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VINIERON DESDE LAS LOCALIDADES AFECTADAS PARA RECLAMAR MEDIDAS
La inundación llegó a la Casa Rosada

En camiones y con patas de rana, llegaron desde las zonas inundadas. Fueron recibidos en la Casa Rosada, pero no hubo soluciones. La noticia de que otro productor intentó suicidarse enturbió aún más la mañana.

Un ingeniero agrónomo que
apeló al humor para traer su reclamo.
“El gobierno nacional tiene que darnos una respuesta”, pidieron.

Por Carlos Rodríguez

La caravana, procedente de lo que ahora se ha dado en llamar “la pampa más húmeda que nunca”, trató de recorrer, en ruidosa protesta, el contorno de la Plaza de Mayo, pero la Policía Federal le dio la peor recepción posible en tiempos de grandes inundaciones: le plantó un camión hidrante sobre la calzada de Hipólito Yrigoyen. “Agua es lo que sobra”, comentaron incómodos, desde el interior de una Trafic blanca, dos hombres oriundos de General Pinto que habían apelado al remedio del humor para tapar el drama, vistiendo coloridos shorts de baño, salvavidas de color naranja y tremendas patas de rana. Tozudos, varios centenares de manifestantes que llegaron desde 50 localidades afectadas por las inundaciones, dejaron los vehículos en la 9 de Julio, que para algo es la más ancha del mundo, y entraron a pie a la plaza, sorteando el vallado policial. Funcionarios del Gobierno recibieron a los productores que encabezaron la marcha, pero sólo reiteraron medidas ya anunciadas y prometieron una reunión en 15 días con el presidente Fernando de la Rúa.
Con lluvias aisladas y pronósticos similares para los próximos días, el panorama (ver aparte) sigue siendo grave en buena parte del centro de la provincia de Buenos Aires, el sudeste de Córdoba, Santa Fe y La Pampa. Para complicar el cuadro general, ayer se confirmó la muerte de un joven de 17 años en un campo anegado de la localidad de Los Toldos, en el partido bonaerense de General Viamonte. Otro ingrediente que le sumó drama a la situación fue el intento de suicidio de un conocido productor, Arnaldo Panziraghi, de 72 años, oriundo de la localidad bonaerense de Lincoln y propietario de campos en Bermúdez que están bajo las aguas desde hace un mes. Panziraghi trató de matarse con un disparo calibre 32 y está internado en estado de coma en un sanatorio de Junín.
El episodio Panziraghi fue tema obligado durante la manifestación de ayer en la Plaza de Mayo. El presidente de la Cámara de Comercio de Daireaux, Alberto Martín, cuando habló del caso, estuvo a punto de llorar: “Realmente todos estamos muy mal por lo que está sucediendo. Por eso decimos que el gobierno nacional tiene que darnos una respuesta lo antes posible, ya no para salvarnos el bolsillo sino para salvarnos la cabeza”. Martín fue el vocero de los que ayer se reunieron, luego de tres horas de espera en la plaza, con el secretario privado del Presidente, Leonardo Aiello, con el ministro del Interior, Ramón Mestre, y con el director de Provincias, René Bonetto, quien luego comentó que “ni aún en la crisis más profunda la salida pasa por quitarse la vida”. Dijo que el Gobierno está dispuesto a tener consideraciones especiales “en los casos donde los afectados están muy apremiados” por deudas con los organismos nacionales.
Ayer, la caravana de más de cien vehículos se concentró en el cruce de la Autopista 25 de Mayo y la avenida Carabobo. Desde allí, haciendo sonar las bocinas y varias sirenas –incluidas la de una ambulancia–, se dirigieron hacia la Plaza de Mayo, a la que llegaron por las avenidas Belgrano y Diagonal Sur. En la esquina de Hipólito Yrigoyen y Bolívar, dos patrulleros, secundados por el camión hidrante y personal de la guardia de infantería, montaron una muralla que impidió que el agua bonaerense inundara la Rosada.
“Somos argentinos, nos tienen que escuchar”, reclamaron los dirigentes ruralistas que encabezaban la marcha y que mantuvieron, al principio, un diálogo de pocos amigos con los policías que estaban al frente del operativo. “Primero los milicos y ahora éstos. Nadie nos quiere dar bola”, se quejó en voz muy alta uno de los representantes de la Federación Económica de la provincia de Buenos Aires, quien mantuvo un diálogo áspero con un funcionario de protocolo del gobierno nacional, que se había acercado para evitar que el tránsito en los alrededores de la Casa de Gobierno se convirtiera en un caos, algo que ocurrió, a pesar de todo y por varias horas.
En la plaza, junto con los ruralistas, se instalaron cerca de la pirámide unos veinte jóvenes que estudian en Buenos Aires y que son hijosde los productores afectados. Se identificaron como oriundos de América, la localidad del partido de Rivadavia que fue noticia cuando un grupo de vecinos, encabezados por el intendente Sergio Buil, rompieron las compuertas de un canal provocando un conflicto con sus vecinos de Trenque Lauquen. “Es una lucha entre afectados, pero es comprensible porque las aguas están afectando la región desde las inundaciones de 1987. Cada año la cosa se pone peor y las soluciones nunca aparecen, ni de parte de la Nación ni de parte de la provincia de Buenos Aires”, sostuvo Ramón, quien todavía sueña con recibirse de ingeniero agrónomo para seguir trabajando en el campo que tienen sus padres.

