Por
Claudio Zlotnik
Aunque
se la descontaba, la falta de anuncios económicos en la cumbre
entre Fernando de la Rúa y George W. Bush provocó la desazón
de los financistas, como explicaron a Página/12 tanto en Buenos
Aires como en Wall Street. Si bien en la mayoría de los bancos
locales e internacionales creen que la ausencia de novedades tendrá
hoy poco impacto en los mercados financieros debido a que el propio
gobierno ya había dado el alerta sobre los magros resultados puntuales
que depararía la reunión, lo cierto es que esta realidad
juega en contra de las expectativas económicas. Y, al menos en
los centros financieros, hay cada vez más gente convencida de que
la Argentina todavía no tocó fondo.
La dinámica de la crisis es muy veloz. Hace apenas una semana,
en el Gobierno dejaban entrever cierto optimismo: los bancos habían
aceptado el canje de deuda propuesto por Domingo Cavallo y se creía
que, una vez cerrado el moño con los gobernadores, existirían
chances ciertas de que el Fondo Monetario adelantara fondos frescos para
atender las urgencias. El plan oficial parecía encaminado. Pero
no fue así. La resistencia de los mandatarios del PJ a firmar un
acuerdo con el gobierno nacional minó las posibilidades de que
De la Rúa retornara de Nueva York al menos con el adelantamiento
para este mes de los 1260 millones de dólares que el FMI enviará
en diciembre.
En los principales bancos y en las empresas líderes consideran
que sólo un fuerte gesto de unidad política podría
modificar la sensación de que la economía se encuentra en
caída libre. Y que la variable a monitorear en forma diaria para
evaluar el grado de confianza de la gente son los depósitos. En
las últimas tres semanas las colocaciones bancarias cayeron en
1200 millones. Y prácticamente ya se diluyó el respaldo
otorgado por el FMI a mediados de agosto. Roque Maccarone, presidente
del Banco Central, admitió ayer que existe un límite para
la caída de los depósitos: es el que garantice el
mantenimiento de la regla de Convertibilidad. La Convertibilidad y el
uno a uno se mantendrán a rajatabla. La declaración
de Maccarone da cuenta de la gran preocupación que existe sobre
la salud del sistema financiero en medio de la huida de capitales.
El Gobierno desaprovechó la cumbre con Bush. De la Rúa
llegó a Nueva York con las manos vacías y no se organizaron
encuentros con el Fondo ni con los acreedores de la Argentina (fondos
de pensión y aseguradoras), que son los mismos que liquidan los
bonos y elevan el riesgo país a 2500 puntos, dijo a Página/12
desde Manhattan Arturo Porzecanski, analista jefe del ABN Amro Bank. Y,
lapidario, diagnosticó: la economía argentina se sigue
descomponiendo.
Otros analistas de Wall Street coincidieron. A condición de reservarse
sus nombres, un grupo de financistas aceptó trazar un panorama
con estos destacados:
- Mientras persista el desacuerdo entre el gobierno nacional y los mandatarios
del interior para extender el ajuste será imposible cumplir con
el déficit cero. Y así es imposible pensar en asistencia
financiera para la reestructuración de la deuda.
- Aun cuando se firme el acuerdo, en Wall Street sospechan que el desvío
fiscal de este año ascenderá, cuanto menos, a los 1000 millones.
- En el mejor de los casos, la única forma de dibujar
el déficit cero es seguir postergando pagos a proveedores y pateando
también los aguinaldos de la administración pública.
- En este marco, los acreedores se preguntan: ¿cuánto faltará
para que nos dejen de pagar a nosotros?
- Una economía en crecimiento sería la única manera
de diluir el fantasma del default. No hay ningún indicador que
insinúe esa posibilidad.
- Si persiste la huida de depósitos y de las reservas del Banco
Central se acelerará el desenlace de la crisis.
- A medida que pasa el tiempo, la Argentina se aísla más
y su eventual caída tendría un perjuicio limitado sobre
los demás emergentes.
- En algunos bancos de inversión calculan que si continúa
el actual ritmo de huida de capitales, habrá una definición
antes de fin de año.
- Esa definición contempla tres escenarios: default y devaluación;
default y dolarización; y devaluación justo antes de dolarizar.
- El sistema financiero está debilitado. Y si bien la salida de
depósitos es proporcionalmente menor a la del Tequila, en aquel
momento los bancos no estaban tan expuestos en títulos argentinos.
Internas
y desconfianza
En
su encuentro con financistas argentinos que trabajan en Wall Street,
Daniel Marx dejó muchas dudas sobre el futuro económico.
Durante la reunión, el viceministro se limitó a pedirles
paciencia a los banqueros y aseguró que la Argentina todavía
no dispone de dinero para enfrentar la reestructuración de
la deuda a nivel internacional. Terminada la reunión, la sensación
que quedó entre los invitados fue que Marx tiene muy poco poder
de decisión en el equipo económico. Y trascendió
que fue el propio Fernando de la Rúa quien hace unos días
le pidió que no se fuera del Gobierno. Lo cierto es que los
cortocircuitos entre Domingo Cavallo y su equipo incluyen a Guillermo
Mondino y a Federico Sturzenegger. Cabe recordar que Julio Dreizzen
se fue a su casa tras la contratación de Jacob Frenkel como
asesor financiero. Cavallo también genera resistencias en Wall
Street, donde años atrás era el niño mimado:
los financistas no le perdonan medidas como la ampliación de
la Convertibilidad. |
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