Domingo Cavallo lanzó
ayer la reestructuración de la deuda, a nivel local, que se pondrá
en marcha el próximo lunes y se extenderá durante toda la
semana. Durante ese lapso los inversores institucionales bancos,
AFJP y aseguradoras canjearán sus títulos públicos
por préstamos que devengarán como máximo una tasa
de interés del 7 por ciento anual. El canje no sólo
abaratará los costos de la deuda sino que servirá para restringir
la volatilidad y la incertidumbre de los mercados durante el período
de uno, dos o tres meses que durará esta compleja operación,
señaló el ministro durante la presentación. Sin mencionarlo
en forma explícita, hacía referencia a las tensas negociaciones
que seguramente se abrirán con los inversores internacionales.
Esta segunda fase del programa de reestructuración todavía
no tiene fecha de inicio.
Durante una conferencia de prensa realizada en el microcine del Palacio
de Hacienda, Cavallo se limitó a formular el anuncio del canje.
Es una operación en la que ganamos todos, sentenció.
Se refería a que si bien los inversores verían reducida
su rentabilidad, tendrán la seguridad de cobro. A su
vez, el Estado erogará menos dinero para hacer frente a los vencimientos
de la deuda. El viceministro Daniel Marx, que quedó a cargo del
encuentro con la prensa tras el discurso de Cavallo, se excusó
de dar una estimación sobre el volumen que tendrá la operación.
Tampoco dio pistas sobre el ahorro con el que se beneficiará el
Estado. Cualquier monto estará bien. No tenemos nada preestablecido,
señaló el viceministro para salir del paso.
En total, entre las AFJP, las aseguradoras y los bancos poseen unos 33.500
millones de dólares. En la city, algunos analistas estiman que
el ahorro por el canje local ascenderá a 1500 millones. Un monto
considerado exiguo para asegurar el cumplimiento del déficit cero.
La reestructuración de la deuda fue impulsada desde el Tesoro de
los Estados Unidos. Hace tres meses, el FMI prometió el envío
de 3000 millones de dólares para plantear un canje global, a condición
del cumplimiento del Déficit Cero. Pero el agravamiento de la crisis
aceleró los tiempos y Cavallo se largó al canje interno.
Respecto de la operación internacional, el propio ministro ya adelantó
que se vienen meses turbulentos y de incertidumbre porque, al menos por
ahora, no existen garantías adicionales.
Las características generales del canje son las siguientes:
Por un menú de 79 bonos
que devengan una tasa promedio del 11 por ciento anual, el Gobierno otorgará
préstamos que rendirán un tope del 7 por ciento.
La caída de la tasa
se debe a que el cobro de los nuevos préstamos estará garantizado
por el Impuesto a las Transferencias Financieras (ITF). Y si, llegado
el caso, con este impuesto no alcanzase para pagar, Cavallo anticipó
que se echará mano a la recaudación de otros que le pertenecen
a la Nación. Diariamente, los bancos transferirán al Central
la recaudación del ITF. Y éste depositará los fondos
en las cuentas de los acreedores. El ITF recauda unos 400 millones por
mes.
Las amortizaciones de capital
tendrán una prórroga de tres años en relación
al vencimiento original de cada bono.
Los intereses se pagarán
en forma mensual a partir del 1º de abril. Esta es una medida favorable
a los bancos ya que los viejos títulos se pagan cada
tres o seis meses.
Los inversores minoristas,
aquellos que tengan menos de 100 mil dólares, dispondrán
de una semana adicional para sumarse a la operación, hasta el viernes
30. El procedimiento se conocerá hoy. En estos casos, la operatoria
se llevará a cabo a través de los bancos o de los agentes
de Bolsa.
En el canje entran los títulos
en pesos y en dólares. Con la excepción de los bonos que
ya cuentan con garantías (como los Brady Par y Discount), el bono
constituido especialmente para integrar requisitos mínimos de liquidez
y las Letes.
Ante una pregunta de Página/12,
Daniel Marx aseguró que por el canje local, los bancos no cobrarán
comisiones. No hay definiciones sobre la fase II, aclaró.
Maquillaje en las
reservas
Un lector desprevenido podría alegrarse: las reservas del
Banco Central aumentaron en 1577 millones de dólares en un
solo día. Sin embargo, el cambio no se debió a un
masivo ingreso de capitales sino a una cosmética financiera
diseñada por Roque Maccarone. La semana pasada, el titular
del Banco Central ordenó a los bancos traer desde los Estados
Unidos los fondos depositados en el Deutsche Bank, por la integración
de requisitos de liquidez, y dejarlos directamente en la cuenta
del Central. Se hizo para atender las necesidades de liquidez.
La medida no tiene nada que ver con la posibilidad de eventuales
demandas en el exterior, explicó ayer Daniel Marx ante
una consulta periodística. Por esa medida, las reservas del
BC saltaron a 18.632 millones, y los bancos mantienen sólo
681 millones en Nueva York.
En otra jornada financiera que apareció complicada hasta
el mediodía -el riesgo país llegó a los 2773
puntos, las declaraciones de Paul ONeill sobre que la
economía argentina muestra perspectivas alentadoras
llevaron algo de calma a los financistas. No obstante el indicador
cerró en el record de 2678 puntos, mil por encima de Nigeria,
segundo en el ranking de ese indicador. El martes fue otra jornada
de retiros de depósitos. Las colocaciones totales de empresas
y particulares cayeron en 116 millones. No obstante, los plazos
fijos aumentaron en 8 millones.
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