El ex beatle George Harrison
está internado en grave estado en un hospital de Nueva York, donde
los médicos luchan afanosamente por salvarle la vida. La salud
del músico inglés sufrió una importante recaída
durante esta semana, ya que hasta hace pocos días parecía
estar recuperándose de los dolores que le trae aparejado el cáncer
que le diagnosticaron hace un lustro. En el hospital neoyorquino
se dice que la terapia que recibe es la última oportunidad de salvarle
la vida, publicó ayer el diario inglés Daily Telegraph.
En los últimos tres años, Harrison, de 58 años, padeció
cáncer de laringe y de pulmones, así como un tumor cerebral.
El ex guitarrista de The Beatles achacó la enfermedad a que fue
un fumador empedernido.
Harrison fue registrado en la clínica universitaria de Staten Island,
en Nueva York, bajo el nombre de George Arrias, el nombre de soltera de
su mujer Olivia. Los médicos están sometiéndolo a
un fuerte tratamiento, bajo la supervisión del director del departamento
de radioterapia oncológica, Gil Lederman. Este tratamiento está
indicado sólo para pacientes con tumores avanzados, según
remarcó el Telegraph. Harrison está muy delgado y su esposa
no se separa de él. Acerca de este tratamiento, Lederman dijo el
año pasado al Sunday Telegraph: No existen garantías.
Se puede tener suerte, pero nosotros creemos que podemos duplicar las
posibilidades de sobrevivir. Hasta su internación actual,
el músico venía siendo tratado en una clínica suiza,
para lo cual había alquilado una mansión en Italia, en una
localidad cercana a la frontera entre ambos países.
El ex beatle Paul McCartney se mostró más que sorprendido
cuando ayer fue consultado sobre el súbito agravamiento de la salud
de su amigo desde la década del 50, cuando ambos tocaban en grupos
estudiantiles de Liverpool. Hace un par de semanas conversé
con él y todo parecía estar en orden, contó
McCartney. Estoy muy preocupado, porque George es como un hermano
para mí. Los diarios británicos han venido publicando
desde mediados de año diversas informaciones sobre la gravedad
del estado del músico. Harrison se enojó ostensiblemente
en julio pasado por la difusión de una serie de versiones que afirmaban
que su muerte parecía inminente, que llegaron a involucrar al productor
George Martin. Entonces dijo que se encontraba muy bien, por
los tratamientos que recibía contra el mal.
Al contrario de McCartney, Harrison se mantiene alejado de los medios.
Vive retirado, a veces en una fastuosa propiedad en el campo, a veces
en un isla. Ya en los momentos más gloriosos de uno de los grupos
más exitosos de todos los tiempos, a George se lo definía
como el beatle tranquilo o el tercer Beatle, siempre a la
sombra de John Lennon y McCartney. Me gusta más actuar delante
de 20 amigos que en un estadio, dijo en una ocasión. Lo que
lo llevó a permanecer completamente alejado de la actividad pública
fue un frustrado intento de asesinato hace dos años, cuando un
hombre entró por la noche en su castillo e intentó apuñalarlo.
Harrison se salvó porque su mujer Olivia alcanzó a levantarse
del lecho en que dormían y pudo desviar el brazo del perturbado
mental, que intentaba clavar una navaja en el corazón del músico.
Además de eso, Olivia lo derribó luego, golpeándolo
con un velador. Pensé que me moría, confesó
el músico tras el incidente. Desde el asesinato de John Lennon
en 1980, los tres ex beatles viven rodeados de grandes medidas de seguridad.
Sin embargo, la noche del incidente el hombre pudo entrar sin problemas,
burlando la vigilancia, a la mansión de 39 habitaciones de Harrison,
aparentemente aprovechando un descuido de los guardias externos.
Harrison es autor de 22 canciones de la banda, entre ellos grandes éxitos
como While my Guitar Gently Weeps, Here Comes the Sun,
Something o Taxman. A mediados de los años
60, Harrison, el más joven de los cuatro, impulsó
un decidido acercamiento de The Beatles hacia la cultura oriental, luego
de haberse deslumbrado con los conocimientos adquiridos con su gurú
personal. En un período en que el grupo investigaba la posibilidad
de crear arte bajo las influencias del consumo de drogas alucinógenas,
el cosmos de sonoridades de la música de la India impactó
fuertemente a sus integrantes. Luego de la separación, Harrison
produjo y lideró, junto a Ravi Shankar, el concierto por Bengala
Libre, en el que se registró un disco triple. Desde 1970 desarrolló
una interesante carrera solista, que luego, sin embargo, pareció
aburrirlo, por lo que se dedicó a la producción de films.
Su gran éxito del período solista fue el disco All Things
Must Pass, que incluyó el hit devocional My sweet Lord.
Este disco fue lujosamente reeditado este año.
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