Por Raúl
Kollmann
Doble fracaso. En dos meses
no lograron detener a nadie con sólidas pruebas que lo vinculen
con los atentados a las Torres Gemelas y el Pentágono. No aparece
ni un cómplice ni la ruta del dinero y, menos que menos, el financista
de los ataques. La evidencia contra Osama bin Laden es de una debilidad
que impresiona y no va más allá de que la CIA dice que sus
agentes dicen que hombres de Bin Laden decían que se
iba a producir un ataque de envergadura. Es más, entre
los verdaderos expertos en terrorismo hay dudas si la clave no está
en los servicios de inteligencia de Irak. Tal vez Estados Unidos sí
consiguió un triunfo: pese al fracaso de la pesquisa instaló
en el mundo entero que no hay dudas sobre la autoría de Bin Laden
de los atentados y con eso se justifican los bombardeos contra Afganistán.
En la aparición del ántrax el despiste es aún peor:
no han detectado ni siquiera a un sospechoso de haber enviado las cartas
contaminantes y, encima, no tienen claro cómo la bacteria se esparció
entre carteros, o sea sin que se abrieran las cartas. La única
pista apasionante es una mujer muerta, solitaria, enigmática,
de 61 años.
Estos son algunos de los interrogantes.
1 ¿Dónde se reclutaron los 19 suicidas que se inmolaron
en las Torres Gemelas y el Pentágono?
Nadie lo sabe. Quince eran de Arabia Saudita; el aparente jefe,
Mohamed Atta, nació en Egipto, hubo dos de los Emiratos Arabes
Unidos y un libanés. No hay un solo dato que indique dónde
se conocieron, aunque sea por grupos. La punta clave por ahora,
es que tres de ellos vivieron en Hamburgo y serían, por su nivel
intelectual, los ideólogos o jefes de la operación. Allí
estudiaban urbanismo. Sin embargo, en dos meses los investigadores no
encontraron una sola evidencia de cómo se armó el grupo
de suicidas, tratándose de terroristas que vinieron de diferentes
países.
2 ¿Cómo era la relación con Bin Laden y su organización,
Al-Qaeda?
Nadie lo sabe. Las evidencias son más que débiles
y todas se esconden detrás del siguiente diagnóstico: Era
un grupo de elite, aislado, que mantuvo poco contacto, o ningún
contacto, con otros grupos de Al-Qaeda en Europa o Estados Unidos,
según explica, por ejemplo, Roland Jacquard, especialista francés
en terrorismo.
Las bases de la investigación son supuestos informes de inteligencia.
Por ejemplo, Inglaterra y Francia dicen que casi todos los suicidas estuvieron
en Pakistán y de allí pasaron a Afganistán para entrenarse.
Dicen que Atta estuvo allí posiblemente entre 1997 y 1998,
es decir es una especulación sin evidencia que hayan podido mostrar.
3 ¿Quién dio apoyo logístico dentro de Estados
Unidos? ¿Quiénes fueron los cómplices?
Nadie lo sabe. Las autoridades detuvieron a 1200 sospechosos,
de los cuales la inmensa mayoría fueron llevados simplemente por
prejuicios sobre su origen islámico. Del resto, casi todos terminaron
procesados por usar pasaportes falsos para eludir las leyes inmigratorios
de Estados Unidos. O sea que querían vivir allí y realizaron
la maniobra del pasaporte falso para entrar al país. De los 1200,
hay cinco a los que todavía se los vincula con el 11 de setiembre:
tres vivían en un departamento de Detroit y la mayor evidencia
que se les encontró es que tenían mapas del aeropuerto de
Amman, en Jordania, que fue un objetivo terrorista hace un año;
el cuarto argelino estaba preso en el momento de los atentados,
pero había hecho un curso de aviación y festejó cuando
los aviones se incrustaron en las Torres, mientras que el quinto es un
estudiante jordano que conocía a tres de los suicidas y tenía
un afiche de Bin Laden en su habitación. Ninguno aportó
datos, los cinco niegan su participación y en Estados Unidos hay
propuestas de torturarlos o de obligarlos a ingerir ladroga de la verdad,
con sodio, que hace hablar al detenido. Además, Washington dictó
una norma para que ya no sean reservados los diálogos entre detenidos
y abogados, algo considerado como una grosera violación de los
derechos humanos. En suma, los cómplices no aparecen, el apoyo
local tampoco y la mayoría de los expertos sostiene que los propios
suicidas fueron la conexión local. No debe olvidarse que la mayoría
vivió en Estados Unidos desde noviembre de 1999.
4 ¿Qué características tenía el grupo?
Nadie lo sabe del todo. Se han recogido datos contradictorios.
Por ejemplo, varios de ellos habrían partido de sus lugares de
origen, principalmente en provincias pobres de Arabia Saudita, para peregrinar
a los lugares sagrados del Islam, Mecca y Medina. Otros dijeron que se
iban a luchar con fuerzas islámicas en Chechenia y estuvieron también
los que hablaron de sumarse a organizaciones islámicas benéficas
y de ayuda humanitaria. Sin embargo, hay muchos testimonios de que buena
parte del grupo no observaba las normas del Islam, bebían cerveza,
recurrieron a prostitutas y, menos aún, iban a las mezquitas. En
principio, podría hablarse de una célula heterogénea,
con gente de mayor y menor nivel cultural y mucha y poca observancia del
Islam. Esto remite más bien a
una organización no tan religiosa como Al-Qaeda, sino a grupos
donde lo religioso tiene menos peso como los iraquíes, parte de
los palestinos y libaneses.
