Por Julián
Gorodischer
Compiten en la tele por razones
novedosas: evitar el desalojo, cubrir la salud que la obra social no ampara,
combatir los problemas del desempleo. Un ciclo de juegos, Números
rojos, no les ofrece el premio que cumplirá la fantasía
sino el dinero que los salvará del desastre. Si responden bien
y son solventes en las prendas que propone Horacio Cabak (con ping pongs
o repechajes), los endeudados de la televisión obtendrán
algo de plata. No una gran suma sino ayudas financieras que varían
entre los mil y los 5 mil pesos. No aspiran al batacazo ni a la vida relajada.
Hay una deuda que los ahoga. Todos pertenecen a la clase media y tienen
un buen nivel cultural promedio.
Las que siguen son historias de un declive que Azul transmite todos los
domingos desde las 20. A Stella Maris le costaba pagar la cuota del colegio
de sus hijos; ahora no llega a cubrir sus viáticos. Magna pensaba
en solicitar un crédito hipotecario; ahora lo pide para cubrir
la salud de su beba. Alicia tenía dificultades para costear las
clases de inglés a su hija adolescente; ahora tiene miedo de irse
a vivir debajo de un túnel. En la pantalla, sin embargo, se muestran
divertidos, como corresponde, a tono con la sonrisa de Cabak y los colores
brillantes de la escenografía. Se los ve entusiasmados, no como
ahora, en esta trastienda, cuando lloran, o dicen que así
no hay salida, o agradecen con devoción religiosa. Si
no fuera por esta plata dice Stella Maris, en pleno juicio por falta
de pago de un alquiler, yo no sé dónde habría
ido a parar.
Viviana Caraduje, estudiante
de Ciencias de la Comunicación
El crédito nos está ahogando
A los 28, pienso en irme del país. Tengo un crédito
hipotecario, que venía pagando bien hasta que mi marido perdió
las horas extra en su trabajo. Estoy endeudada, y el crédito nos
está ahogando. El lunes le mandaron a mi esposo el telegrama de
despido. La plata que gané en el programa la voy a tener que usar
para vivir, y no para saldar la deuda.
Stella Maris Artusi, vendedora
No tengo plata para los viáticos de mis hijos
Desde el 94 me quedé sin casa propia, sin colegios
privados para los chicos y con un juicio de desalojo. Ahora alquilo, y
no tengo trabajo. El que vivo es un cambio monstruoso; mis hijos iban
a colegios privados, clubes, tenían educación artística.
Y hoy no tengo plata para los viáticos. Mi crisis económica
es abismal, y tengo pánico de lo que se viene. Me quedé
en cero, y no puedo conseguir trabajo.
Csar Oscar Conte, empleado
Desde mi luna de miel que no tengo vacaciones
Quería tener la tutoría de mi sobrina, que quedó
huérfana, y no tenía plata para el trámite. Quería
adoptar a ese bebé porque necesitaba todo el amor, pero no puedo
cubrirle los gastos. La lucha contra la burocracia lleva tiempo y dinero,
y a uno le falta plata hasta para pagarles a los abogados. La nena necesita
ropa, útiles, y yo trato de hacer el máximo esfuerzo, pero
no doy abasto. Desde una luna de miel en Mendoza, no volví a viajar
ni a pensar en vacaciones. En este país son todas trabas.
Alicia Insfrán, ama
de casa
No sabía cómo ayudar a mi marido y fui a la tele
Mi marido trabajaba para Aerolíneas Argentinas, como proveedor
de cargas y descargas de encomiendas y, de golpe, nos empezaron a deber
dinero y a pagarnos a largo plazo. No sabía cómo ayudarlo,
y me presenté a un casting de la tele. Gané 1150 pesos que
quería destinar a pagar el alquiler y a la maestra de inglés
de mi hija. Pero escuché la historia de César, y entendí
que tenía que ayudarlo: le doné mi premio. Sobre mi deuda,
Dios dirá. No me importa si me tengo que ir a vivir debajo de un
túnel.
Mauricio Cristaldo, transportista
Hoy reducen personal, y no dan excusas
Compré una camioneta para hacer reparto a domicilio, me la
chocaron y quedé endeudado; el seguro no se hizo cargo. Yo la tenía
que seguir pagando por cinco años, pero pensaba saldar esa deuda
con los ingresos que me daría su uso. Perdí todo lo que
había invertido. Hasta el 98 hubo un tiempo mejor, cuando
tenía trabajo en una financiera. Pero hoy reducen personal y no
dan excusas.
