Por Martín
Piqué
El Gobierno lo buscó
durante cuatro semanas, y no tuvo éxito. Intentó con el
jefe de Gabinete, y no obtuvo resultados. Trató con el ministro
de Economía, y la negociación terminó en un portazo.
Probó con Ramón Mestre, pero tampoco consiguió demasiado.
Los gobernadores del PJ no querían recibir bonos Lecop, ni aceptar
el recorte en la coparticipación de impuestos. El tiempo apremiaba,
porque el Ejecutivo necesitaba apoyo a las medidas económicas,
y los mandatarios, la refinanciación de sus deudas y dinero fresco.
Finalmente, los aprietos de ambos lados hacen vislumbrar un acuerdo, al
menos con las cuatro provincias más endeudadas Jujuy, Tucumán,
Formosa y Misiones que en los primeros días de la semana
que viene aceptarán la oferta que ya firmaron los mandatarios de
la Alianza.
Era el día después, y la mayoría de los gobernadores
del PJ ya habían iniciado el retorno a sus provincias. El presidente
Fernando de la Rúa se encontraba de visita en Nueva York, adonde
había viajado con la idea de explicar el paquete económico
y exhibir el sustento político que tenían las
medidas. Todo se había complicado el jueves, cuando los peronistas
volvieron a rechazar la oferta oficial. Pero en el Gobierno tenían
una última esperanza: lograr el acuerdo con las provincias más
necesitadas, y mostrar los avances en Estados Unidos. Como decía
ayer un ministro a Página/12, la mitad de los gobernadores
nos apoya.
No eran sólo fantasías. Existían posibilidades concretas
de ampliar el respaldo al nuevo pacto fiscal. Un primer indicio lo aportaban
los acontecimientos del jueves a la noche en la Casa de Salta. Después
que el puntano Adolfo Rodríguez Saá leyera la carta pública
dirigida a De la Rúa, Eduardo Fellner (Jujuy), Julio Miranda (Tucumán),
Gildo Insfrán (Formosa) y Carlos Rovira (Misiones) se reunieron
por separado. Coincidieron en que debían seguir las negociaciones
con el Ejecutivo para conseguir la refinanciación de deudas al
7 por ciento, vital para la supervivencia económica de sus distritos.
Mientras charlaban, escucharon un consejo que parecía darles vía
libre para negociar:
Firmen cuando tengan asegurada la renegociación les
recomendó un asesor de Carlos Reutemann.
Los cuatro mandatarios tomaron en cuenta la sugerencia. Y dedicaron casi
todo el día de ayer a la discusión de cómo aceptar
el convenio del Gobierno. Al mediodía, compartieron un almuerzo
con otros integrantes del Frente Federal. Con ellos analizaron los próximos
pasos: coincidieron en que tenían que firmar, pero al mismo tiempo
debían mantener la imagen de un peronismo cohesionado.
La cuestión se trató también en las varias charlas
telefónicas que realizó el senador electo Ramón Puerta,
coordinador y principal operador de las provincias chicas.
A la tarde, la decisión ya estaba tomada.
Ya está. El lunes firman cuatro o cinco reconoció
a Página/12 el vocero de un reconocido miembro del Frente Federal.
A esa hora, los ministros de Economía de las cuatro provincias
habían empezado a enviar al Ejecutivo las modificaciones que querían
agregarle al convenio firmado por los aliancistas. Los faxes fueron llegando
uno a uno a la Jefatura de Gabinete y al Ministerio de Economía.
No se va a firmar el mismo acuerdo que firmó la Alianza,
explicaba a este diario el asesor del Frente Federal. Y un tiempo después,
desde Santa Fe, llegaba la confirmación de Reutemann. No
me sorprendería que algunos gobernadores justicialistas empiecen
a firmar este convenio en los próximos días porque se benefician
enormemente con la refinanciación de los pasivos provinciales,
dijo el santafesino.
La resolución era un hecho. De todas formas, los cuatro gobernadores
en cuestión ya habían acordado que no firmarían
antes de la reunión (del presidente De la Rúa) con Bush:
Van a firmar recién la semana que viene, el lunes o martes,
de a uno y sin fotos adelantó a Página/12 un gobernador
del Frente Federal.
A miles de kilómetros de Buenos Aires, en el Plaza Hotel de Nueva
York, la delegación del Gobierno festejaba la noticia. Los
gobernadores van a firmar el acuerdo porque es necesario e importante
el acuerdo y significará un ahorro a las provincias que pagarán
intereses más bajos, pronosticaba De la Rúa, consciente
de que la novedad había llegado en el momento oportuno: el poder
económico y financiero mundial estaba pendiente del apoyo político
que conseguían las medidas de Domingo Cavallo.
Además, los hombres del Ejecutivo estaban satisfechos porque consideraban
que habían conseguido quebrar el frente de los gobernadores.
Otra era la visión de los peronistas. El Gobierno viene de
una derrota política tras otra. Y el peronismo sigue unido,
insistía el vocero de uno de los gobernadores que decidió
aceptar la propuesta oficial.
Más allá de las declaraciones, los gobernadores no tienen
las mismas tácticas a la hora de negociar u enfrentar al Gobierno.
Las diferencias quedan en evidencia si se compara las declaraciones de
Carlos Ruckauf y Rodríguez Saá de un fuerte tono confrontativo
con las gestiones de las cuatro provincias más endeudadas. El bonaerense
no sólo amenazó con liberar a Buenos Aires del Pacto de
San José de Flores (quiere disimular mediáticamente
el quilombo de su provincia, decía uno de sus pares), sino
que también convocó a todos las fuerzas partidarias de su
provincia para discutir la posibilidad de embargar fondos de la Nación
ubicados en su distrito. Y el puntano volvió a culpar a De la Rúa,
por no asumir personalmente la negociación con los gobernadores.
CONGRESO
JUSTICIALISTA EN LANUS
Duhalde y poco más
La recalentada vida interna
del justicialismo tendrá hoy un nuevo capítulo. A las 11,
en el microestadio del Club Atlético Lanús, se reunirá
el Congreso Nacional de esa fuerza, tras una sorpresiva convocatoria de
su titular, Eduardo Duhalde. Sin embargo, el senador electo bonaerense
no las tendrá todas consigo. El gobernador santafecino, Carlos
Reutemann, anticipó que no irá y que en principio el acuerdo
es que no asista ningún gobernador, y además el menemismo
promete venganza por el repentino llamado del Congreso.
Duhalde tenía planeado llamar a elecciones internas y disponer
que las listas estuvieran presentadas a fin de año. La idea era
reemplazar a Menem de la conducción nacional del PJ. Ahora, morigeró
sus pretensiones y consideró que una Comisión de Acción
Política se encargará de definir cuándo serán
las internas partidarias. El otro objetivo que buscará Duhalde
será hacer cesar las intervenciones en Catamarca y Capital Federal,
en manos de los menemistas Víctor Ramos y Ana Mosso.
Pero el ex gobernador no sumó todo el apoyo necesario para esa
movida. Hasta el momento, desairando a Reutemann, sólo el gobernador
de Santa Cruz, Néstor Kirchner, garantizó su presencia y
la de los congresales que le responden. Otro tanto haría el gobernador
de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, señalaron los
duhaldistas.
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