Por Eduardo Videla
El barrio vive en tu
alma, callecita del Barracas Viejo, dice el graffitti, prolijo,
en la pared de la estación, sobre el pasaje Agustín Bardi.
La estación es Hipólito Yrigoyen, escenario de algunas películas
célebres como Sur, de Pino Solanas, o Gatica, de Leonardo Favio.
Se trata de una construcción histórica, con los rieles en
altura y debajo un viaducto con ocho arcos, similares a los del Paseo
de la Infanta, en Palermo. Ese sector del barrio parece condenado al olvido.
Sin embargo, esta semana se pone en marcha una obra para recuperar parte
del viaducto y destinarlo a actividades culturales, especialmente vinculadas
con el cine. El proyecto se completa con el llamado a licitación
para instalar restaurantes en el otro sector de esos arcos. Con una inversión
mínima, el programa pretende crear allí un centro que impulse
el desarrollo de ese rincón de Barracas.
La obra se lanza este domingo, justo cuando se cumplen diez años
de la inauguración del pasaje Agustín Bardi, que recuerda
al célebre compositor de tangos. Para la ocasión, habrá
una presentación especial de la obra Los chicos del cordel que
se representa todos los fines de semana en ese escenario callejero,
y clases de tango, en una suerte de adelanto de lo que se pretende para
esa zona como rutina dominguera.
La idea es que sea un centro cultural al aire libre, dedicado al
tango y al cine, como ocurre en Mataderos con el folclore, dijo
a Página/12 Rodolfo Macera, director de Programas y Proyectos del
gobierno porteño. El funcionario imagina una platea de cine a cielo
abierto, a la manera de Cinema Paradiso, sobre el adoquinado del pasaje
Bardi.
No es fácil llegar hasta la estación Yrigoyen, una parada
ferroviaria entre Plaza Constitución y Avellaneda, a tres cuadras
del Riachuelo: hay que tomar por Vieytes o Herrera hasta Osvaldo Cruz
y desde allí a la derecha, hasta las vías. Es un barrio
detenido en el tiempo, lo define Carlos Quinteiro, que vivió
sus 52 años en esa casa, frente a la estación, donde funciona
una sucursal de Lotería. El barrio perdió el vigor de otros
tiempos, cuando tenía el motor de las fábricas. Ahora las
industrias escasean y en muchos casos le dejaron su lugar a depósitos,
oficinas o hipermercados. Pero la estación sigue teniendo movimiento
de pasajeros.
Los fines de semana llegan algunos turistas a sacar fotos,
dice Norberto Saldaño, dueño de la remisería que
está frente a la estación y del taller mecánico donde
se filmaron escenas de la película La fuga. En Juan Darquier y
Villarino, frente a la estación, está el Bar Sur, en la
llamada esquina del Polaco, donde Solanas rodó buena
parte de Sur. El bar está cerrado y solo abre como salón
de fiestas, pero sus dueños han prometido retomar la actividad
cuando el lugar tenga una mejor fisonomía.
Los funcionarios de la Secretaría de Planeamiento Urbano responsables
de la obra prometen que para fin de año estarán terminados
los cuatro primeros arcos. Allí se realizarán trabajos
de carpintería metálica y ventanas de vidrio, restauración
de revoques y pintura, detalló Macera. El costo de la obra
oscila en los 160 mil pesos.
Ese espacio fue cedido por el Estado nacional al gobierno porteño.
Allí, se prevé instalar un espacio que se llamará
Buenos Aires, Set de filmación, dedicado a centralizar el apoyo
que la ciudad brinde a los productores que quieran filmar en espacios
públicos, como corte de calles y suministro de electricidad,
explicó Macera. Esta oficina estará bajo la órbita
de la Secretaría de Cultura. En otro de los arcos habrá
un museo dedicado a escenografías, una extensión del Museo
del Cine. Y un tercer espacio será destinado a la exhibición
de ciclos de películas.
Los otros cuatro arcos, sobre el ala norte de la estación, serán
licitados por el Organismo Nacional Administrador de Bienes del Estado,
(ONABE), que espera la valorización del lugar con las obras que
realiza la ciudad para obtener mejores ofertas. Así como
la Boca tiene Caminito y San Telmo, la Plaza Dorrego, el objetivo es que
los arcos de Yrigoyen sean un polo de actividad turística y cultural
en Barracas, agregó el director de Programas y Proyectos.
