Por Claudio Zlotnik
El riesgo país orilló
los 2700 puntos y finalmente cerró en el record de 2665. Los títulos
públicos registraron caídas del 4,7 por ciento en promedio,
mientras que las acciones retrocedieron el 1,2. Fue otra jornada financiera
caótica, en medio de versiones sobre una inminente devaluación
o de una cesación de pagos. En este clima, la tasa de interés
interbancaria en pesos saltó al 45 por ciento anual. A pesar de
las turbulencias, en el Palacio de Hacienda son optimistas. Cerca de Domingo
Cavallo tienen la esperanza de que Paul ONeill, secretario del Tesoro
estadounidense, interceda para que el FMI adelante los 1260 millones de
dólares que debería enviar a fines del mes que viene.
Anoche, un alto funcionario de Economía dijo a Página/12
que habrá novedades tras el encuentro que mañana
mantendrán Cavallo con ONeill. De la Rúa dejó
una buena impresión en su reunión con Bush, y notamos cierta
receptividad de Washington. Tenemos muchas expectativas, añadió
la fuente. El clima en el Palacio de Hacienda contrastó con el
nerviosismo que durante todo el día primó en los mercados.
No obstante, los funcionarios se resistían a cantar victoria, después
del traspié del jefe de Estado anunciando públicamente que
le pediría un adelanto de dólares del FMI a su colega Bush,
reclamo que fue mal recepcionado tanto en la Casa Blanca como en el Fondo.
Y el Presidente se volvió de Estados Unidos con las manos vacías.
Ahora, Cavallo va por la revancha.
El ministro necesita de fondos frescos con urgencia. Si bien hasta ahora
pudo cumplir con los vencimientos de la deuda, lo hace a costa de perder
reservas del Banco Central. Ocurrió con el pago de 750 millones
de dólares que vencieron de una Letra del Tesoro. Para cumplir,
ese dinero fue entregado por el Banco Central al Banco Nación,
a través de un pase. Una vez que los acreedores cobraron la deuda,
la mayoría optó por sacar las divisas del país generando
un bache de 500 millones en las reservas del Central, que cayeron de 17.583
a 17.055 millones el último lunes. Los restantes 250 millones retornaron
al sistema financiero en cuentas a la vista (cajas de ahorro y cuentas
corrientes).
En lo que resta de noviembre, Economía debe pagar vencimientos
por 974 millones de dólares (613 millones de capital y 361 millones
de intereses). Y si bien en la city creen que Cavallo podrá cumplir
sin inconvenientes, los financistas también sospechan que la captación
de recursos del Banco Central no tiene margen para repetirse. Es decir,
ese manotazo a las reservas llevaría indefectiblemente al default
y a la quiebra de la convertibilidad. Y ésta fue una de las causas
por la cual ayer se desplomó el mercado de bonos: el Global 2008
cayó 4,6 por ciento (38,2 dólares) y el también flamante
Global 2018 perdió 12 por ciento (31,9 dólares).
En este marco, Cavallo precisa que el Fondo Monetario le adelante aquellos
1260 millones, pendientes del blindaje. De esa manera, podría seguir
pagando la deuda sin afectar las reservas del Central. No obstante, la
cuestión de fondo queda aún pendiente: los 3000 millones
que prometió el FMI para garantizar la emisión de nueva
deuda a tasas más bajas.
Antes de girar ese dinero, el Fondo quiere que la Argentina cumpla con
el déficit cero. Pero los inversores creen que este objetivo será
imposible de alcanzar a menos que la Argentina encare un canje de la deuda
global. Sin las garantías internacionales, el éxito de la
reestructuración permanece en las sombras.
El convencimiento de ciertos financistas de que la Argentina va camino
a una colisión alteró a ejecutivos de empresas. Según
pudo saber este diario, los directorios de dos empresas líderes
de origen europeo se reunieron ayer para evaluar que existe una
posibilidad de devaluación del 70 por ciento en las próximas
semanas. Y ordenaron suspender pagos a proveedores. El temor a un
desenlace traumático también preocupa a ahorristas. El lunes
pasado, los plazos fijos de empresas y particulares cayeron en 206 millones.
En lo que va del mes, los depósitos totales bajaron en 1300 millones
a pesar de que los bancos intentan retener a los clientes ofreciendo tasas
astronómicas: del 32 por ciento para las colocaciones en pesos
a 30 días, y del 37 por ciento para las que superen los dos meses
de plazo.
