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NO QUIERE UN PERONISTA A LA CABEZA DEL SENADO, COMO NUMERO DOS
De la Rúa, con la sombra del PJ

El Presidente ya convive dentro y fuera del país con dos fantasmas permanentes: el peronismo y el conflicto con Brasil. Definiciones, y una dudosa estrategia antiterrorista.

Los fantasmas argentinos persiguieron a De la Rúa hasta Nueva York.
Tuvo que opinar sobre los planes
de la oposición.

Por Martín Granovsky
Desde Nueva York

El presidente Fernando de la Rúa debió apelar a la “tradición parlamentaria” para justificar su enojo, que no llamó enojo, con la hipótesis peronista de que sea un miembro del PJ quien ocupe la presidencia del Senado y quede número dos en la sucesión presidencial, por falta de vice.
“Se trata de un principio parlamentario según el cual el presidente del Senado debe pertenecer al mismo partido que el Presidente”, dijo anoche De la Rúa en una conferencia de prensa que ofreció en el Hotel Plaza, donde también delineó la estrategia de no pedirle nada a George W. Bush (ver aparte).
De todos modos, De la Rúa dijo no tener noticias “de que esto se haya decidido”, y por eso su alusión sólo a un principio. Sobre la idea de Antonio Cafiero de incorporar un primer ministro, recordó que la Constitución de 1994 sólo llegó a un jefe de Gabinete, aunque Raúl Alfonsín también proponía un primer ministro.
El Presidente se mostró molesto con las menciones a la “gobernabilidad”, pero lo cierto es que no sólo su política interna aparece siempre con la sombra de la fuerza del PJ, que controla la mayoría de las provincias y las dos cámaras del Congreso. El tema sobrevuela ya su primera gira al exterior tras la derrota oficialista del 14 de octubre, y cada acto, cada pregunta, queda relacionado con el grado de disposición justicialista de dar oxígeno o angostar el suministro para hacer sentir la dependencia.
El pacto con los gobernadores (ver aparte) fue una obsesión de todo el día, que mantuvo a De la Rúa on line con el jefe de Gabinete Chrystian Colombo. Y la cautela se impuso: fue imposible que De la Rúa diera nombres de las “tres o cuatro provincias peronistas que están dispuestas a acordar con el Gobierno” cuánto dinero recibirán del Estado nacional. En ningún momento pronunció los nombres mágicos de Formosa, Tucumán, Misiones y Jujuy. Tampoco comentó el discurso contemplativo de Carlos Reutemann, una suerte de padrino de las provincias chicas, ni la resistencia de Ruckauf. “No hago nombres”, fue su fórmula. “Igual, firmar se va a firmar, porque no estamos discutiendo sobre el fondo del acuerdo sino sobre los detalles”, dijo.
El segundo frente de conflicto no es interno sino externo y, como el primero, parece destinado a acompañar cada movida del Gobierno, sobre todo si Domingo Cavallo insiste en diferenciarse de Brasil. Anteayer, Fernando Henrique Cardoso dijo que los problemas de la Argentina son internos. O sea, no brasileños ni del Mercosur.
–Nosotros no nos involucramos en los problemas de Brasil –devolvió ayer De la Rúa–. Igual agradezco la ayuda que nos dieron la vez pasada y nosotros también los ayudaremos.
La amistad rencorosa, o el rencor amistoso, se pondrá a prueba hoy mismo, cuando De la Rúa se encuentre con Cardoso y el chileno Ricardo Lagos luego de que los tres hablen en la Asamblea General de Naciones Unidas (ver aparte). A la noche, los tres se pondrán al día. Y antes, a principios de la tarde, caminarán por Ground Zero, el área cerrada que cerca los restos del ataque a las Torres Gemelas del 11 de setiembre, del que se cumplirán mañana dos meses.
En todas sus referencias, el Presidente tiene previsto poner a la Argentina en el primer lugar de solidaridad con los Estados Unidos dentro del continente para la lucha antiterrorista. Ayer, sin embargo, De la Rúa incluyó una idea que acaso no sea conveniente para el país. Al hablar en la Americas Society sobre el terrorismo, no solo aludió a las Torres Gemelas sino también al terrorismo vasco y al de Medio Oriente. Es obvio que en ambos casos se trata de terrorismo, pero la comparación con losautores de las miles de muertes de Nueva York puede entrañar un peligro: si la respuesta por el ataque del 11-S es una respuesta militar, ¿no queda legitimada también una respuesta militar internacional para el Medio Oriente o España?

 


 

CLAVES DEL DISCURSO PARA LAS NACIONES UNIDAS
El terrorismo y Palestina

El presidente Fernando de la Rúa presentará hoy a la Argentina como un país que no es neutral ya que fue agredido por el terrorismo en dos oportunidades y ha encabezado la postura de unidad interamericana para enfrentar los ataques. La definición figura en el último borrador del texto que hoy leerá Fernando de la Rúa ante las Naciones Unidas, al que tuvo acceso Página/12. Las mayores novedades del discurso serán dos, siempre y cuando el escritor Marcos Aguinis, que anoche le hacía los últimos retoques, no recomiende modificarlo. Por primera vez dirá en un foro de semejante importancia que “el pueblo palestino tiene el derecho inalienable a su autodeterminación y a constituir un Estado independiente”. Por otra parte, hará una definición que seguramente no les gustará demasiado a los norteamericanos: “En el marco de la creciente interdependencia, los beneficios del desarrollo alcanzan a pocos Estados, siendo más evidente la marginación y la pobreza extrema. Esto genera condiciones para el surgimiento de conflictos sobre los cuales operan los fundamentalismos”. En una palabra, De la Rúa relacionará al terrorismo con la pobreza.
Como es obvio, el tema central del discurso será el terrorismo:
“La República Argentina manifiesta su total compromiso con el combate al terrorismo. Nuestra nación fue agredida por atentados de esta naturaleza, cuya memoria nos permite comprender el dolor de las víctimas. Por ello expresamos nuestra solidaridad con el pueblo y el gobierno de Estados Unidos.”
“Los ataques deliberados e indiscriminados contra la población civil, que el derecho internacional considera como crímenes graves en tiempos de guerra, no pueden sino constituir crímenes gravísimos en tiempos de paz.”
De la Rúa ratificará el funcionamiento del Comité Interamericano contra el Terrorismo, un organismo surgido en tiempos en que Carlos Corach era ministro del Interior y que celebró una reunión de fuerzas de seguridad e inteligencia en Mar del Plata. En aquel momento pareció todo orientado a poner presión sobre los gobiernos americanos para que se comprometan más en la guerra colombiana.
El párrafo sobre la relación entre pobreza y terrorismo tiende a reclamar apoyos económicos por parte de los países desarrollados. En un párrafo inmediatamente posterior, De la Rúa dirá: “El cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de ayuda al desarrollo y la generación de condiciones más equitativas en el comercio internacional son también esenciales para el despegue económico de los países que están en situación de vulnerabilidad”.
En la cuestión del Estado palestino, De la Rúa seguirá lo dicho ya por George Bush y Tony Blair, es decir que los palestinos tienen derecho a un estado independiente. Aunque el texto remarca más el costado palestino, también se defiende “el derecho de Israel a vivir dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas”. El párrafo sobre Medio Oriente pone el acento en que la paz en esa región es clave para la lucha contra el terrorismo a nivel mundial.
Hacia el final, De la Rúa volverá a reivindicar la soberanía argentina en las Islas Malvinas y declarará “la plena disposición para reanudar las negociaciones bilaterales con el Reino Unido para resolver esta cuestión”.

 

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