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UN CONTRAGOLPE BANCARIO Y FINANCIERO QUE EQUIVALE A POCO
Bush congeló el meñique de Bin Laden

El Departamento del Tesoro norteamericano congeló ayer 62 instituciones financieras y cuentas bancarias ligadas a Osama bin Laden, pero según varios especialista, la operación afecta muy poco.

Contraste: El tráfico de opio
desde Afganistán rinde unos 8000 millones. Las muy financiadas FARC colombianas recaudan �solo� 1500 millones de dólares por año.

Por Gabriel A. Uriarte
Desde Washington D.C.

George W. Bush lanzó ayer una ofensiva verdaderamente global contra el elemento más importante y más resbaladizo de la red terrorista de Osama bin Laden. En un operativo masivo y simultáneo en Estados Unidos y Europa, el Departamento del Tesoro coordinó el congelamiento de 62 instituciones financieras y cuentas bancarias vinculadas al financiamiento de Osama bin Laden. “Al cerrar estas redes de dinero, impedimos que los asesinos continúen sus crímenes”, proclamó Bush al anunciar el operativo. Sin embargo, no es claro en qué medida el dinero de Osama bin Laden es vulnerable a ser congelado con este tipo de medidas, ni, en realidad, si las medidas de ayer no lo harán aún más clandestino.
Hablando junto al presidente, el secretario del Tesoro Paul O’Neill negó explícitamente que la red financiera de Al Qaeda fuera intocable. “Hemos oído mucho acerca de estas redes informales que utiliza Bin Laden... Pero todas tienen que interactuar en algún punto con el sistema financiero formal, y es ahí donde lo atacamos”, enfatizó. Osama bin Laden es llamado a menudo “el multimillonario saudita”, pero sus recursos son mucho más diversos de lo que ese nombre indicaría. En realidad, se especula con que, además de unos 100 millones de dólares apartados para la herencia de sus hijos, no posee ninguna cuenta personal. “Bin Laden dedicó todo a la jihad global”, subraya Yossef Bodansky, uno de los principales expertos en la red Al Qaeda. Según sus cifras, Bin Laden recibe unos 1200 millones de dólares por año en donaciones hechas por distintos millonarios en los países del Golfo Pérsico, especialmente Kuwait y Qatar. También maneja el lavado de dinero para la mafia rusa (con la que negocia, entre otras cosas, la comercialización del opio producido en Afganistán), cobrando una comisión del 15 por ciento que le daría unos 1000 millones anuales. Por sí solo, el tráfico de opio desde Afganistán rinde unos 8000 millones. Para tener una idea de lo que significan estas cifras, vale notar que las FARC colombianas, una de las guerrillas mejor financiadas en la historia, recauda “sólo” 1500 millones de dólares por año.
Si bien algunos funcionarios de la CIA proponen una campaña de intimidación y asesinato contra los financistas de Bin Laden en Medio Oriente (“hay que matar a los cómplices que usan trajes Gucci”), por ahora Washington prefiere atacar las vías por las que hace llegar el dinero a donde operan sus células. Es el blanco más impenetrable. Bin Laden aprovechó un sistema muy antiguo de transferencia de dinero en el sur de Asia conocido como “hawala”. Sus miembros operan desde oficinas o negocios poco conspicuos, comunicándose por fax o teléfono y sin ningún contacto con el sistema formal de bancos. No hay transferencia, física o electrónica, de dinero: una sucursal (en Washington, digamos) le pide a otra (en Pakistán) que le dé tantos dólares a cierta persona con cierto código. Eventualmente, una transferencia en la otra dirección equilibrará las cuentas. Se cobra una comisión de entre 5 y 10 por ciento. Un empleado paquistaní, que opera desde una supuesta agencia de viajes, explica “un banco toma al menos dos semanas para transferir el dinero... Nosotros lo movemos con una llamada de teléfono”.
Los intentos hasta ahora de regular o detener este flujo de dinero han terminado invariablemente en el fracaso. Los gobiernos del sur de Asia han dedicado enormes esfuerzos en este sentido, ya que el hawala les significa grandes pérdidas de divisas extranjeras, especialmente de dólares, ya que las transferencias siempre se pagan en moneda local. Sin embargo, “no existe organización de inteligencia –excepto, quizá, la Dirección de Recaudación en India– que haya penetrado el sistema: el número de penetraciones se puede contar con una mano”, explica Barry Ryder, experto inglés en crímenes financieros. Así, gran parte, si no la mayoría, de los manejos ilícitos de dinero se realizan dentro de este sistema. Un ex agente de la CIA, que la usó extensamente para canalizar ayuda a los mujaidines afganos que resistían la invasión soviética, insiste que “es mucho más poderosa de lo que podemos imaginar, está muy, muy bien desarrollada”.
¿Qué fue entonces lo que atacó ayer el Departamento del Tesoro norteamericano? Todas las 62 cuentas pertenecen a filiales de dos compañías que operan dentro del sistema bancario formal (si bien en paraísos fiscales como Liechtenstein), Al Taqua y Al Barakaat. La primera era conocida desde hace tiempo en círculos antiterroristas como una red de financieras fundada por la Hermandad Musulmana de Egipto, la agrupación más antigua de fundamentalistas islámicos. Según una fuente de la organización en El Cairo, la agrupación ya había sido muy debilitada por la crisis asiática y por “hostigamiento de gobiernos hostiles”. Al Baraakat era más sofisticada pero igualmente obvia: un conglomerado de telecomunicaciones y transferencias electrónicas basada en Italia, Suiza y Liechtenstein cuyo gerente era un conocido “amigo y partidario de Bin Laden”, según el secretario O’Neill. Los arrestos parecen haber decapitado ambas organizaciones, y en todo caso sus cuentas ya están congeladas. Pero el daño a las finanzas de Bin Laden podría ser mucho menor a lo que se imagina.
Ninguna de las cifras presentadas por el Departamento del Tesoro acerca de las cuentas congeladas (las más alta habla de unos 67 millones de dólares) representa demasiado, comparado con los miles de millones que solventan a Al Qaeda. Ambas, de nuevo, estaban dentro del sistema bancario “convencional”. De hecho, la destrucción de las instituciones más visibles bien podría hacer que el resto de sus finanzas pasen enteramente por los hawala. Y estas redes son tan difíciles de penetrar como una célula terrorista (al basarse en contactos personales), y son además ambiguas, ya que constituyen un vínculo esencial para que muchos inmigrantes en Occidente envíen remesas de dinero a sus familiares. Quizás O’Neill no mentía al decir que los hawala eran vulnerables al bloque financiero. Pero lo cierto es que ninguna de sus medidas ayer lo probaba.

