Por Gabriel A.
Uriarte
Desde Washington D.C.
Osama bin Laden lo dijo en una
entrevista con un diario paquistaní: Tenemos armas químicas
y nucleares (ver página opuesta). Era casi una certeza en
círculos de inteligencia occidentales, pero que el mismo Bin Laden
lo anunciara parecía presagiar un uso inminente. ¿Pero para
qué? Si Estados Unidos utiliza armas nucleares contra nosotros,
podríamos responder con las armas nucleares que tenemos como fuerza
disuasoria. Es posible que sus palabras indiquen exactamente lo
opuesto a lo que parece. Bin Laden tiene armas nuclares, sí, pero
su estrategia no sería usarlas como represalia, sino detonarlas
primero para provocar una represalia nuclear desde el mucho más
gigantesco arsenal disuasorio de Estados Unidos. Para entender
la lógica dentro de esta aparente locura hay abandonar las explicaciones
de nihilismo y gotterdämerung wagneriano y analizar objetivamente
cuál es la estrategia de Osama bin Laden.
Todo grupo terrorista basa su estrategia en dos factores. Uno es que el
daño contra el enemigo sea suficiente para que cumpla sus demandas.
Bin Laden no puede contar con esto dado el carácter extremo de
dichas demandas, como abandonar Israel y evacuar Arabia Saudita. La segunda
vía es provocar una represalia tan violenta que polarice el conflicto
y produzca un gran aumento del apoyo al grupo terrorista. Este concepto
clásico de extremar las contradicciones ha impulsado
incontables insurgencias y campañas terroristas por minorías
que cuentan con la represión para transformarse en mayorías.
Generalmente fracasaron porque su estrategia depende no de la maximización
de la violencia represiva sino de un incremento que sea lo suficientemente
moderado como para seguir permitiendo una reacción popular. No
muchos represores fueron tan moderados. Con Bin Laden, sin embargo, su
audiencia se encuentra en países árabes que
Estados Unidos no puede atacar o reprimir, ya que uno de sus objetivos
en combatir a Bin Laden es precisamente retenerlos como aliados. Al mismo
tiempo, esa audiencia está lo suficientemente identificada con
quienes están bajo las bombas norteamericanas como para que la
ofensiva contra Afganistán aumente el sentimiento antiamericano
y produzca la deseada polarización. Esta es la clave en la estrategia
de Bin Laden.
Tiene todos los elementos para lanzar una guerra contra una nación,
excepto una nación propia. La naturaleza fragmentada de sus seguidores,
ideal en términos tácticos, nulifica su objetivo estratégico,
la creación de una gran nación islámica en el Medio
Oriente con él a su frente. Su odio contra la presencia norteamericana
en Israel y Arabia Saudita no se debe tanto a sensibilidades por los palestinos
o los Lugares Santos, sino a que esta presencia es lo que permite, a sus
ojos, la continuada existencia de regímenes no-fundamentalistas
en los países musulmanes, que por su naturaleza y acciones contradicen
su dicotomía de Cristianismo y Sionismo contra el Islam. Tácticamente,
Al Qaeda es suficiente para lanzar ataques devastadores contra Estados
Unidos. Estratégicamente, sus redes de operativos en moteles de
Las Vegas deben pasar a ser redes de capitales y Estados en el Medio Oriente.
Para no caer en el nihilismo, el terrorismo debe contar con el apoyo de
un Estado, o bien crearse uno propio. Es lo que intenta hacer Bin Laden.
