Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


CANJE CON LAS PROVINCIAS Y AVALES LOCALES PARA EL EXTERNO
“Vamos a ofrecer nuestras garantías”

Al no conseguir avales de los organismos internacionales para el canje externo, Cavallo continúa la marcha del
trueque de bonos colocando de
garantía la recaudación, respaldo que no entusiasma a los inversores extranjeros.

Las manos de Domingo Cavallo buscan atraer a las provincias para que se sumen al canje de deuda.

Después del traspié que sufrió en Estados Unidos, de donde volvió con las manos vacías y políticamente debilitado, Domingo Cavallo necesitaba dar cuanto antes algo que se asemejara a una buena noticia. Sin mucho en el repertorio eligió anunciar los términos del canje de deuda provincial que, de acuerdo a sus cálculos, les permitirá ahorrar a los distritos del interior unos 1000 millones de pesos en intereses el próximo año, y una cifra igual o mayor entre 2002 y 2004 por la postergación de tres años en los vencimientos de capital. Esto, por supuesto, siempre y cuando los bancos acepten las condiciones de la operación, requisito que en Economía aseguran tener cubierto. En cambio, Cavallo tuvo que admitir que carece de apoyo financiero internacional para sostener el canje de deuda con los acreedores del exterior. Pero sostuvo que de todos modos seguirá adelante, “ofreciendo nuestras propias garantías”.
El jefe de Hacienda se presentó ayer en conferencia de prensa en cuanto tuvo la confirmación de que cuatro gobernadores peronistas, de las provincias de Formosa, Jujuy, Tucumán y La Rioja, aceptaron sumarse al Pacto Fiscal que propuso la Nación (ver página 7). Por más que hasta esa hora seguía muy trabada la negociación con los distritos grandes, Cavallo apuró el anuncio del canje de deuda que el Gobierno gestionó ante los bancos locales en favor de las provincias. Dijo que los distritos administrados por la Alianza, más Neuquén, más las cuatro provincias peronistas mencionadas accederán al siguiente plan de refinanciación:
Las provincias canjearán sus préstamos tomados con la banca local a tasas de interés mayores al 7 por ciento, por uno o más préstamos garantizados con la recaudación impositiva.
La tasa de interés de los nuevos préstamos puede ser fija o variable. En el primer caso, será del 7 por ciento. Y en el segundo, de Libo más 3 por ciento. “Por supuesto, si las tasas de interés de los títulos originales son inferiores al 7 por ciento, entonces la tasa del préstamo nuevo tiene un descuento del 30 por ciento”, aclaró Cavallo.
Los vencimientos de capital de los nuevos préstamos serán prolongados tres años más que los previstos en los títulos o préstamos entregados, para los casos en que vencían antes del 31 de diciembre de 2010.
Cavallo invitó a las provincias que aún no firmaron el acuerdo con la Nación a hacerlo cuanto antes, para poder acceder a los beneficios de la reestructuración de la deuda. Y recordó que varias provincias pagan tasas de hasta el 40 por ciento anual, por lo que las nuevas condiciones significan una mejora sustancial en sus cuentas. Economía espera concluir el canje local, contando unos 24 mil millones de deuda de la Nación con bancos, AFJP, compañías de seguros, fondos comunes de inversión y pequeños ahorristas, y unos 16.500 millones de deudas provinciales, antes de que finalice el mes.
Hasta ahí llegó el entusiasmo de Cavallo. Cuando se le pidieron precisiones sobre la reestructuración de la deuda internacional, no pudo presentar ningún apoyo concreto de los organismos internacionales o del Tesoro de Estados Unidos. Su viaje a Nueva York con De la Rúa no aportó nada en ese sentido. Pero el ministro insistió en que el Gobierno avanzará con el canje “a escala mundial”, cuya ejecución demandará “dos o tres meses”. Y dijo que “vamos a ofrecer nuestras propias garantías”, es decir, la recaudación impositiva.
En Wall Street desconfían de esa garantía. En primer lugar, porque ya se ofreció a los tenedores de deuda locales para el primer canje. En segundo término, porque la recesión está hundiendo los ingresos fiscales. Y finalmente, porque el Estado recauda en pesos y debe pagar deudas en dólares. La opinión generalizada de brokers y economistas es que si el Gobierno limita su propuesta de canje internacional a la garantía de la recaudación sufrirá un duro revés.
Para tener alguna chance de aceptación, se sostiene que la Argentina debería ofrecer a los inversores extranjeros algún incentivo que realmente los seduzca. Hasta ahora se hablaba del aporte del FMI, el Banco Mundial,el BID y, eventualmente, el Tesoro de Estados Unidos y la Comunidad Europea, para conformar un gran fondo de respaldo a la operación. Ante la falta de ese respaldo, Cavallo afirmó que “los que creen que estamos en default son los que más se van a apurar a participar en el canje”.
El próximo paso que dará el Gobierno es la contratación de bancos de inversión como asesores financieros para coordinar la operación. “A lo mejor esos asesores pueden transformar las garantías impositivas en otras más fáciles de valorar por los tenedores de bonos, pero eso es ingeniería financiera”, concluyó Cavallo, quien es consciente de las dificultades que presenta la aventura que emprendió, pero sabe que ya no puede volver atrás.