Otra vez amenaza S&P
La calificadora Standard & Poors volvió a dar
la nota ayer, en el mismo momento en que el Gobierno definía
el acuerdo con las principales provincias. La agencia advirtió
que pondrá en incumplimiento selectivo a los
bonos y créditos de las provincias que participen de una
anunciada reestructuración de deuda, aunque la medida sólo
tendría validez durante la operación. Sebastián
Briozzo, director asociado de la calificadora, aseguró que
en el período entre que se anuncia el canje y que se
termina de ejecutar, la calificación de la provincia sería
selective default (incumplimiento selectivo). Domingo Cavallo
había anunciado que todas las provincias que firmen un pacto
fiscal con el Gobierno aceptando recibir menos fondos de lo que
les corresponde recibirán ayuda del gobierno nacional para
refinanciar sus deudas a tasas menores a las que pagan actualmente
(ver páginas 2 y 3). El analista aclaró que las deudas
provinciales que no entren en la operación de canje no sufrirán
recortes en sus notas.
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Indicador maldito
El canje de deuda modificará el indicador que vuelve loco
al Gobierno: el índice de riesgo país del JP Morgan.
El banco de inversión informó que podría recortar
en 5,8 por ciento la ponderación de los bonos argentinos
en su Indice Plus de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI+) después
del canje de deuda local. La deuda argentina actualmente representa
un 14,4 por ciento del índice EMBI+. JP Morgan aseguró,
además, que piensa que las instituciones locales realizarán
un canje por el 100 por ciento de sus bonos, incluyendo unos 24.000
millones en papeles que forman parte del grupo de índices
EMBI+. La ponderación de Brasil aumentaría en un 1,4
por ciento, la de México en 1,3 y la de Rusia en 1 por ciento.
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FERNANDO
HENRIQUE CARDOSO SE DIFERENCIA DE SU SOCIO EN DESGRACIA
Brasil se despegó de la Argentina
Por
Claudio Scaletta
El presidente de
Brasil, Fernando Henrique Cardoso, aseguró que su país ya
se despegó de la crisis argentina, lo que le permitiría
cerrar el 2001 con un crecimiento económico del 3 por ciento. Sin
embargo, no son pocas las señales que, a pesar de los datos alentadores
de su macroeconomía, hacen temer todavía el efecto
contagio del virus argentino.
Nosotros no nos despegamos porque no nos guste ese país (Argentina),
sino porque tenemos condiciones para que nuestra economía no dependa
de la economía de un tercer país, explicó Cardoso.
Entre los fundamentos de esta afirmación se cuenta el hecho de
que Brasil tiene una baja relación exportaciones-PIB. Además,
mientras Brasil es el destino de un tercio de las exportaciones argentinas,
para Brasil, Argentina representa apenas el 10 por ciento de sus ventas
al exterior. En términos de la economía real esto significa
que, si Argentina desapareciese, Brasil solo debería reorientar
un porcentaje minoritario de sus exportaciones. Los economistas brasileños
que razonan en esta línea son quienes reseñan la recuperación
de los fundamentals como indicador de que el peligro de contagio
desapareció. Estos datos, algunos de ellos recogidos por un artículo
del londinense Financial Times, indican que:
En los últimos 30 días
el mercado de acciones subió un 20 por ciento, mientras que los
bonos más negociados lo hicieron un 15 por ciento.
Además, en el mismo
período, el real se revaluó un 11 por ciento hasta 2,53
reales por dólar. Diversos analistas establecieron un piso
de revaluación óptimo en 2,40. A partir de este punto podrían
reaparecer dificultades de balanza comercial.
Puesto que la mayor parte de
la deuda pública de alrededor de 400 mil millones de dólares
está nominada en moneda local, la revaluación del real mejoró
la relación deuda-PIB. El producto de Brasil oscila en torno a
los 800 mil millones de dólares.
El ingreso previsto de dólares
permitirá financiar el balance de pagos. Aunque la inversión
extranjera directa se redujo, no se detuvo: para el 2001 se esperaban
30 mil millones y terminarán entrando 19 mil. Además, la
depreciación del real restringió importaciones y aumentó
exportaciones, por lo que habrá superávit comercial. Algunos
datos complementarios van en el mismo sentido. Se espera que el tipo de
cambio favorable revierta la balanza turística, la que pasará
de un déficit de 1000 millones a un superávit de 500. El
aumento de la producción de petróleo que se aproxima cada
vez más al autoabastecimiento y la reducción del precio
del crudo reducirán la salida de divisas por este concepto.