Hasta ahora ha fracasado notablemente. Malinterpretó la ambigüedad
de los regímenes musulmanes en reprimir a su grupo. Los vaivenes
de apoyo y represión en países como Arabia Saudita o Pakistán
no se debían a que el gobierno tuviera miedo de extremar la situación,
sino más bien al hecho de que no quería eliminar del todo
un fenómeno que le rendía varios beneficios. De la misma
manera que se decía que la principal exportaciónde Vietnam
del Sur era el anticomunismo, la principal exportación de los gobiernos
árabes es antiterrorismo, exportación que rinde ganancias
muy concretas en concepto de ayuda militar y económica. Pero esta
ambigüedad era el mejor indicio de que se aliarían con Estados
Unidos para aplastar a un Al Qaeda que juega demasiado en serio. Así,
en Pakistán los mismos fundamentalistas (según el enviado
especial de Página/12 allí) juran día tras día
que irán a Afganistán para morir por Bin Laden. Así,
en Irán (cuya inteligencia fue muy importante en establecer Al
Qaeda antes de que Bin Laden se radicara en Afganistán), el gobierno
se unió más o menos explícitamente a la ofensiva
para derrocar a sus enemigos geopolíticos y religiosos de los talibanes.
Así, en Arabia Saudita no pasa absolutamente nada. Bin Laden, en
suma, debe provocar una atrocidad contra el Islam más drástica
que ser bombardeado durante el mes sagrado de Ramadán. Tan drástica
que a los gobiernos y pueblo musulmanes no les quede otra opción
que abandonar el neutralismo y oponerse al Gran Satán. Tan drástica
como una bomba nuclear, por ejemplo.
No puede dudarse que Bin Laden decía la verdad cuando afirmó
tener armas nucleares. Sus muy fluidos contactos con la mafia chechena
en Rusia (a quienes suministra con heroína afgana para vender en
el mercado europeo) le permitieron adquirir unos cinco maletines-bomba
(según los rusos) o bien unos 20 (según agencias árabes).
Fueron adquiridos en la misma Rusia, además de Ucrania, Turkmenistán
y Kazajstán. El contacto checheno también le habría
permitido reclutar a ex miembros de las fuerzas especiales SPETZNAZ soviéticas
(la mayoría de Ucrania y los países bálticos), soldados
entrenados específicamente para usar estos malestines en acciones
de sabotaje y terrorismo contra Occidente. Lo último que se supo
acerca de su arsenal nuclear es que estaba concentrado en un complejo
de cavernas cerca de las ciudades de Kandahar y de Khost. Pero es factible
que antes del 11 de septiembre Bin Laden, cuyo genio es primordialmente
logístico, haya trasladado varios maletines a sus eventuales blancos.
En 1999 ya había un informe acerca de una unidad de 100 ex SPETZNAZ
y mujaidines en Afganistán encargada exclusivamente en manejar
estos traslados.
Dado que el Hiroshima de Bin Laden sería en esencia una campaña
de relaciones públicas, la lista de objetivos es bastante reducida.
No puede ser dentro de Afganistán porque los afectados serían
la musulmana Alianza del Norte y los miles de civiles afganos, igualmente
musulmanes, que rodearían la explosión de un arma tan poco
sutil. Lo mismo va para los demás países musulmanes (incluyendo
los hostiles Irán y Turquía), ya que Bin Laden estaría
creando desiertos nucleares en los mismos países que espera conquistar.
Sus soft targets predilectos en América Latina y Africa
son muy vulnerables pero al mismo tiempo podrían ser demasiado
remotos como para que Estados Unidos decida ipso facto ordenar una represalia
masiva con armas nucleares.
Eso deja solo los países desarrollados de Occidente. Estados Unidos
sería ideal, obviamente. En los últimos días, antes
de que la campaña contra Afganistán comenzara a producir
éxitos, ciertos congresistas ya hablaban de usar armas nuclares
tácticas contra las cuevas de Al Qaeda. Si se produce un ground
zero literal (el término viene es de la guerra atómica)
en Nueva York o Washington, es altamente probable que Afganistán
sea atacada con armas nuclares, y no solo tácticas. También
es probable que los ex SPETZNAZ que Bin Laden reclutó en la ex
Unión Soviética hayan sido mucho mejor entrenados durante
la ex Guerra Fría para realizar ataques dentro de Estados Unidos.
