Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


El INDEC dice tener el censo bajo control sin acudir a desempleados

Tras la decisión política que parece irreversible, el destino del Censo Nacional de Población quedó en manos de las autoridades de cada distrito, cuya misión es garantizar, contra reloj, el reemplazo de los docentes que no participarán del relevamiento. Según las autoridades del INDEC, la situación en los distritos más comprometidos –Capital Federal, Río Negro y Tierra el Fuego– estaría controlada, pues se logró una buena respuesta de los empleados públicos y estudiantes universitarios. Las autoridades porteñas y bonaerenses coincidieron en que no se convocará a los centenares de desocupados que se presentaron como voluntarios para realizar del censo.
En la Ciudad de Buenos Aires, los empleados públicos dependientes del gobierno porteño tienen tiempo hasta hoy para responder a la convocatoria. “Los requisitos que se exigen es que sean personal de planta y que tengan estudios secundarios completos”, explicó a este diario el director de Estadística y Censos, Martín Moreno. La convocatoria se extendió a la Universidad de Buenos Aires, en particular, a las facultades de Ciencias Sociales, Filosofía y Letras y Ciencias Económicas.
Por su alto nivel de sindicalización, la Ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos más afectados por el rechazo de los maestros. Para cumplir con el censo, estaba prevista la participación de 36.000 censistas, en su gran mayoría docentes. También intervendrán empleados de la Secretaría de Promoción Social y la Comisión Municipal de la Vivienda, quienes van a censar las villas de emergencia y las casas tomadas.
Con la convocatoria a empleados públicos, las autoridades buscan reproducir la estructura jerárquica de los docentes: el jefe de una dependencia cumplirá la función de centralizar la información, asignada a los directores de escuela. Los voluntarios fueron descartados por una cuestión de seguridad. “No podemos abrirle la puerta de 40 hogares a una persona que no conocemos y no tenemos bajo control”, dijo Moreno a Página/12.
En Tierra del Fuego se logró suplir la deserción masiva de docentes con empleados públicos, pero faltaban instructores. En Río Negro, en tanto, había problemas en General Roca y Viedma, pero la situación era “controlable”, según la directora de Recursos Humanos del INDEC, Ana Edwin.
Aunque no figura oficialmente entre los distritos problemáticos, la provincia de Buenos aires es, por extensión y cantidad de población, un lugar crítico. Requiere de 150.000 censistas, de los cuales el 96 por ciento son maestros. Según la directora de Estadística Social, Miriam Grozonic, el nivel de deserción oscila entre el 5 y el 10 por ciento. Para cubrir ese vacío, adelantó, fue convocado personal de los distintos municipios y, además, empleados de reparticiones nacionales como el Banco Nación, el INTA y la Anses, entre otros. También se convocó a docentes y estudiantes de universidades, como la de Mar del Plata, Tres de Febrero y Morón. “También estamos convocando a docentes jubilados y a otros que aún no ingresaron a la actividad y están en lista de espera”, añadió la funcionaria.
“Recursos humanos no faltan, lo que no es fácil es capacitarlos bien en tan poco tiempo”, admitió Grozonic, poco acostumbrada a preparar censistas en 48 horas. La funcionaria sostiene que hubiera sido imposible postergar el censo porque “a fines de noviembre los docentes tienen las tareas propias del fin del ciclo lectivo, a partir de diciembre el calor es muy intenso, y en marzo habría que preparar a todos los censistas de vuelta”.
Los trabajadores del INDEC nucleados en ATE advirtieron, en cambio, que con la realización del censo en estas condiciones “se pone en serio riesgo la probidad de los datos a obtener”. “La decisión del Gobierno parece más un intento de derrotar la lucha docente a costa de desdibujar y rebajar la calidad del operativo censal”, concluyeron.

 

PRINCIPAL