 

Aún hay 2000 evacuados

Aunque disminuyó algo el número de evacuados –de 3700 pasó a cerca de 2000–, la situación sigue siendo muy grave en varios pueblos bonaerense, sobre todo en el partido de Rivadavia. Las localidades de Sansisena y San Mauricio fueron evacuadas totalmente, mientras que González Moreno y América permanecen aisladas. En Moctezuma, del mismo distrito, el 90 por ciento de la zona urbana se encontraba cubierta por las aguas.
Defensa Civil de la provincia de Buenos Aires confirmó que también están aisladas totalmente las ciudades de Villanueva, en General Paz; una reserva mapuche ubicada en General Viamonte; Bary y Bocayuva, en Carlos Pellegrini; Las Toscas, en Lincoln; y Quenumá y la ciudad de Salliqueló, en el partido del mismo nombre.
Ayer, cuando fueron recibidos en la Casa Rosada, los productores entregaron otra vez un petitorio que ya estaba en poder del presidente De la Rúa desde fines de octubre, cuando visitó Carlos Tejedor. Reclaman la condonación de deudas, costas y honorarios anteriores a la declaración de zona de desastre por inundación; la creación de un fondo fiduciario con los deudores morosos del Banco Nación; la suspensión de las ejecuciones e intimaciones a esos deudores y el dictado de normas del Banco Central para que los bancos privados hagan lo mismo.

 

El mejor pronóstico no es puro sol

Al tiempo que las promesas de obras hidráulicas en la Pampa Húmeda se suceden y los gobiernos provinciales continúan su disputa con el nacional sobre la distribución de los gastos, muchos claman por la aparición del sol. Pero los expertos no están tan de acuerdo sobre que ese clima sea favorable para apaciguar por un tiempo la crítica situación de los inundados. Consultado por Página/12, Hugo Hordij, climatólogo del Servicio Meteorológico Nacional, afirmó que descree que muchos días de sol sean convenientes, y que tal vez lo mejor sería que las lluvias continúen, pero en menor proporción de lo normal.
“El problema de la escasez de lluvias por muchos días es que la atmósfera se carga de humedad, y, si no hay vientos que la transporten hacia el océano, las precipitaciones futuras serán muy intensas y continuas. Con la poca absorción de los suelos, sería otra vez un desastre”, sostuvo Hordij, lamentándose de que “los vientos seguramente no serán del este sino del oeste, lo cual traería aún más tormentas en caso de ocurrir una ola de calor, ya que arrastrarían hacia el continente las aguas evaporadas del Atlántico”. Además, la falta de lluvias perjudicaría a las zonas altas, no inundadas, que sufrirían sequías en sus cosechas.
Pero más allá de las conjeturas, el pronóstico indica la llegada del calor veraniego recién en enero; por lo que, si bien habrá días de sol, las temperaturas serán menores a lo acostumbrado.
Según lo previsto, la situación seguirá siendo delicada: habrá lluvias y tormentas hasta comienzos de diciembre, debido a que la atmósfera continúa bastante cargada. Sin embargo, a partir de diciembre podría empezar a darse el clima que Hordij considera más conveniente para una mejora paulatina de la situación: “tendremos las típicas tormentas de verano pero más aisladamente que lo común, por lo que en promedio la caída de agua disminuirá. Hoy por hoy, sobre la Pampa Húmeda están cayendo 400 ó 500 milímetros más de lo normal, esperemos que el pronóstico se cumpla y se revierta sensiblemente la tendencia”, rezó el climatólogo.

 

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