Aunque hay dudas respecto al
2002, Brasil cumplió con las metas de inflación acordadas
con el FMI para este año. La misma se había establecido
en 6 por ciento, con un desvío del 2. Se espera que el 2001 termine
en 7 por ciento.
A los datos de la macro se
suman las expectativas. Los analistas financieros destacan la disminución
del riesgo político. Tal el eufemismo para describir el corrimiento
al centro del candidato presidencial del Partido de los Trabajadores,
Luiz Inácio Lula Da Silva, quien, no obstante, todavía
es según el Financial Times un candidato que podría
inclinarse por una disciplina fiscal más laxa.
La suma de estos datos le permitieron a Henrique Cardoso afirmar lo que
los brasileños más desean que el mundo escuche: que su economía
se está despegando de la crisis argentina y que, en un contexto
de recesión mundial, todavía tienen resto para crecer. Sucede
que históricamente los indicadores de ambas naciones fueron parecidos
y a los analistas financieros internacionales les pasa algo parecido a
lo que algunos habitantes del hemisferio norte con la geografía
de los países del sur: La región es una sola. Aunque los
datos de la economía real muestren que una crisis argentina sea
para Brasil apenas un shock externo, seguramente no sucederá lo
mismo con la percepción de los inversores. Y aunque el riesgo país
de Brasil bajó en las últimas semanas 200 puntos para situarse
en torno de los 1100 puntos un valor lejano de los siderales 2700
de Argentina, todavía es imposible para la viabilidad económica
de largo plazo. Es claro que Brasil pasó de 700 a 1300, sobre todo,
por el atascamiento de su vecino. La reciente baja parece responder más
al fin de la crisis energética y a la lenta dilución del
efecto 11 de septiembre.
Pronósticos
de Broda
Miguel Angel Broda afirmó en Río de Janeiro que
la Argentina recién volverá a crecer a buen ritmo
a partir del 2004 entre otros motivos, porque habrá
cambio de gobierno, lo que debe mejorar las expectativas.
El consultor de la City no aclaró si ese pronóstico
sigue siendo válido en caso de un adelantamiento de las elecciones,
escenario que Broda prefirió omitir directamente refiriéndose
a cuándo estima que la economía volverá a crecer.
El escenario más probable es que la Argentina pare
de caer en los próximos 30 o 60 días, haga una reestructuración
de la deuda externa en dos o tres meses y ahí pueda comenzar
a crecer nuevamente en el segundo trimestre del año que viene,
señaló Broda.
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BATLLE
RECLAMA AYUDA PARA ARGENTINA
Turquía está mucho peor
El presidente uruguayo Jorge
Batlle reclamó un mayor respaldo por parte de los organismos internacionales
de crédito para que la Argentina pueda salir de su crisis financiera.
El mandatario oriental sostuvo que la Argentina precisa que el Fondo
Monetario Internacional entienda, que aprecie, estas fuertes transformaciones
en la reducción del gasto público que ha hecho la República
Argentina.
Batlle fue mucho más allá en su reclamo y remarcó
que Turquía está peor, y recibió mucho más
apoyo. El presidente del Uruguay admitió que en la víspera
durante una reunión a puertas cerradas con el director gerente
del FMI, Horst Koehler, la Argentina fue el centro de la conversación.
Batlle elogió la economía argentina y la gestión
del presidente Fernando de la Rúa, así como las medidas
de reducción drástica del gasto público bajo la ley
de déficit cero, sobre las cuales dijo que son un esfuerzo
formidable y casi sin precedentes en el siglo. Si
Ud. se toma el trabajo de comparar los números de Turquía
con los números de la Argentina, la relación de endeudamiento
de Turquía con los bancos alemanes, verá que la situación
de la Argentina es mucho mejor que la de Turquía, dijo el
presidente uruguayo, para luego agregar que sin embargo, verá
que a Turquía se le dio un apoyo formidable mucho mayor, un apoyo
que le ha permitido salir de su problema, y que ha sido mucho mayor al
que se le está dando a Argentina.
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