Por otra parte, el nivel de alerta en ese país puede ser insuficiente
pero aun así es muy alto. Esto podría redirigir el peligro
hacia Europa, con extensas comunidades árabes muy mal vigiladas
(excepto en una Francia recelosa de terroristas argelinos). En ese sentido,
podría notarse que en la entrevista publicada ayer Bin Ladendecía
que Bush estaba buscando asustar a los países europeos.
No solo Bush, posiblemente.
Es cierto que todo esto implica mirar sus palabras a través del
espejo. Quizás efectivamente diga la verdad. Quizás su arsenal
nuclear (y químico) es puramente disuasorio, y quizás no
lo utilizará aun cuando la ofensiva norteamericana se acerca cada
día más a su refugio (como lo demuestra su cada vez más
decaído aspecto físico) y a destruir a sus aliados talibanes.
Quizá.
George Bush prendió
luz roja en Kabul
La opositora Alianza del Norte anticipó ayer haber conquistado
cuatro provincias al norte afgano un día después de
que tomaron control de la estratégica Mazar-i-Sharif, y amenazó
con arrebatarle a los talibanes Kabul, la capital afgana. Pero George.
W. Bush dijo que la Alianza del Norte debe avanzar hacia el sur
de Afganistán, pero no conquistar Kabul, y la lógica
de su advertencia es transparente: los pashtunes que son mayoritarios
en Kabul y en el resto del país son minoritarios en la amalgama
de tribus que abarca la Alianza. y Tanto Estados Unidos como Pakistán
están ansiosos de que la coalición que reemplaza a
los talibanes en Kabul sea lo más representativa posible
además de temer actos de salvajismo de la Alianza en la capital.
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Claves
Luego de la captura
de la estratégica ciudad de Mazar-i-Sharif, la antitalibán
Alianza del Norte afirmó que tomó cuatro provincias
de Afganistán. Voceros de la Alianza dijeron que podrían
tomar la capital Kabul, pero George Bush desalentó esta posibilidad.
En una entrevista con
el diario pakistaní Dawn, Osama bin Laden afirmó que
tiene en su poder armas nucleares y químicas y que las utilizará
cuando sea necesario.
En la Asamblea General
de la ONU, Bush afirmó que está a favor de un Estado
palestino, pero se negó a reunirse con Yasser Arafat por
considerarlo responsable de la violencia en Medio Oriente.
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�Tenemos
armas nucleares como fuerza disuasiva�
Estados Unidos y sus aliados
nos masacran en Palestina, en Chechenia, en Kashmir, en Irak. Los musulmanes
tienen derecho a ejercer represalias contra Estados Unidos, dice
Osama bin Laden en esta entrevista publicada ayer por el diario paquistaní
Dawn (o Amanecer), y que Página/12 reproduce en su totalidad aquí.
Después del inicio de los ataques estadounidenses en Afganistán,
usted declaró a la televisión (árabe) Al Jazeera
que el ataque del 11 de setiembre había sido perpetrado por musulmanes.
¿Cómo sabía usted que se trataba de musulmanes?
Los propios estadounidenses difundieron una lista de sospechosos
de los atentados del 11 de septiembre, diciendo que esas personas estaban
implicadas. Eran todas musulmanas, 15 de Arabia Saudita, dos de los Emiratos
Arabes Unidos y una de Egipto. Según mis informaciones, eran todos
pasajeros. Una ceremonia de duelo tuvo lugar por ellos en sus casas. Pero
Estados Unidos afirmó que eran piratas aéreos.
En su comunicado del 7 de octubre, usted expresó su satisfacción
por los atentados del 11 de setiembre, pese a que murió un gran
número de personas inocentes, entre ellas cientos de musulmanes.
¿Puede justificar la matanza de inocentes basándose en las
enseñanzas del Islam?
