Por
Sarah Boseley *
Desde Londres
Una
de las principales tabacaleras del mundo apuesta a ganar millones de dólares
con las enfermedades producidas por el cigarrillo, a través de
acuerdos con compañías biotecnológicas para tener
los derechos exclusivos sobre vacunas para el cáncer de pulmón.
La estrategia de Japan Tobacco, que produce Camel, Winston, Mild Seven
y los mentolados Salem, fue considerada por organizaciones antitabaco
como cínica y peligrosa.
Si una exitosa vacuna contra el cáncer de pulmón saliera
al mercado, no impediría que los fumadores murieran de otras enfermedades
relacionadas con el tabaco, como afecciones cardíacas y enfisemas.
Pero es probable que la llegada de una vacuna, promocionada por una compañía
tabacalera, aliente el consumo.
Darle a una tabacalera derechos exclusivos de vacunas para el cáncer
de pulmón es como poner a Drácula a cargo de un banco de
sangre, dijo Helen Wallace, vicedirectora de GeneWatch, la organización
que dio a conocer el acuerdo.
Wallace está preocupada porque una de las compañías
biotecnológicas, Corixa Corp, basada en Seattle, ha centrado su
trabajo en el patentamiento de secuencias de genes de tumores de pulmón,
que podrían venir de un fumador que no sabía de las perspectivas
comerciales que sus genes ofrecían.
Derek Yach, director del centro de enfermedades no comunicables de la
Organización Mundial de la Salud, dijo: Nosotros abordamos
el cáncer de pulmón intentando quebrar el vínculo
adictivo: ayudamos a la gente a dejar de fumar o no empezar nunca. La
última compañía que debería controlar los
derechos de una vacuna para el cáncer de pulmón es una que
obtenga importantes ganancias de productos que provocan la enfermedad.
Japan Tobacco, la tercera mayor tabacalera en el mundo, le pagó
a Corixa por una licencia exclusiva para desarrollar y vender vacunas
y productos basados en anticuerpos dirigidos a la prevención y/o
tratamiento del cáncer de pulmón, básicamente en
Estados Unidos y Japón. La idea detrás de esto es usar ciertas
proteínas encontradas en tumores del cáncer de pulmón
para generar una respuesta inmune en el paciente. Hasta ahora, Japan Tobacco
le ha pagado varios millones de dólares a Corixa.
El otro contrato, con la empresa Cell Genesys, basada en California, fue
firmado a fines de 1998 cuando Japan Tobacco le pagó 12,5 millones
y se comprometió a proveer unos 27 millones más para las
investigaciones. A cambio, Japan Tobacco recibe los derechos de comercialización.
El gigante del tabaco también invirtió hace tres años
en la compañía British Biotech, que está desarrollando
una proteína genéticamente manipulada que pueda disolver
y evitar coágulos a fin de prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares.
Los funcionarios de salud pública y los encargados de las campañas
antitabaco dicen que la mejor forma de prevenir las muertes por el cigarrillo
es impedir la publicidad y promoción del cigarrillo.
Lo que tenemos es una compañía que quiere bloquear
lo que prevendría las enfermedades en primer lugar y luego obtener
beneficios de los males que han generado sus productos, dijo Clive
Bates, de Action on Smoking and Lung Cancer. El cáncer de pulmón
es unas de las 50 enfermedades producidas por el cigarrillo, señaló,
y una vacuna efectiva no prevendría muertes por otras causas. También
tendría inevitablemente un precio demasiado alto para los países
pobres.
GeneWatch dice que las patentes sobre secuencias de genes de tumores cancerosos
de pulmón pueden impedir el progreso hacia la vacuna, ya que impiden
que otros investiguen. Tanto Corixa como Cell Genesys defienden fuertemente
sus contratos con Japan Tobacco, argumentado que es un acuerdo con la
rama farmacéutica de la empresa (que representa menos del 2 porciento
de las ventas de la tabacalera) y que su principal objetivo es salvar
vidas.
Jennifer Williams, de Cell Genesys, dijo que el acuerdo fue hecho en 1998,
cuando la compañía no estaba tan bien financiada como
ahora. Tuvo sentido para nosotros hacerlo.
Roy Tsuji, gerente general de la división medios de Japan Tobacco,
dijo que la compañía se estaba diversificando por las limitadas
perspectivas de crecimiento en el sector del tabaco. La gran mayoría
de la gente apoya los esfuerzos que ayuden a encontrar drogas para diversas
enfermedades, comentó.
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De The Guardian. Especial para Página/12.
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