Alberto Torras, empleado
Dejé de vivir con mi novia y me fui a la casa de mi vieja
Pedí un préstamo para comprar un departamento chico,
y tuve que devolver la plata que me había dado una amiga para pagar
el boleto de compraventa. Por las deudas tuve que dejar de vivir con mi
novia e irme a vivir a Escobar, con mi vieja. La crisis te va alterando
la vida. Con estos 1500 pesos que gané en el programa estoy un
poco más aliviado, pero hay que luchar demasiado para salir adelante.
Magna Aquino, ama de casa
Nunca pensé que quebraría un sindicato
Mi hija Rocío, de cuatro meses, tuvo una infección
urinaria y no teníamos cobertura social; hubo que sacar un crédito
para cubrir los gastos médicos en clínicas y laboratorios
privados. Nunca pensé que podría llegar a quebrar un sindicato
o una obra social, como la de las estaciones de servicio y los garajes.
Nos dieron la baja del sanatorio, y nos dejaron sin ayuda. En un hospital,
los análisis demoran demasiado; y si te estás muriendo,
jodete.
Bibiana Noceli, bombero voluntario
El Estado no apoya y tuve que ir a la tele
Soy presidenta de un cuartel de bomberos, y quería aportar
dinero para pagar las deudas. Dado que el Estado no apoya a los bomberos
voluntarios, tuve que ir a la tele. Lo preferí a ocuparme de mis
deudas personales. Una vez se me quemó la casa, y sé lo
que es no tener una dotación de bomberos. El Gobierno no da apoyo
a los bomberos, que tienen que hacer cualquier cosa para pelear por sus
deudas y ofrecer un servicio.
Marcelo Verdugo, transportista
El programa era mi única esperanza
Trabajaba como transportista escolar, choqué y tuve que comprar
otro micro. Me quedó una deuda enorme. Me estaban por sacar el
colectivo. Hice cola desde las 7 de la mañana, sólo porque
había una esperanza. Si no puedo estar en el programa, dije a la
producción, me hundo. Haber saldado mi deuda fue sacarme una mochila.
Viviana Basílico
En los 80 jugábamos al paddle
Era muy importante para mí pagar el cumpleaños de
quince de mi ahijada. Veníamos bien, pero el papá perdió
el trabajo. Aunque fuera cocinando risotto durante todo el verano, pero
íbamos a hacerlo. En los 80 vivíamos una época
muy buena. Nos pudimos hacer la casa y comprar un auto; jugábamos
al paddle. Ahora, uno festeja seguir teniendo un trabajo.
LOS
MTV EUROPE AWARDS, UNA ENTREGA SIN SORPRESAS
Entre Limp Bizkit y los dibujitos
Los estadounidenses Limp Bizkit,
los ingleses Gorillaz (un grupo formado por cartoons, detrás
del cual se encuentra el cantante de Blur, Damon Albarn) y el cantante
británico Craig David arrasaron en la octava entrega de los premios
MTV Europe Music Awards, que se celebró en la ciudad alemana de
Frankfurt. Limp Bizkit se llevó tres premios (Grupo,
Disco, por Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water,
y Website), mientras que Gorillaz consiguió dos (Canción
dance y Canción, por Clint Eastwood),
la misma cantidad que Craig David. La puertorriqueña Jennifer Lopez
obtuvo el reconocimiento a la mejor artista femenina (superando a tanques
como Madonna, Janet Jackson y Mariah Carey), mientras que Robbie Williams
ganó en su equivalente masculino. La entrega repartió premios
en 22 categorías, y tuvo como presentador al cómico británico
Ali G. Al igual que el año pasado, la mejor canción de hip
hop fue de Eminem: la cantante Dido, que saltó a la fama acompañando
al controvertido rapper en el hit Stan, fue considerada la
artista revelación, mientras que The Avalanches recibió
el premio al mejor video con Since I left you. Según
informó la cadena de videos musicales, unos 7 millones de telespectadores
participaron de la votación por Internet o teléfono. La
señal local de MTV, en tanto llevará a cabo un weekend
MTV Europe, con repeticiones de cuatro horas, hoy a las 13 y mañana
a las 15.
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