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EL PUNTERO RACING EMPATO 4-4 CON CHICAGO EN VELEZ
Un partidazo para guardar

Tuvo de todo: ocho goles, resultado cambiante, juego limpio y vibrante, colorido en las tribunas, canilla libre de emoción. El líder del Apertura arrancó ganando 1-0, el local lo dio vuelta para pasar a ganar 3-1. Pero Racing reaccionó, se puso 4-3 y Chicago lo empató con un golazo de 30 metros a cinco del final, cinco minutos en los que pudo ser para cualquiera de los dos.

Por Ariel Greco

Desde qué óptica analizar las sensaciones que dejó el 4-4 que protagonizaron Chicago-Racing? ¿Quién dejó dos unidades en el camino? ¿Racing, que caía 3-1 a los 20 minutos de segundo tiempo? ¿Chicago, que tenía todo perdido a cinco del final? ¿Alguno de los dos festejó el punto que obtuvo? En un partido increíble, que dejó margen para el lamento y la alegría casi por igual en ambos vestuarios, Racing pasó una nueva prueba de carácter para remontar dos goles de desventaja, pero dejó escapar la victoria sobre el cierre. Para que cada hincha elija la visión, optimista o pesimista, según prefiera. Aunque con la derrota de River en Santa Fe, el conjunto de Reinaldo Merlo sacó un punto más de ventaja y le lleva ocho a su escolta, aunque con un partido más.
Desde la mirada ilusionada del simpatizante de Racing, el empate dejó un sabor algo amargo. Después de una reacción heroica, de haber conseguido lo que parecía imposible, dilapidar la chance del triunfo a cinco minutos del final pareció un pecado imperdonable. Sin embargo, 25 minutos antes, cuando Chicago ganaba cómodo y de contragolpe amenazaba con golear, hubiesen firmado esa igualdad por triplicado, con papel carbónico y todos los sellos necesarios. Es cierto, el líder terminó perdiendo dos puntos. Pero no menos real es que por el trámite consiguió llevarse un puntazo de Liniers. Le faltó consistencia para mantener la victoria, aunque hay que tener en cuenta el gran desgaste que había realizado.
En frío, con capacidad para razonar, los aspectos positivos prevalecen. A pesar de la desventaja, el equipo no se desesperó para intentar dar vuelta el marcador. Con el vértigo de Chatruc, las subidas con pimienta de Vitali y el manejo de Viveros, Racing se las ingenió para crear situaciones de peligro y revertir el 1-3. Supo cambiar a tiempo el esquema de juego y, sobre todo, modificó la actitud entre el primer tiempo y el segundo. Además, el conjunto de Merlo volvió a demostrar su temple para superar la adversidad. Como en La Plata ante Estudiantes y como ante Gimnasia, luego del golpe en La Boca. Así, el vaso debe mirarse con ojos optimistas, en especial a partir del resultado de Santa Fe dos horas más tarde.
Para los de Chicago, el paso de la euforia alocada a la frustración total fue casi inmediata. Por eso, el zapatazo de Serrano les devolvió el alma. Con el punto en casa y el honor a salvo, se quedaron con los ratos en que Kmet se juntó con Cristian Gómez para generar fútbol por izquierda y con los muchos tramos en los que superaron al puntero del campeonato en el desarrollo del juego. Con la presión en la mitad de la cancha, los de Mataderos le quitaron ritmo a Racing, mientras que con la velocidad de los delanteros le generaron muchos sobresaltos a la última línea visitante. Además, otro mérito de Chicago hay que buscarlo por el oportunismo con que golpeó en los momentos clave. Las desatenciones defensivas le costaron la victoria y casi lo deja con las manos vacías, pero el corazón de todos le restituyó el empate merecido. Por eso, el festejo final fue una muestra de que, para Chicago, el vaso igualmente se vio casi lleno.
Para el análisis imparcial también se podrían generar sensaciones ambiguas. Con rigurosidad, se podría afirmar que el partido no fue del todo bien jugado, que abundaron los errores defensivos, que los dos equipos fueron muy ingenuos para sostener resultados favorables y varios otros aspectos negativos. Sin embargo, en la enumeración de pros y contras, el saldo es más que favorable: los cambios en el marcador, la incertidumbre en el resultado final, la valentía que mostraron unos y otros para zafar de circunstancias desfavorables, la hidalguía con que pelearon cada pelota, las ganas de Chatruc, el ida y vuelta con criterio de Kmet, la habilidad de Cristian Gómez, la personalidad del colombiano Viveros, el golazo de Serrano en el final. Aquí también el vaso debe mirarse casi lleno, casi que desbordando. Semejante partidazo se lo merece.

LA SENSACION EN EL VESTUARIO DE RACING
“Perdimos dos puntos”

La sensación que campeaba en los vestuarios tras el vibrante empate era la de que Racing había perdido dos puntos y Chicago había ganado uno. “Da bronca por cómo se dio el partido y por terminar empatando de esta manera, sobre todo porque el gol vino de la salida de un tiro de esquina que no fue tal. Lo teníamos perdido, pero con fuerza y actitud lo revertimos y casi terminamos ganando”, opinó Francisco Maciel en el vestuario visitante. En tanto, en el camarín local, Martín Mandra aseguró: “En un momento teníamos el partido ganado como para rematarlo, después lo tuvimos perdido y al final, con el empate, se puede decir que ganamos un punto”.
El zaguero Claudio Ubeda aseguró que a Racing le empataron “con un gol de otro partido”, aunque reconoció que la igualdad fue el resultado “más justo”, mientras Maximiliano Estévez reiteró su crítica hacia los arbitrajes: “La verdad no sé por qué decían que a Racing lo favorecían los árbitros. Hoy nos sentimos perjudicados porque (Oscar) Sequeira dirigió todo el partido desde muy lejos y por eso seguramente dio un corner que no fue”. Estévez fue amonestado por Sequeira a causa de su repetida costumbre de tirarse en el área fingiendo penal.
El entrenador de Racing, Reinaldo Merlo, manifestó su tranquilidad “porque el equipo en el segundo tiempo tuvo actitud” y valoró los cambios introducidos para “revertir el resultado. Si no era por el golazo de ese chico Serrano, el partido lo terminábamos ganando”, agregó Merlo. El arquero Gustavo Campagnuolo señaló que “en ningún momento” vio la trayectoria del balón. “Sólo la vi adentro. Fue un gol espectacular. De otro partido. Lástima que sirvió para que nos empataran”.
Merlo rescató “la actitud que tuvo el equipo, al dar vuelta un partido que se nos había complicado. Claro que hubiera preferido ganar, pero el empate terminó siendo un resultado justo. Si hubiéramos perdido, también hubiese terminado conforme con la reacción del equipo, después de un primer tiempo en que no había jugado bien”, reconoció.
Mandra agregó que Chicago “jugó contra el campeón, o más bien, contra el que tiene más chances de serlo, un equipo con mucha actitud”.

 

 

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