Por Adriana Meyer
Carlos Menem confiaba en que
la Justicia pondría las cosas en su lugar. Y desde
la óptica de sus intereses no se equivocó. Ayer el juez
en lo penal económico Julio Speroni le dictó la falta de
mérito en la causa por contrabando de material bélico. Idéntica
medida benefició a su ex cuñado y asesor, el empresario
riojano Emir Yoma. La verdad termina por imponerse, la verdad empieza
a aflorar y confío en la Justicia, enunció el ex presidente
desde la quinta de Don Torcuato, donde cumple la prisión preventiva
que le dictó el juez Jorge Urso al acusarlo de ser el jefe de una
asociación ilícita que vendió armas ilegalmente a
Croacia y Ecuador. En un derroche de optimismo, y pensando en el inminente
fallo de la Corte Suprema sobre el caso (ver aparte), su abogado Oscar
Salvi vaticinó que antes de diciembre recupera la libertad.
Tanta euforia podría indicar que el beneficiario ya recibió
las señales de la Justicia.
En el juzgado de Speroni, ubicado en el sexto piso de los tribunales federales
de Retiro, no tienen respiro. El martes el magistrado salió a pelear
la competencia de su causa, que la Cámara Federal pretende pasar
a su fuero, y terminó pidiendo también la de Urso al señalar
que el delito de contrabando que investiga atrae a los demás,
y que la justicia en lo penal económico es la única competente
para seguir investigando las tres causas abiertas por la exportación
de material bélico durante la primera presidencia de Menem. Ayer
resolvió la situación procesal del ex mandatario y su ex
asesor, a quienes había indagado la semana pasada por presunto
contrabando agravado de 230 toneladas de pólvora a Croacia. Y decidió
que no hay elementos suficientes como para procesarlos ni para sobreseerlos,
tal el significado de la falta de mérito que alivia
la situación de ambos aunque aún no los desliga del proceso.
En una breve resolución, Speroni argumentó que esa era la
única alternativa que tenía dado que hace dos días
recibió un voluminoso expediente que tiene que analizar. Se trata
de la causa que proviene del juzgado de Marcelo Aguinsky, por contrabando
de armamento a Ecuador y el último de los envíos de pólvora
a Croacia por vía marítima, que luego pasó al de
Guillermo Tiscornia pero ese magistrado se excusó porque está
imputado el ministro de Economía Domingo Cavallo, con quien mantiene
un enfrentamiento. Entonces, el expediente pasó fugazmente por
el juzgado de Horacio Artabe, del mismo fuero, quien consideró
que Speroni debía tramitar ambas causas. Según fuentes consultadas
por la agencia Télam, del estudio de la causa recién recibida
pueden surgir posibles actos incriminatorios. Por lo tanto,
hasta que Menem y Yoma no tengan oportunidad de escuchar esas eventuales
nuevas acusaciones en una ampliación de sus indagatorias, y ante
la necesidad de pronunciarse dentro de los plazos procesales, el magistrado
no puede tomar otra postura que no sea la expectante, porque
está en juego el principio defensa.
¿Cuál habría sido la decisión de Speroni si
no recibía esa causa? Quienes conocen el expediente aseguran que
hubiera dictado un sobreseimiento pero en el juzgado ponen mala cara ante
esa especulación. Salvi destacó que lo importante de la
medida tomada por Speroni es que de la indagatoria no surgieron
elementos probatorios en contra de Menem. El letrado reconoció
que esto lo beneficia al ex presidente para recuperar cuanto antes
su libertad. La defensa de Menem espera, además, que la Corte
Suprema se expida sobre una recurso de queja por retardo de justicia en
la sala II de la Cámara Federal para resolver un pedido de excarcelación
del ex presidente. Salvi aventuró que a partir de ese fallo los
plazos se acelerarán con vistas a la liberación de su cliente
más famoso.
Con una copia de la resolución de Speroni en el portafolios, Salvi
acudió a la quinta de su amigo Armando Gostanian en Don Torcuato,
donde Menem cumple arresto domiciliario desde el 7 de junio cuando fue
indagado por Urso. Aunque sus voceros negaron que haya habido festejo,
la noticia lo puso muy bien de ánimo, confirmó
Fernando Azzarini.