Se trata de un punto muy importante de jurisprudencia. Desde mi
punto de vista, si un enemigo ocupa un territorio musulmán y utiliza
a gente corriente como escudo humano, en ese caso está permitido
atacar a ese enemigo. Por ejemplo, si unos bandidos asaltan una vivienda
y toman a un niño como rehén, el padre puede atacar a los
bandidos con el riesgo de que su propio hijo resulte herido en la acción.
Estados Unidos y sus aliados nos masacran en Palestina, en Chechenia,
en Kashmir, en Irak. Los musulmanes tienen derecho a ejercer represalias
contra Estados Unidos. La sharia (código islámico) dice
que los musulmanes no deben vivir mucho tiempo en país de infieles.
Los ataques del 11 de septiembre no iban dirigidos contra mujeres o niños,
sino que los objetivos verdaderos eran los símbolos del poder militar
y económico de Estados Unidos. El profeta también estaba
en contra de la muerte de mujeres y niños. Cuando veía,
durante una guerra, una mujer que había fallecido, preguntaba por
qué murió. Si un niño tiene más de trece años
y empuña un arma contra un musulmán, entonces está
permitido darle muerte. El pueblo estadounidense debe recordar que paga
impuestos, que elige a su presidente, que su gobierno fabrica armas y
se las regala a Israel para que las utilice en la matanza de palestinos.
El Congreso endosa todas esas medidas gubernamentales. Es decir que todo
el país es responsable de las atrocidades perpetradas contra los
musulmanes. Todo Estados Unidos, porque elige al Congreso. Ruego al pueblo
estadounidense que fuerce a su gobierno a renunciar a su política
antimusulmana. El pueblo estadounidense se levantó contra la guerra
de Vietnam y debe hacer otro tanto hoy. El pueblo estadounidense tiene
que poner fin a las matanzas de musulmanes por su gobierno.
¿Se puede decir que usted está en contra del gobierno
estadounidense y no en contra del pueblo norteamericano?
¡Sí! Llevamos a cabo la misión del profeta Mahoma.
Nuestra misión reside en propagar la palabra de Dios, no en masacrar
a la gente, pero también nosotros somos objeto de asesinatos, de
destrucción y atrocidades. Lo único que hacemos es defendernos.
Esta es una guerra santa defensiva. Queremos defender a nuestro
pueblo y nuestra tierra. Por eso, digo que si no logramos nuestra seguridad,
los estadounidenses tampoco la conseguirán. Es una regla tan simple
que hasta un niño estadounidense puede comprenderla. Es la regla
de vivir y dejar vivir.
El líder del Jamia Al Azhar, en Egipto, emitió una
fatwa (decreto religioso) contra usted, afirmando que las opiniones y
creencias de Osama bin Laden no tienen nada que ver con el islam. ¿Qué
contesta usted?
La fatwa de cualquier responsable musulmán no tiene ningún
valor para mí. La historia está llena de este tipo de ulemas
(clérigos musulmanes)que justifican la venalidad, que justifican
la ocupación de Palestina por los judíos, que justifican
la presencia de tropas estadounidenses a proximidad de lugares santos.
Un verdadero ulema apoya la yihad (guerra santa) contra Estados Unidos.
Dígame ¿qué habríamos hecho si las fuerzas
indias hubiesen invadido Pakistán? Las fuerzas israelíes
ocupan nuestro territorio y las tropas estadounidenses se encuentran en
nuestro territorio. La única opción que tenemos es la yihad.
Medios de comunicación occidentales afirman que usted está
intentando comprar armas químicas y nucleares. ¿Qué
parte de verdad hay en estas informaciones?
Escuché el discurso del presidente estadounidense Bush de
ayer (7 de noviembre). Quiso asustar a los países europeos al afirmar
que Osama tenía la intención de atacarlos con armas de destrucción
masiva. Deseo decir que si Estados Unidos utiliza armas químicas
o nucleares contra nosotros, podríamos entonces responder con armas
nucleares y químicas. Tenemos armas químicas y nucleares
como fuerza disuasiva.
¿Dónde consiguió esas armas?
Pasemos a la pregunta siguiente.