5 ¿Existe la posibilidad de que no haya sido Al-Qaeda sino
otra organización?
Nadie lo sabe. Hay un dato impactante: el aparente jefe, Atta,
estuvo reunido en abril, en Praga, con un hombre oficialmente reconocido
como agente de inteligencia de Irak. El individuo fue expulsado de la
República Checa justamente por considerárselo un peligroso
agente de inteligencia. También hay un misterioso viaje de Atta
a Cataluña en julio, donde se dice que también
estuvo con agentes iraquíes. En una palabra, los investigadores
no encuentran ninguna evidencia concreta sobre quién estuvo detrás
de los atentados.
6 El golpe del 11 de setiembre requirió de dinero, ¿quién
fue el financista?
Nadie lo sabe. La operación requirió al menos
500.000 dólares y, obviamente, todos apuntan a Bin Laden. Poco
antes de inmolarse, tres de los suicidas giraron dinero incluso
desde los aeropuertos donde tomaron los aviones hacia sus objetivos
hacia los Emiratos Arabes Unidos. El dinero, supuestamente un vuelto de
los fondos invertidos en los atentados, fue cobrado por un hombre llamado
Mustafá Ahmad, seguidor de Bin Laden, que en la misma noche que
retiró los 15.000 dólares que le giraron los terroristas,
partió hacia Pakistán en un vuelo de Saudi Airlines. Nunca
más se supo nada de él, ni siquiera hay certeza de que haya
sido la persona que cobró el dinero. Por otra parte, eso era sólo
el vuelto, pero el gran flujo para financiar el ataque no se sabe cómo
se le entregó a los terroristas ni de donde vino.
7 ¿Los envíos de ántrax están relacionados
con los ataques del 11 de setiembre?
Nadie lo sabe. Los investigadores no tienen ninguna evidencia,
salvo algunos rasgos de quien o quienes envían las
cartas. En el caso de las que llegaron al Senado y a las cadenas televisivas
de Nueva York, produciendo dos muertes, sería un hombre el
90 por ciento de los ataques perpetrados mediante cartas han sido hechos
por hombres-. y por las características de la letra se está
buscando a alguien de edad avanzada, posiblemente un científico
resentido, solitario y con gran astucia. Por ejemplo, en las cartas no
se encontró material para trabajar científicamente: no hay
huellas digitales, no hay pelo ni fibras de ningún tipo. El individuo
tomó una precaución notable: el texto que viene dentrode
los sobres no es un original, sino que sacó una fotocopia para
dificultar todavía más el rastreo. Entre los lingüistas
que estudiaron el caso hay una polémica. Los textos enviados hablan
de Alá y le dicen a los norteamericanos que deben tener miedo.
Por ejemplo, dice ¡Muere ahora! Algunos de los expertos sostienen
que está escrito por un nonorteamericano. Como ejemplo ponen que
la fecha está puesta de forma distinta al uso norteamericano y
que la palabra penicilina está mal escrita. Otros lingüistas
aseguran que se nota que es un norteamericano tratando de simular.
8 ¿Por qué el ántrax le llegó a una mujer
que no era ni periodista ni política ni trabajaba en el correo?
Nadie lo sabe. Esta es la gran pista que están trabajando
los investigadores. La señora Kathy Nguyen murió el 31 de
octubre producto del ántrax. Trabajaba en una clínica, pero
los investigadores no encontraron bacterias ni en su ropa ni en su vivienda
ni en la clínica ni en ningún lado. La mujer vivía
sola, casi no hablaba con nadie y el FBI trata de hacer una historia de
sus últimas dos semanas de vida: con quién habló,
dónde fue, si se pudo haber cruzado con alguien ese científico
loco que podría estar detrás del ántrax.- o si directamente,
de alguna manera, ella está relacionada con la bacteria. Lo cierto
es que las primeras semanas aparecieron pocos datos: no se sabe qué
hacía la mujer fuera de sus horas de trabajo, pero tampoco se detectó
algo anormal. Lo más insólito es que el FBI se hizo presente
en el velatorio y el entierro y relevó a cada una de las personas
que acompañaron los restos de la mujer. Como se ve, no hay una
pista sólida.
9¿Cómo sigue la pesquisa?
Nadie lo sabe. El fiscal general de los Estados Unidos ya emitió
dos alertas máximas sobre posibles ataques terroristas. El argumento
es que habían intervenido conversaciones entre hombres de Bin Laden
que hablaban de un nuevo golpe. Nada se produjo. El FBI, por su parte,
no pudo contestar en el Senado cosas tan elementales como cuántos
laboratorios podrían producir ántrax en los Estados Unidos.
No lo saben e incluso hay una polémica: varios científicos
afirman que no es necesario un laboratorio muy sofisticado para producirlo,
ya que es suficiente con equipamiento que vale 2500 dólares. Eso
sí, un científico tendría que haberlo robado de un
laboratorio de los cientos que, desorganizadamente, manejan el ántrax
en ese país.
El gran problema que tiene la Casa Blanca hoy es el mismo que tiene la
Argentina: la falta de esclarecimiento de los atentados deja como conclusión
tácita que la misma organización puede volver a golpear,
con los mismos apoyos internos. En la Argentina no se sabe nada sobre
lo que fue la conexión local islámica de los atentados.
En Estados Unidos tampoco encuentran evidencia concreta: creen que tal
vez hayan sido los mismos terroristas, todos muertos. Por ahora rezan
para que sea así.
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