La propuesta se complementa con la recuperación del Mercado del
Pescado, que está a una cuadra de la estación, en Santa
María del Buen Ayre y Villarino. En un sector de ese predio que
en total ocupa una manzana se construye el Centro Metropolitano
de Diseño, cuya primera etapa se inaugura en diciembre (ver recuadro).
Además, se prevé la extensión de la avenida 27 de
Febrero, en la ribera del Riachuelo, que permita un acceso más
fácil a ese rincón de la ciudad desde la Boca o Pompeya.
La obra en la estación es una vieja aspiración de los vecinos.
Hasta que no lo vea, no lo creo, dice don Quinteiro, resumiendo
en una frase años de promesas incumplidas, mientras escucha desde
su mostrador enrejado la jugada de la tarde de la quiniela.
El diseño tiene
su centro
El secretario de Desarrollo Económico porteño, Eduardo
Hecker, anunció ayer que en diciembre se pondrá en
marcha la primera etapa del Centro Metropolitano de Diseño,
unos 800 metros cuadrados que funcionan en el ex Mercado del Pescado,
de Barracas. El lugar tendrá como misión brindar servicios
e información para vincular a empresarios y diseñadores
con el fin de incrementar el uso del diseño en la producción,
especialmente en las pequeñas y medianas empresas, las que
tienen más dificultades para acceder a estas tecnologías.
El proyecto generará un espacio de convergencia de
diseñadores ya instalados en el mercado y de jóvenes
empresas, y constituye un instrumento de desarrollo para un área
deprimida y poco calificada de la ciudad de Buenos Aires,
dijo Hecker a Página/12.
El objetivo estratégico del Centro de Diseño es posicionar
a la ciudad como un referente con proyección nacional e internacional.
Pero además, que actúe como disparador de la actividad
productiva e inmobiliaria del sur de Barracas. No es sólo
un objetivo en sí mismo sino un punto de partida de la transformación
del barrio, añadió el funcionario.
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UNA
ENFERMEDAD DE FUMADORES CRECE EN ARGENTINA
El mal de los fuelles maltratados
Si tiene más de 65 años
y es un fumador empedernido, conviene consultar al médico: puede
ser una víctima potencial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva
Crónica (EPOC), que está en aumento en Argentina, donde
afecta a unos 2,5 millones de personas. Así lo informó la
Sociedad Argentina de Neumonología en un encuentro realizado ayer.
Según advirtió la entidad, entre el 15 y el 20 por ciento
de los fumadores desarrollan esta patología.
El informe es contundente: la EPOC es la quinta causa de muerte entre
los mayores de 65 años y está ligada al consumo de tabaco.
El 6 por ciento de la población padece esta dolencia pero la mayoría
no lo sabe.
De la conferencia participaron el subsecretario de Atención Primaria
de la Salud, Néstor Pérez Valiña; el jefe del Servicio
de Clínica Médica del Hospital del Tórax, Eduardo
Giugno y el director de la carrera de Médico Especialista en Neumonología
de la UBA, Ricardo Gené, entre otros.
La EPOC se presenta como una combinación de bronquitis obstructiva
permanente que dificulta la salida del aire al exterior y
de enfisema pulmonar. En la Argentina, de cada 100.000 personas,
27 mueren a causa de esta enfermedad, dijo Gené a Página/12.
Según el especialista, el problema es que la gente que fuma
no percibe los síntomas de la EPOC como anormales. En este
sentido, puntualizó que primero se manifiesta una tos a la que
luego se agregan flemas, catarros y bronquitis que terminan siendo crónicas.
La OMS calcula que esta enfermedad podría ser epidémica
para el año 2020, alertó Gené, por lo que recomendó
acudir al médico ante el menor síntoma y, por supuesto,
dejar de fumar. También agregó que los medicamentos
mejoran la situación pero no la revierten y si el cuadro es avanzado,
generalmente se indica un tratamiento permanente de oxigenación,
como puede ser una mochila de oxígeno.
La EPOC se va desarrollando gradualmente a lo largo de los años
y es altamente invalidante. Los pacientes sienten dificultad para
respirar, tienen problemas para movilizarse y dejan de trabajar en forma
precoz, expresó el médico. Por eso, los especialistas
recomiendan una consulta a tiempo para evitar que el cuadro se agrave.
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