Por Sergio Moreno
Eduardo Duhalde cruzó
su Rubicón cuando envió los 916 telegramas convocando al
Congreso Nacional del peronismo. Supo que su suerte estaba echada y confió
que le sería generosa. Ayer tomó conciencia de que el ímpetu
puesto en la faena hirió a muchos más de los que tenía
pensado herir y la balanza de la fortuna comenzó a serle adversa.
Los gobernadores, reunidos en la Casa de Salta por las negociaciones con
el gobierno federal (ver páginas 4 y 5), ocuparon parte de su tiempo
para tratar el asunto, a resultas de lo cual enviaron al santafesino Carlos
Reutemann, al salteño Juan Carlos Romero y al puntano Adolfo Rodríguez
Saá con un claro mensaje: ningún mandatario del PJ participará
ni enviará a los suyos al encuentro. Fiel a sí mismo, Duhalde
lo realizaría igual, con sus congresales y los de las provincias
no gobernadas por el peronismo. Así y todo, el duhaldismo continuaba
trabajando anoche para dejado atrás el río tratar
de cambiar su suerte.
Duhalde quiere la presidencia del PJ. Para ello, y apelando a que la Justicia
declaró a su partido en mora, decidió la convocatoria de
marras. Su norte es desplazar a la actual conducción del otro instituto
partidario, el Consejo Nacional, titulado por Carlos Menem y el gobernador
pampeano Rubén Marín. Con los suyos y nadie más,
el senador electo bonaerense, presidente del congreso, envió los
telegramas a los congresales, citándolos para este sábado
en el miniestadio de Lanús.
Las iras previsibles vinieron desde el menemismo, que desde un primer
momento despotricó contra la realización del encuentro.
Lo cita ahora que Menem está preso, se sinceró
Agost Carreño, el intendente de La Rioja. Las iras indispensables
provinieron desde los mayoritarios sectores no menemistas:
todos los gobernadores, incluido Carlos Ruckauf, pasaron de la sorpresa
a la indignación al enterarse de la solitaria maniobra del pretor
bonaerense. El país se incendia, no podemos acordar la plata
que nos debe la Nación, las provincias están fundidas y
Duhalde se larga con esto. Es inadmisible, bramó uno de los
mandatarios peronistas ante este diario.
Ayer, la cuerda se tensó en la Casa de Salta. Los gobernadores
del PJ debatían allí una contrapropuesta del gobierno federal,
aceptada por los mandatarios aliancistas ad referendum de lo que decidieran
sus pares justicialistas. En el fragor del debate hicieron un paréntesis
para discutir qué posición adoptarían ante la inconsulta
decisión de Duhalde. De allí salió la comisión
a Reutemann, Rodríguez Saá y Romero para conversar con el
bonaerense.
El encuentro se realizó a media tarde en las fastuosas oficinas
que el senador electo tiene en la calle Lima. Los gobernadores le pidieron
que postergara la convocatoria. Duhalde se negó, apeló a
la intimación de la justicia (un argumento formal) y a que ahora
no podía dar marcha atrás (un argumento político).
Ninguna de las razones hizo cambiar de parecer a la troika. Reutemann,
a quien los duhaldistas sindicaron una y otra vez como uno de los socios
mayores del ex gobernador en esta lidia, fue uno de los más intransigentes.
El mensaje fue que ningún gobernador peronista iría ni enviaría
a sus congresales. Duhalde igualmente lo realizaría con los bonaerenses
y con los de las provincias no gestionadas por el PJ.
Un importante operador del senador electo dijo a Página/12 que
el Congreso se realizaría igual. Tenemos la cantidad (de
congresales) que requiere el quórum. El Congreso será legal
y vamos a nombrar una Comisión de Acción Política
que intervenga al Consejo Nacional, que no toque a Menem, por ahora, y
que llame a elecciones para 2002. Para nosotros es suficiente, se
conformó.
En las antípodas de este pensamiento, un gobernador del Frente
Federal, quien dijo haber hablado con la mayoría de sus pares,
sostuvo que la testarudez de Duhalde y su prepotencia lo llevaron
a hacer un Congreso que no representa al peronismo que hoy ejerce el poder.
Ni las provincias, nilas cámaras, sacando a los bonaerenses, van
a reconocer en esto más que una cuestión formal.
Los gobernadores le están dando a Duhalde un claro llamado de atención:
cada decisión que tome el peronismo debe estar consensuada. No
fue este el caso.
BRAVO
GANO POR 2511 VOTOS. BELIZ VA A LA JUSTICIA
Cuando los votantes la ven pasar
El escrutinio definitivo en
la Ciudad de Buenos Aires determinó ayer que el candidato del ARI,
Alfredo Bravo, le sacó al Frente Nuevo País, de Gustavo
Beliz una ventaja de 2511 votos. Y aunque todavía falta que la
Junta Electoral se defina sobre la presentación judicial que hizo
Beliz respecto de la legitimidad de los votos que la lista de Dante Gullo
le aportó al partido de Carrió, Alfredo Bravo ya se proclamó
senador electo por la Ciudad de Buenos Aires. Lejos de terminar la pirotecnia
verbal, los ex candidatos volvieron a atacarse. Bravo dijo que Beliz
es demócrata mientras todos piensan como él y el ex
ministro del Interior le respondió que Bravo quiere entrar
al Senado por la ventana.
El 15 de octubre, cuando el escrutinio provisorio le daba a Bravo una
ventaja de 3963 sufragios, Beliz dijo que iba a respetar la decisión
popular pese a que ya manejaba la información de que podía
hacer una presentación judicial para que el ARI no pueda sumar
los votos que le aportó el partido Nuevo Milenio, de Dante Gullo.
Es que la lista de Gullo, quien fue candidato a diputado, llevaba a Bravo
como postulante a senador, pero con el nombre de su propio partido (no
del ARI) y con un número de boleta diferente. Esta semana comenzó
el escrutinio definitivo y Beliz cambió de opinión. Decidió
recurrir a la Justicia enojado porque Bravo, según dijo, les
impidió a los fiscales del ARI que abrieran todas las urnas.
El escrutinio definitivo terminó ayer y la Junta Electoral dio
por ganador a Bravo, pero todavía debe pronunciarse sobre el tema
Gullo en una resolución que se conocerá la próxima
semana.
En su presentación, Beliz recusó además a la jueza
electoral María Romilda Servini de Cubría, porque la magistrada
ya opinó sobre ese tema cuando falló sobre ese
mismo asunto a pedido de la agrupación de Carrió. En esa
oportunidad, Servini falló en contra del ARI: dijo que los votos
debían sumarse. En diálogo con este diario, dos constitucionalistas
opinaron ayer sobre la presentación judicial de Beliz. El
código electoral exige que cada partido presente candidatos titulares
y suplentes para ocupar las bancas del Senado y que esas listas sean independientes
a menos que exista una alianza entre los partidos políticos. En
este caso concreto, si bien no se formalizó una alianza entre en
el ARI y Nuevo Milenio, es evidente que esa alianza existió en
los hechos por cuanto todos los candidatos que presentaban eran las mismas
personas, explicó Gregorio Badeni, y concluyó que
al margen de la letra del Código Electoral, lo que debe prevalecer
es una interpretación razonable del texto constitucional que respete
la voluntad de los electores.
Daniel Sabsay sostuvo que la palabra partido no puede ser interpretada
de manera literal porque los senadores representan distritos. Tanto Beliz
como Bravo han recibido votos de otros partidos: el caso de Bravo fue
más desprolijo porque no formalizó una alianza, pero lo
que importa es la voluntad popular.
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