Hay manifestaciones en numerosos países europeos contra los
ataques estadounidenses en Afganistán. Miles de manifestantes no
son musulmanes. ¿Que piensa usted de estos manifestantes no musulmanes?
-Hay mucha gente buena e inocente en Occidente. Los medios de comunicación
estadounidenses los levantan contra los musulmanes. Sin embargo, gente
de corazón protesta contra los ataques norteamericanos porque la
naturaleza humana detesta la injusticia. Los musulmanes fueron masacrados
bajo la égida de la ONU en Bosnia. Sé que algunos responsables
del Departamento de Estado renunciaron para protestar. Hace varios años,
un embajador estadounidense había dimitido en protesta contra la
política del presidente Jimmy Carter. La gente buena y civilizada
existe por todas partes. El lobby judío tomó como rehén
a Estados Unidos y Occidente.
-Según ciertas personas, la guerra no soluciona ningún problema.
¿Usted piensa que se podría encontrar una solución
política para poner fin a la guerra actual?
Tendría que plantear esta pregunta a los que empezaron la
guerra. Nosotros sólo nos defendemos.
Si Estados Unidos abandona Arabia Saudita y se libera a la mezquita
de Al Aqsa (Jerusalén), ¿estaría usted dispuesto
a entregarse para ser juzgado en un país musulmán?
Sólo Afganistán es un país islámico.
Pakistán sigue la ley inglesa. No considero que Arabia Saudita
sea un país islámico. Si Estados Unidos tiene cargos contra
mí, nosotros también tenemos cargos contra Washington.
El gobierno paquistaní decidió colaborar con Estados
Unidos después del 11 de septiembre. Usted lo denunció.
¿Qué tendría que haber hecho Pakistán en lugar
de cooperar con Estados Unidos?
Pakistán tendría que tener en cuenta los deseos de
su población. No tendría que haber aceptado las exigencias
injustificadas de Estados Unidos. Washington no tiene pruebas firmes contra
nosotros. Sólo emitió suposiciones. Es injusto empezar a
bombardear basándose en suposiciones de este tipo.
Si Estados Unidos hubiese decidido atacar a Pakistán con
el apoyo de India e Israel, ¿qué habríamos hecho?
¿Qué logró Estados Unidos atacando Afganistán?
No dejaremos al pueblo paquistaní y al territorio paquistaní
a la merced de cualquiera. Defenderemos Pakistán, pero estamos
decepcionados por la actitud del general Pervez Musharraf (el presidente
paquistaní). Afirma que la mayoría está con él.
Por mi parte, pienso que la mayoría está contra él.
Bush utilizó la palabra cruzada. Se trata de una cruzada lanzada
por Bush. No es prudente derramar la sangre afgana para mejorar la economía
de Pakistán. Será castigado por el pueblo paquistaní
y por Alá. En este momento se está desarrollando en Afganistán
una gran guerra de la historiadel Islam. Todos los poderes están
unidos contra los musulmanes. Es conforme a la religión participar
en la guerra.
Un diario francés afirmó que usted tuvo problemas
renales y que fue atendido en secreto en Dubai el año pasado. ¿Es
cierto?
Mis riñones están bien. No viajé a Dubai el
año pasado. Un periódico británico publicó
una entrevista imaginaria, fechada en Islamabad, de uno de mis hijos que
vive en Arabia Saudita. Todo esto es mentira.
¿Es cierto que una de las hijas del mullah Omar (el líder
supremo de los talibanes) está casada con usted o que una hija
suya es la mujer de Omar?
(Risas.) Todas mis mujeres son árabes (y todas mis hijas
se casaron con mujaidines árabes). Tengo una relación espiritual
con el mullah Omar. Es un musulmán grande y valiente. No teme a
nadie salvo a Alá. No tiene ninguna relación personal u
obligación conmigo. Sólo cumple su deber religioso. Yo también
elegí esta vida sin ninguna consideración personal.
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