 

“El canje no es suficiente”

El premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz sostuvo ayer en Montevideo que la reestructuración de la deuda pública argentina es un paso “hacia la dirección correcta”. “El enfoque de reestructurar la deuda es un movimiento importante”, estimó. “La reestructuración de la deuda argentina debe ser profunda y abarcativa”, añadió Stiglitz durante una conferencia de prensa en la sede del Banco Central Uruguayo. Sin embargo, Stiglitz afirmó que los recursos que generará esta iniciativa “no serán suficientes” para restaurar el crecimiento del país en un marco económico global de desaceleración. “Un programa exitoso debe sin duda proponer más acciones”, concluyó el ex economista del Banco Mundial.

 

“No logran la devaluación”

Además de anunciar el canje de deuda provincial, Domingo Cavallo entregó varias definiciones sobre la situación económica y política.
Ataque especulativo:
“Nosotros tenemos un régimen monetario muy fuerte, que es a prueba de cualquier ataque contra el peso, como ha quedado demostrado. Y que ha sido muy negativo para los que han venido atacando contra nuestra moneda, porque no logran la devaluación”.
Presión del FMI:
“El Gobierno recibió la información de los organismos internacionales de que la Nación y las provincias no obtendríamos los desembolsos pendientes a menos que demostremos la voluntad conjunta de controlar el gasto y cumplir con el déficit cero”.
Coparticipación del impuesto al cheque:
“El Senado no lo aprobará, porque sería contradictorio con la voluntad de los gobernadores. El impuesto al cheque se utilizará como garantía del canje de deuda que beneficia a la Nación y a las provincias”.
Renuncia de Patricia Bullrich:
“Ha hecho una gran tarea tanto como ministra de Trabajo como durante los pocos días que fue ministra de Seguridad Social. La idea de una política social universal que anunció el Presidente fue de ella, y esa idea queda. Está plasmada en el presupuesto nacional”.
Versiones sobre su renuncia:
“Nunca hablo de esos rumores, porque no tiene sentido. Son cosas que alguna gente inventa y lanza. Pero mi forma de actuar y mi presencia aquí los desmienten”.

 

COMO VE UN ECONOMISTA INDIO A LA ARGENTINA
La culpa de los capitales libres

“Ahora la impresión es que crecen las chances de una salida desordenada (en la Argentina)”, afirmó Sanjit Maitra, economista indio, el principal analista global del WestLB Banco Europeo. Cuando dos periodistas del diario brasileño Valor Económico, que publicó ayer una extensa entrevista con este experto aprovechando su presencia en San Pablo, le preguntan qué entiende por “salida desordenada”, Maitra responde: “Una que incluya controles de capital extremadamente draconianos... Probablemente no les quede otra alternativa, dada la necesidad de lidiar con los problemas vinculados a la convertibilidad y los balances de las empresas. ¿Sería la mejor solución? Quizá, si hubiese una corrida bancaria.”
Para Maitra, “todos los países emergentes que abrieron su cuenta capital (es decir, que permitieron la libre entrada y salida de capitales, como hizo la Argentina en los últimos diez años) tal cual recomendaba el Fondo Monetario, acabaron sufriendo, y siguen haciéndolo. En cambio, las Chinas, Indias y Brasiles de este mundo, al final de cuentas no padecieron de ese modo... Ningún país puede depender sólo de los extranjeros, como han hecho Indonesia, la Argentina y Turquía. Estos pusieron los bueyes delante de la carreta”.
“Hay mucha especulación –comenta Maitra– sobre una congelación de depósitos y cosas por el estilo. Las condiciones de ajuste pueden ser extremas e incluir controles de capital... El FMI está llamativamente silencioso. Más allá de lo visible parecen estar preparándose grandes cosas. Hace un mes –recuerda– la percepción del mercado era que habría una cesación de pagos, pero con una reestructuración ordenada de la deuda. Ahora la visión es que algo pasará, y que tiene más chances de ocurrir una salida desordenada.”
Este especialista considera que la situación se deterioró a partir de julio, precisamente cuando Domingo Cavallo adoptó como eje de su estrategia el déficit cero. “El endeudamiento en relación al Producto Bruto no es tan terrible –admite–. Aún está por debajo del 60 por ciento. ¡Pero está en dólares!... El tamaño del ajuste necesario en la Argentina no es tan grande, pero, infelizmente, cuando se habla de problemas se está hablando de dólares.” En cuanto a la nueva operación de canje planteada por Cavallo, Maitra se lamenta de “la mucha falta de información: en vez de respuestas sólo obtenemos postergaciones”.

