Argentina tiene un plan
de déficit cero que realmente debe llevar adelante para volver
su situación sustentable. Así, sin vueltas, la asesora
de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush, la influyente Condoleeza
Rice, anticipó cuál será la actitud del gobierno
norteamericano frente al viaje a Estados Unidos del presidente Fernando
de la Rúa, quien buscará conseguir asistencia financiera
extra para encarar la reprogramación de la deuda. A juzgar por
las palabras de Rice, Bush ofrecerá respaldo moral, pero insistirá
con la posición de que los problemas de los argentinos los deben
solucionar los argentinos, con la colaboración del FMI. Por su
parte, el presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, tras
entrevistarse ayer con Bush, también ofreció un singular
apoyo a la Argentina: Tanto el presidente Bush como yo tenemos el
mayor interés en que la Argentina tenga una situación más
estable, dijo. Pero aclaró que estamos contentos con
el hecho de que los mercados financieros con capaces de diferenciar entre
la situación de Brasil y la situación de la Argentina.
Desde ayer, el secretario de Financiamiento, Daniel Marx, se encontraba
en Nueva York organizando la agenda que su jefe, Domingo Cavallo, paralelamente
a la visita del presidente De la Rúa, desplegará con bancos
de inversión y funcionarios de organismos internacionales, con
la intención de lograr respaldo a la reestructuración de
la deuda entre los acreedores extranjeros. Esta es la porción de
la deuda más complicada de canjear voluntariamente, ya que hasta
ahora el Gobierno no consiguió las garantías suficientes
nuevos préstamos del FMI, el Banco Mundial o el BID
para tentar a los inversores extranjeros a desprenderse de bonos que rinden
tasas superiores al 11 por ciento a cambio de otros que pagarán
el 7 por ciento y postergarán por tres años los vencimientos
de capital.
Cavallo arribará hoy a Nueva York, junto con la comitiva oficial.
Y de hecho, la idea es que el propio De la Rúa, quien asistirá
a la Asamblea General de las Naciones Unidas, participe hoy mismo de un
almuerzo con analistas e inversores de Wall Street. El domingo, en tanto,
el Presidente tiene previsto encontrarse, en un aparte de la Asamblea
de la ONU, con su par norteamericano.
Las palabras de Condoleeza Rice, anticipando la agenda presidencial, seguramente
no pasarán desapercibidas en la delegación argentina. La
funcionaria elogió personalmente a De la Rúa, con una frase
de protocolo que difícilmente el Presidente escuche por estas latitudes:
es muy importante el liderazgo que ha demostrado al tomar medidas
para encauzar a la economía, afirmó. Sin embargo,
dejó en claro que el gobierno norteamericano no atenderá
al país por fuera de la ventanilla del Fondo: Es preciso
que Argentina siga trabajando de cerca con el Fondo Monetario Internacional
para determinar la mejor manera de apuntalar la economía,
señaló. E insistió con la estrategia, manifestada
en varias oportunidades por los funcionarios del Tesoro norteamericano,
de encontrar una solución argentina a los problemas argentinos,
una forma de expresar que no habrá apoyo financiero adicional para
el país: La posición sobre Argentina es, y sigue siendo,
que apoyamos las medidas que Argentina puede tomar de forma interna para
crear una situación más sostenible, aseguró.
La negativa de Washington a desembolsar nuevos créditos se debe
a que la ventanilla del FMI ya fue prácticamente agotada en menos
de un año por el país: en diciembre pasado, el organismo
anunció préstamos por 13.000 millones de dólares
como parte del blindaje gestionado por Machinea y en agosto
último se autorizó una ayuda adicional de 8.000 millones.
De la Rúa reveló esta semana que su gobierno pretende un
adelanto en los próximos días de, al menos, 1.200 millones
de dólares del FMI, que en principio estaba previsto desembolsar
en diciembre. Es probable que, pese a la reticencia de los técnicos
del Fondo Monetario, que primero quieren ver que se cumplan a rajatabla
las metas fiscales comprometidas en el acuerdo, este tramo del préstamo
estaría disponible a la brevedad. Sin embargo, Rice ayer advirtió
que Washington no dejará pasar ningún desvío al déficit
cero, una señal para el tándem Cavallo-De la Rúa
que volaron a Estados Unidos sin llevar bajo el brazo un acuerdo amplio
con los gobernadores de recorte de fondos a las provincias, una condición
indispensable para alcanzar el equilibrio presupuestario a nivel nacional.
En este contexto, el respaldo verdaderamente curioso fue el expresado
por el presidente Fernando Henrique Cardoso, en declaraciones efectuadas
tras reunirse con Bush. Ciertamente, tanto el presidente Bush como
yo tenemos el mayor interés en que Argentina tenga una situación
más estable. Es una opinión mía, pero de él
también, que es una cuestión que Argentina tiene que decidir.
Tenemos confianza en que los argentinos pueden solucionar sus propios
problemas y tomarán las decisiones correctas, sostuvo, repitiendo
la doctrina de Washington arreglarse por las suyas. Luego,
vino el elogio de ocasión: Argentina está tomando
una serie de medidas importantes y estamos esperando que sean exitosas,
afirmó. Pero lo más llamativo fue la forma en que buscó
despegar a Brasil de la crisis argentina: Yo le dije a Bush que
estamos contentos con el hecho que los mercados financieros son capaces
de diferenciar entre la situación de Brasil, la situación
de Argentina y otras situaciones. Es importante, porque hay que reconocer
los enormes esfuerzos hechos por Brasil en los últimos años
que permiten que tengamos una economía más fuerte,
remató Cardoso.
Entusiasta apoyo de
Aznar
España es el primer inversor del mundo en la Argentina,
por lo que tiene que comportarse como tal, afirmó ayer
el presidente del gobierno español, José María
Aznar, en un apoyo abierto a la reestructuración de la deuda
anunciada por la administración de De la Rúa. Aznar
se refirió al caso argentino durante su intervención
en un almuerzo organizado por el Club de la Minería, recordando
que antaño la Argentina ayudó a España cuando
el país tenía hambre y que desde entonces
España siempre ha estado dispuesta a ayudar a los argentinos.
Según el mandatario, la apuesta española en la Argentina
es estratégica. España es el primer inversor
directo en la Argentina, es decir, en empresas que operan en el
país. Sin embargo, en términos de flujos financieros,
sólo una pequeña porción de la deuda está
en manos de acreedores españoles. No obstante, el gobierno
español aportó este año mil millones de dólares
al blindaje.
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