Buena onda en Don
Torcuato
Estoy en manos de jueces que son herméticos y no
dan su opinión hasta que no notifican al imputado, y esto
es una buena señal, dijo Carlos Menem desde su lujoso
encierro en Don Torcuato. Y enseguida se quejó de que en
la causa madre los medios se enteraban antes de que el propio
imputado a través de un juez y un fiscal, en alusión
a Jorge Urso y Carlos Stornelli. Luego reiteró que es un
preso político, aunque manifestó su confianza
de que la Justicia ponga las cosas en su lugar. Se refería
a la buena nueva proveniente del juzgado de Julio Speroni, pero
también al fallo de la Corte. Cuando se enteró el
ex presidente estaba rodeado por los diputados Daniel Scioli, Claudio
Sebastiani, Javier Mouriño, Ana María Mosso y su sobrino
Adrián Menem, quien informó que tomó
con naturalidad la decisión del juez y por esa razón
no hubo ningún festejo. Agregó que apenas
salga de la detención domiciliaria, va a volver
a La Rioja y comenzará a recorrer nuevamente el país.
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EXITO
DE LA TACTICA DE LA CORTE
Ganar haciendo tiempo
Por Irina Hauser
En este país es
la Corte la que gobierna, se regodea un encumbrado funcionario del
máximo tribunal de la Nación, nombrado por el menemismo,
cada vez que este diario lo consulta. Parece que la fórmula no
falla. Ni siquiera hizo falta que los ministros de la Corte Suprema firmaran
la resolución que habilitará la liberación de Carlos
Menem y Emir Yoma. Bastó que dejaran trascender cuál será
el resultado de ese fallo para que el mensaje político fuera recibido
y un juez, que tenía la chance de procesarlos por otro delito que
los mantendría presos, eligiera aliviarlos de todo riesgo mediato
con una relajante falta de mérito.
Los abogados y colaboradores del ex presidente y su ex cuñado han
mencionado infinidad de veces su confianza ciega en la Corte y en el juez
Speroni. Saben que, en esto, tienen al Gobierno de su lado. Por lo menos
un sector importante de él espera que Menem sea liberado de una
vez y se lo ha hecho saber a los supremos. Es algo necesario para
descomprimir políticamente, aunque se nos tire todo el país
en contra, justificó a Página/12 un miembro del gabinete
nacional. Léase así: el Gobierno espera poder pactar con
el menemismo y, a la vez, propiciar las divisiones dentro del peronismo.
Menem y Yoma están presos porque el juez Jorge Urso los consideró
jefe y organizador respectivamente de una asociación
ilícita que vendió armas ilegalmente a Ecuador y Croacia.
El juez en lo penal económico Julio Speroni, que en relación
al mismo tema investiga el delito de contrabando agravado, procesó
tiempo atrás al ex titular de Defensa Erman González, a
su segundo Carlos Carballo, al jefe del Ejército Martín
Balza y al ex director de Fabricaciones Militares Raúl Gómez
Sabaini. En cambio, Menem y Yoma tuvieron la suerte de salir favorecidos.
La Corte tiene que pronunciarse sobre el recurso extraordinario presentado
por Yoma. Todo indica que podría hacerlo esta semana o la próxima
con fundamentos que, además, beneficiarán a Menem. Los ministros
más menemistas (Julio Nazareno, Eduardo Moliné OConnor,
Adolfo Vázquez y Guillermo López) dirían que no hubo
asociación ilícita alguna. Augusto Belluscio y Antonio Boggiano
votarían en igual dirección pero argumentando que no hay
suficientes pruebas.
En el alto tribunal dicen que podría haber pequeños cambios
en el texto del fallo, pero nada sustancial que modifique el sentido de
la resolución. Además de tenderle una mano a Menem, habrá
sentado las bases para restringir la aplicación de la única
figura penal que permitió que ex funcionarios acusados de corrupción
fueran presos, como Víctor Alderete, o estén en peligro
de correr la misma suerte, como María Julia Alsogaray.
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