Las Fuerzas Armadas Revolucionarias
de Colombia (FARC) lanzaron el ultimátum y las fuerzas armadas
y el presidente Andrés Pastrana salieron al cruce. Anteayer, la
guerrilla comunicó siete exigencias para mantener las negociaciones
paralizadas desde hace un mes: entre otras cosas, exigen que el gobierno
se pronuncie sobre lo que el Departamento de Estado norteamericano ya
decretó: que las FARC y la segunda guerrilla del país, el
Ejército de Liberación Nacional (ELN), son organizaciones
terroristas. Pastrana desde Washington descartó la
posibilidad de revisar esas condiciones, amparado en la dura ofensiva
y la retórica que la acompaña que Estados Unidos
divulga contra el terrorismo y que incluye a la guerrilla latinoamericana.
Y responzabilizó a las FARC por lo que pase de aquí en adelante:
No es el pueblo colombiano, no es el presidente colombiano, son
ellos los que tienen que decidir cómo los va a considerar el mundo,
afirmó, tajante.
Pastrana les pasó la pelota a las FARC para eludir cualquier negociación
política: Hoy las FARC son las que toman la decisión
de cómo y de qué forma quieren que el mundo los vea: si
ellos quieren que los vean como un grupo insurgente que está dispuesto
a llevar a cabo un proceso político y una negociación política,
está el acuerdo de San Francisco, está la mesa de negociación,
donde podemos avanzar. Si ellos quieren ser vistos como unos terroristas,
pues lógicamente tienen que seguir secuestrando, atacando a la
población y haciendo actos terroristas que ni Colombia ni el mundo
están dispuestos lógicamente a aceptar, anunció
Pastrana. Y siguió: Tercero, si ellos quieren ser vistos
como unos narcotraficantes o como una narcoguerrilla, pues de ellos también
depende. Nosotros les hemos propuesto a las FARC que comencemos a erradicar
precisamente en la zona de distensión las hectáreas de coca
que pueden existir en el interior de la zona, que pueden ser unas 10.000,
12.000. Es inequívoco que su posición se ha derechizado
en consonancia con la categorización por EE.UU. de las FARC como
grupo terrorista y el consi- guiente congelamiento de sus activos
bancarios tras los atentados islámicos del 11 de septiembre
contra Nueva York y Washington.
Manuel Marulanda el famoso Tirofijo, jefe de las FARC, había
exigido a Pastrana en una carta difundida el miércoles que levante
los controles militares alrededor de la zona de despeje y se pronuncie
sobre si las FARC son narcotraficantes y terroristas como
señala Estados Unidos; de lo contrario se daría por terminado
el proceso de paz. A la vez, Pastrana lo único que explicitó
es que quiere apoyo de Estados Unidos y de la comunidad internacional
en la lucha contra el terrorismo, aunque no especificó si este
planteo incluye una eventual asistencia militar, y si sería utilizada
para combatir a las guerrillas y a los paramilitares. Hay un enemigo
común que es el narcotráfico, y ese narcotráfico
es el que financia la violencia en Colombia, por eso necesitamos decirle
a la comunidad internacional que tenemos que unir todos nuestros esfuerzos,
porque hay un enemigo común: el narcoterrorismo, apuntó
Pastrana, quien tras varias reuniones en el Congreso permanecerá
en Washington para reunirse con el secretario de Justicia, John Ashcroft,
y el de Defensa, Donald Rumsfeld. Las fuerzas armadas salieron, de inmediato,
a respaldar a Pastrana: Estamos preparados para retomar el control
de esa región, si el presidente así lo determina,
declaró el comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando
Tapias, tras evaluar que las FARC están eludiendo el compromiso
con la paz y dilatando el reinicio del diálogo.
APUNTABAN
A UNA TORRE EN MADRID
Osama, inspirado
por ETA
Las torres gemelas de Nueva
York no fueron las primeras en ser objetivo de grupos terroristas. Ayer
se supo que en diciembre de 1999, el grupo separatista ETA intentó
explotar la torre Picasso, el edificio más alto de Madrid. Entonces,
la Guardia Civil interceptó a 200 kilómetros de la capital
española dos camionetas cargadas con casi dos toneladas de explosivos
con los que se pretendía realizar el primer atentado luego del
anuncio de la ruptura de la tregua que existía desde el año
anterior. El director general de la policía, Juan Cotino, informó
en conferencia de prensa que Ana Belén Egues presunta jefa
del Comando Madrid, detenida junto a otro activista el martes reconoció
que estas dos furgonetas debían ser utilizadas contra la torre
Picasso.
El 21 de diciembre de 1999 la Guardia Civil desarticuló ese plan
al interceptar dos camionetas que contenían 1,7 toneladas de explosivos
que la organización separatista vasca preveía utilizar en
el atentado. Según Cotino, la investigación abierta después
de la detención el martes de Egues y Aitor García Aliaga
permitió determinar que la Torre Picasso era el objetivo de ese
grupo de activistas. A partir de estas detenciones la policía registró
tres pisos en Madrid y uno en Salamanca. Este último era
el piso base desde donde cargaban los coches bomba y los traían
a Madrid, señaló Cotino. A su vez, sostuvo que los
miembros del comando vivían en distintos pisos y que no tenían
contacto entre sí excepto el día que habían
marcado para hacer un atentado.
De 157 metros de alto y 43 pisos, la torre Picasso que se encuentra
en un barrio de negocios del norte de Madrid fue diseñada
por el estadounidense Minoru Yamasaki, el mismo arquitecto de las torres
gemelas del World Trade Center de Nueva York destruidas por los atentados
del 11 de setiembre. Alrededor de 5000 personas trabajan en este rascacielos,
inaugurado en 1989.
|