara para que los incorpore en la causa ESMA, que el material encontrado “prueba la sistematización de la información de la represión y demuestra que es una falacia la idea que se ha destruido la documentación”. Verbitsky renovó el pedido para que “las Fuerzas Armadas entreguen sus archivos para que no sean cómplices ni encubridoras”. Horacio Tarcus, del CEDINCI, explicó que el archivo fue recibido en el centro de documentación a través de una donación. En medio de publicaciones de agrupaciones de izquierda, que es el material que se recibe en el lugar habitualmente, llegaron los archivos de la ESMA. Tarcus se puso en contacto con el CELS y el Equipo de Antropología para analizar los papeles y luego se decidió entregarlos a la Cámara Federal para que estén resguardados. En la documentación se menciona cerca de un centenar de personas pero no todas están desaparecidas. La Justicia deberá ahora analizar el material para establecer qué información puede servir para contribuir a la verdad histórica. El fotógrafo Marcelo Brodsky, hermano de Fernando, relató que se enteró de la existencia de la documentación hace veinte días y expresó que siente “la paradójica alegría de seguir contando historias de los campos de concentración y mostrar las fotos” de su hermano. “Es una forma de hablar de la verdad, aunque sea doloroso, es una forma de que su muerte no haya sido en vano”, afirmó.

 

Honoris causa para Garzón

El Consejo Superior de la Universidad de La Plata nombró doctor honoris causa al juez español Baltasar Garzón, quien vendrá al país a principios de diciembre para recibir la distinción. El reconocimiento al magistrado que investiga a los represores argentinos por “genocidio, terrorismo y torturas” fue impulsado por la Comisión Provincial por la Memoria, que integran, entre otros, Estela Carlotto, Adolfo Pérez Esquivel, Hugo Cañón, Leopoldo Schiffrin y representantes de organismos de derechos humanos, sindicalistas, miembros de la Universidad y de partidos políticos. La Comisión fundamentó su pedido en los aportes realizados por Garzón en “el debate sobre el derecho internacional, en la lucha contra la impunidad y la búsqueda de verdad y justicia”. “Corresponde destacar que cuando los jueces demuestran que la ley puede aplicarse igualitariamente, a débiles y poderosos, las sociedades revitalizan su creencia en la justicia como valor posible”, expresó la Comisión. El Consejo Superior de la Universidad de La Plata afirmó que “visto que reúne los méritos académicos, profesionales y personales habida cuenta de una conducta ética intachable” el magistrado recibirá la distinción de honoris causa.

 

OPINION
Por Horacio Verbitsky

Verdad y consecuencia

Desde que dejaron de negar los métodos que se aplicaron durante la guerra sucia, las Fuerzas Armadas sostienen que les resulta imposible informar sobre la suerte de cada
detenido-desaparecido porque todos los documentos fueron destruidos o porque la represión fue obra de grupos descontrolados que no respondían a una estructura centralizada. Esta pretensión resulta una vez más desmentida, por la mano de los propios responsables, tal como ya ocurrió con el nazismo.
La documentación que ayer recibió la Cámara Federal demuestra más allá de cualquier duda que todas las actividades de los grupos de tareas que actuaron durante la dictadura militar quedaron registradas con burocrática minuciosidad. Pero también prueba que existió una articulada coordinación entre los distintos grupos de tareas. Uno de los informes fue elaborado por el grupo de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada y otro por el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército. De cada informe se hicieron 50 copias, 45 se distribuyeron entre diversas dependencias de las Fuerzas Armadas y de seguridad y otras cinco se dejaron en reserva. Las copias que desde ayer están en poder de la Cámara Federal corresponden al número 15 en el distribuidor oficial, que corresponde al ARA Grutartres Tres, es decir el Grupo de Tareas 3.3, de la Armada, que funcionó en la ESMA.
Los informes incluyen desde los seguimientos iniciales realizados sobre cada persona, hasta los interrogatorios a los que fueron sometidos en los campos de concentración una vez secuestrados y las fotos que se les tomaron en esas circunstancias. Esto confirma también el modus operandi descripto por los sobrevivientes. Uno de ellos ya había entregado a la Cámara Federal durante el juicio de 1985 centenares de fotos que sacó por orden de los marinos.
En estos casos se menciona a un centenar de personas secuestradas, de las cuales unas pocas siguen desaparecidas. Pero es de suponer que si las operaciones llevadas a cabo sobre tres pequeños grupos políticos como el PCML, el GOR y la Fracción Roja merecieron semejante esfuerzo de sistematización, otro tanto debe haber ocurrido con las organizaciones mayores, como Montoneros y el ERP.
Las leyes de punto final y de obediencia debida del ex presidente Raúl Alfonsín y los indultos del ex presidente Carlos Menem garantizaron impunidad a los responsables de esas desapariciones. No obstante, ni los autores directos ni las conducciones castrenses de la época y posteriores aprovecharon la larga década transcurrida desde entonces para retribuir ese perdón con una información amplia que pusiera fin a la incertidumbre de las familias de las víctimas. El mismo tribunal que ayer incorporó la documentación deberá resolver sobre la nulidad de esas leyes, que ya fue decretada por los jueces federales Gabriel Cavallo y Claudio Bonadío y solicitada por la fiscal Graciela Filoñuk. Cada día es más evidente que sólo la plena actuación de la justicia podrá reconstruir lo sucedido al mismo tiempo que atribuir responsabilidades y que si hay voluntad toda la información terminará por aparecer.

 

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