 


 

ELECCIONES MUNICIPALES EN NUEVA YORK TRAS LOS ATAQUES
Ganó el dinero y el OK de Rudy

Por Matthew Engel *
Desde Washington

La victoria de Michael Bloomberg en Nueva York y el resto de los resultados de la elección en todo el país muestran que lo que más importó en las elecciones del martes en Estados Unidos es lo que siempre había importado: dinero y hasta cierto punto los fracs. Frente a esto, salvo Nueva York, los demócratas tuvieron una buena noche, ganando las dos gobernaciones en oferta, Nueva Jersey y Virginia, y derrotando al alcalde republicano de Miami, Joe Carollo.
Pero una investigación más detenida muestra que todas estas carreras eran demasiado episódicas para ofrecer consuelo a los demócratas, mientras buscan con desesperación algo de que agarrarse entre las ruidosas aprobaciones por el rating del presidente Bush. Como uno de los analistas de televisión dijo: “Cualquiera que trate de predecir lo que esto significa para el año que viene, está loco”. Mark Warner, el nuevo gobernador de Virginia, ganó una fortuna con teléfonos celulares y gastó otra fortuna (20 millones de dólares en total, incluyendo donaciones) en su contienda, la más cara en la historia del estado. Apenas mencionó a su partido y habitualmente se describe a sí mismo como un “conservador de Virginia”, especialmente en los ferias de venta de armas, a los que asiste asiduamente. La victoria de Jim McGreevy en Nueva Jersey vino en un estado fuertemente demócrata que volvió a sus fuentes tras un breve flirteo con una republicana carismática, Christie Whitman, que ahora es la responsable de temas de medio ambiente del presidente Bush. En Miami, Carollo, que fue arrestado con cargos de violencia doméstica a comienzos de este año, terminó tercero. Los primeros dos van a segunda vuelta la semana que viene. En la mayoría de los lugares, el 11 de setiembre no fue un factor decisivo para nada, salvo que cortó la campaña y los niveles del interés de los votantes. Pero en Nueva York, donde el ataque fue central para el complot, Bloomberg surgió después que el alcalde Rudy Giuliani, uno de los héroes del día, apareció una y otra vez en avisos de televisión el último fin de semana instando a los votantes a apoyarlo.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: C.D.

 

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