 


 

En su tercer viaje consecutivo al
Norte, Cavallo se verá con O’Neill

Domingo Cavallo se reunirá entre el viernes y el domingo próximo con el secretario del Tesoro norteamericano, Paul O’Neill, en un aparte de la asamblea anual conjunta del Fondo Monetario y el Banco Mundial, que se realizará por esos días en Otawa, Canadá. Ahí, el ministro tendrá la oportunidad de reivindicarse de sus dos últimos viajes, en apenas tres semanas, a Estados Unidos, de donde volvió con las manos vacías. Ayer, un vocero del Tesoro volvió a respaldar el plan de reprogramación de la deuda con una declaración cautelosa: la propuesta del gobierno “es muy prometedora, y estaremos observando su desarrollo y trabajando con el FMI”, afirmó. Sin embargo, dejó en claro que el Tesoro no intercederá para que el Fondo Monetario acelere el desembolso de 1200 millones previsto para diciembre y, por supuesto, no habló de préstamos adicionales para el país.
El jueves próximo, el viceministro Daniel Marx explicará los detalles del tramo doméstico del canje de deuda. Al día siguiente, habiendo anudado al menos esa parte de la operación, Marx, Cavallo y el presidente del Banco Central, Roque Maccarone, partirán rumbo a Otawa, donde participarán de la reunión del FMI y el Banco Mundial. Asimismo, asistirán a reuniones del Grupo de los 20 (G-20), conformado por los ministros de Economía de los países más desarrollados, nucleados en el llamado G-7, más los representantes de otras naciones que, como Argentina, desde principios de los noventa, son incluidas en la categoría de países, o mercados, “emergentes”. Según adelantaron ayer en Economía, el canje de deuda no será tan grande como se esperaba en el segmento local –sería inferior a los 30.000 millones de dólares– y la idea sería plantear “una segunda fase mucho más ostentosa”.
En realidad, esta segunda fase será la más difícil de instrumentar, porque el Gobierno no consiguió nuevos fondos frescos de los organismos internacionales que hubieran funcionado como garantía de los nuevos bonos, dando la seguridad a los inversores internacionales de que con estos títulos sí, no habrá problemas para cobrar en el futuro. De hecho, el propio Cavallo admitió que no habrá garantía de los organismos internacionales para el canje sino “garantías propias”.
En este contexto, cualquier señal desde Washington es recibida por los funcionarios de Economía como maná caído del cielo. Porque, por ahora, es lo único que pueden utilizar para saciar la voracidad por definiciones de los acreedores extranjeros, que ayer elevaron el riesgo país hasta un nuevo record: 2542 puntos.
Una de esas señales llegó ayer, cuando se anunció desde Washington que O’Neill y Cavallo se reunirán en los próximos días. El secretario del Tesoro norteamericano nunca se encontró personalmente con el ministro argentino, pero hablaron telefónicamente en varias oportunidades. Claro que la agenda de O’Neill no será ocupada sólo por Cavallo sino que el funcionario norteamericano piensa entrevistarse con una larga cola de ministros de otros países, en los que se destacan Brasil, India y Sudáfrica, entre otros.
Otra señal, tomada con entusiasmo en el Palacio de Hacienda, fueron las declaraciones de un vocero del Tesoro, que elogió el plan económico de la administración De la Rúa, aunque sin desviarse ni un milímetro del discurso cauteloso al que viene apelando Washington cada vez que se refiere a la situación económica argentina.
“Las propuestas que trajeron (los funcionarios argentinos) fueron pensadas seriamente. Son buenas propuestas y las están pensando en la buena dirección”, afirmó el vocero.
Sin embargo, consultado por periodistas en Washington, evitó responder si el Fondo Monetario adelantará el desembolso de 1200 millones de dólares previsto para diciembre o si pondrá a disposición inmediata del Gobierno los 3000 millones comprometidos para respaldar una operación de reestructuración de la deuda, que en el acuerdo firmado en agosto tenía fecha de desembolso para marzo.
“Argentina tiene un programa con el FMI, y han tenido desembolsos de ese programa. Entonces, hay que ver cómo cumplen con las metas (fiscales) y cómo actúan para tener un programa sustentable”, aseguró la fuente.
En síntesis, Washington ratifica que la ventanilla por la que recibirá préstamos Argentina seguirá siendo la del FMI y no la del Tesoro. En segundo lugar, que no habrá nuevos préstamos. Y finalmente, que los créditos acordados se destrabarán una vez que el Gobierno dé muestras claras de que está cumpliendo a rajatabla el déficit cero, tal como exigen los técnicos del Fondo Monetario.

