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IMPUGNAN ANTE LA JUSTICIA A DOS AVIADORES
Espías en busca de ascensos

Los diputados Bordenave y Bravo impugnarán hoy el ascenso de los oficiales de la Fuerza Aérea Oscar Jerez y Salvador Ozan.

La diputada del ARI, Marcela Bordenave.

Por Victoria Ginzberg

El vicecomodoro Oscar Rubén Jerez figura entre los aviadores propuestos para ser ascendidos. Pero su pliego deberá sortear un escollo en la Comisión de Acuerdos. La diputada Marcela Bordenave y el senador electo Alfredo Bravo lo denunciarán hoy ante la Justicia por haber violado la Ley de Defensa Nacional ya que descubrieron que en 1993 hizo trabajos de inteligencia interna. No es el único miembro de la Fuerza Aérea que debería tener problemas en ser promovido. El también vicecomodoro Salvador de San Francisco Ozan figura entre quienes fueron procesados luego de que Página/12 revelara que diez periodistas habían sido espiados por la Aeronáutica.
Según un documento que recibió en su despacho Bordenave, en 1993, el entonces mayor Jerez –jefe Regional de Inteligencia Litoral– solicitó una “orden de búsqueda estrictamente confidencial y secreta” en la que pedía información sobre tres personas. Al militar le interesaba saber el “concepto que gozan las interesadas (aspecto moral, ideológico y social); la ocupación que desarrollan o desarrollaron anteriormente; vinculaciones significativas; integrantes del grupo familiar, ocupación, medios de vida y toda otra información de interés”. Sobre una de estas personas, también se ordenó realizar “ambiental”, es decir, en la jerga de los espías, hacer un seguimiento pormenorizado. Bordenave y Bravo denunciarán a Jerez por violar la ley de Defensa, que en su artículo 19 establece que “las cuestiones relativas a la política interna del país no podrán constituir en ningún caso hipótesis de trabajo de organismos de inteligencia militares”.
Ozan, que fue jefe de la Regional de Inteligencia porteña, también realizó tareas de espionaje penadas por la ley. El vicecomodoro propuesto para convertirse en comodoro fue procesado en marzo del año pasado por investigar a diez periodistas, y a la ONG de Mujeres Agropecuarias en Lucha. Los periodistas espiados habían escrito notas relacionadas con la seguridad y la privatización de los aeropuertos. Cuando fue interrogado por el juez Gabriel Cavallo, Ozan declaró que el organismo a su cargo “normalmente busca información relacionada al estado anímico de la familia aeronáutica”. Ozan, junto con los otros cinco imputados había sido pasado a disponibilidad y sancionado con un mes de suspensión. Ahora, la Fuerza Aérea lo quiere premiar.
Desde que los marinos Antonio Pernías y Juan Carlos Rolón reconocieron en el Senado que habían utilizado la tortura, los pliegos de los militares son revisados por la subsecretaría de Derechos Humanos y las ONG del área, que aún están elaborando sus informes. Los miembros del Ejército quisieron apropiarse de la información que los comprometía y este año hicieron una presentación de hábeas data ante el CELS, la APDH y la subsecretaría. Pero esta solicitud les trajo más problemas que satisfacciones ya que Página/12 reveló que el abogado Juan Torres Bande que patrocinó las presentaciones era el apoderado del partido neonazi Nuevo Triunfo.
La revisión de los pliegos se convirtió en la única forma de impedir la promoción de los militares que participaron de la represión ilegal pero no fueron condenados debido a que se beneficiaron por las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Pero los organismos de derechos humanos impugnan también a quienes tuvieron una actuación cuestionada en democracia. La última palabra la tienen los senadores.

 


 

PRESENTACION ANTE LA CIDH
Por la extradición

Por V.G.

La Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos, el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos y la Liga Argentina por los Derechos del Hombre presentaron un escrito ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para impedir que el Gobierno argentino trabe el pedido de extradición contra 18 represores realizado por el juez español Baltasar Garzón.
“Tenemos fundados temores de que el Gobierno no gire a la Justicia Federal argentina el mencionado expediente y rechace en forma directa el pedido de extradición, aduciendo que en estos casos debería imperar el principio de territorialidad, tal como se pronunciara en casos anteriores”, afirmaron Arturo Blatezky, José De Luca, Graciela Daleo, Adriana Calvo y Graciela Rosenblum en el escrito que fue patrocinado por el abogado Rodolfo Yanzón. Los peticionantes hicieron alusión a la actitud de la Cancillería cuando se recibió una solicitud similar de Italia respecto al represor Alfredo Astiz y a un pedido de colaboración de la justicia alemana. Ambos papeles fueron desestimados por el Ministerio de Relaciones Exteriores sin permitir que se expida la Justicia. Los tres organismos de derechos humanos quieren que ahora intervenga la CIDH para que esto no se repita.
A fines de agosto pasado, Garzón reclamó el arresto de 18 personas -doce represores de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y seis de la provincia de Santa Fe– por los delitos de “terrorismo desarrollado en base a múltiples muertes, lesiones, detenciones ilegales, secuestros y desaparición forzada de personas; y genocidio”. Los acusados se fueron entregando a la Justicia y fueron beneficiados con la excarcelación, menos el ex policía Eduardo Ramos y el ex juez federal Víctor Brusa. Ambos recuperaron la libertad la semana pasada, luego de que pasaran cuarenta días sin que el juez argentino Gabriel Cavallo recibiera el pedido formal de extradición. Este llegó a la Cancillería sólo unas horas después de que los acusados salieran de la cárcel, pero el juzgado aún no lo recibió. Actualmente la solicitud de Garzón está siendo estudiada por el Gobierno, que defiende a ultranza el principio de territorialidad. Los organismos de derechos humanos reclaman que sea la Justicia la que se pronuncie sobre la extradición y que si los represores no son llevados a España, sean juzgados en Argentina.

 

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