 


 

TASA DE 10% ADICIONAL EN EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS
Economía quiere mil millones más

Desde las filas de la ortodoxia recordarán el fallido, por las expectativas negativas generadas, de José Luis Machinea. Desde el PJ, simplemente manifestaron su rechazo, sabiendo que resulta simpático oponerse a que la gente pague más impuestos, aunque sean de posición acomodada. Desde las filas cavallistas harán lo que estuvieron haciendo desde que desembarcaron nuevamente en Economía: apoyarán lo que antes rechazaban. Esas reacciones estuvieron ayer cuando se presentó el proyecto de diputados de la Alianza en la Comisión de Presupuesto y Hacienda para crear un “impuesto de emergencia a las ganancias” para las empresas que contabilizaron utilidades por más de 5 millones de pesos anuales y para personas con ganancias netas imponibles iguales o superiores a 1 millón de pesos.
Los principales legisladores de la Alianza que queda, Horacio Pernasetti (UCR) y Darío Alessandro (Frepaso inercial), lograron la aprobación de un dictamen de un proyecto que crea un “impuesto de emergencia a las ganancias” para las empresas que ganaron más de cinco millones de pesos anuales. Para sumar algunas firmas más de la oposición se postergó la difusión del dictamen hasta hoy. El justicialismo estuvo dividido y, mientras la mayoría se mostró en contra del proyecto, la santacruceña Cristina Fernández de Kirchner adelantó su apoyo, al igual que José Vitar (Frepaso apóstata). El secretario de Ingresos Públicos, José María Farré, presente en el debate, afirmó que “es un impuesto que puede ayudar a conseguir el déficit cero”. Farré precisó, además, que existen 280 grandes empresas en condiciones de ser alcanzadas por el aumento de ganancias, lo cual permitiría sumar mil millones de pesos a la recaudación, y 250 personas, que reportarían 56 millones de pesos más. En el bloque oficialista dejaron trascender que, en realidad, la iniciativa fue motorizada por Economía. El objetivo: conseguir desesperadamente recursos ante el derrumbe de la recaudación. La iniciativa de Machinea con Altas Rentas fue duramente criticada en su momento, lo que obligó a ese equipo económico a no extender ese tributo para el 2001. Ese único sesgo progresista en la estructura tributaria quedó así anulado, que ahora por necesidad más que por convencimiento impulsa el actual equipo económico. Las características del proyecto son:
Se crea “Impuesto de Emergencia a las Ganancias” por única vez.
Serán sujetos alcanzados por el gravamen las personas que en los períodos fiscales 1999, 2000 o 2001 hubieran obtenido ganancias netas imponibles iguales o superiores a un millón de pesos.
También alcanzarán a las empresas que hubieran obtenido ganancias netas imponibles iguales o superiores a cinco millones.
La tasa del impuesto será del 10 por ciento.
El Ejecutivo podrá prorrogar por un año la aplicación de ese impuesto.

 

PRINCIPAL