Por Pedro Lipcovich
Renunció la directora
del Programa Nacional de Sida: todo indica que su alejamiento señala
el quiebre del proyecto de generar en la Argentina, contra esa enfermedad,
una estrategia que fuese más allá de distribuir -con deficiencias
medicamentos. La funcionaria, Mabel Bianco, fundamentó su decisión
en la imposibilidad de lograr el apoyo y la decisión política
del Gobierno para sustentar las actividades a su cargo. Buena parte de
esas actividades se apoyaban en un acuerdo con el Banco Mundial que fue
incumplido por el Estado argentino, por lo cual no es previsible que sea
renovado a su vencimiento, este fin de año. El personal y las actividades
del Programa que incluyen proyectos preventivos con participación
de organizaciones civiles no fueron incorporados a la planta estable
ni al presupuesto del Ministerio de Salud, lo cual, según la funcionaria
renunciante, impedirá su desarrollo sustentable. El
infectólogo Pedro Cahn se mostró sumamente preocupado
por lo que puede pasar con la epidemia.
La renuncia al cargo de coordinadora de la Unidad Coordinadora Ejecutora
(UCE) en VIH/sida y ETS y del Proyecto Lusida, del Ministerio de Salud
de la Nación, fue presentada el lunes pasado pero Bianco la dio
a conocer ayer. La dimisión se debe a la imposibilidad de
lograr el apoyo y la decisión política necesarios para garantizar
el desarrollo sustentable de las actividades. Su texto señala
que el crecimiento de la epidemia en el país requiere una
importante voluntad política y una adecuada inserción en
el Ministerio de Salud, así como la coordinación y cooperación
con otros sectores gubernamentales. Según la renuncia: Cada
vez que esta Coordinación planteó propuestas concretas de
organización, no obtuvo respuestas para lograrlo.
Bianco explicó a este diario que la Unidad Coordinadora se
basa sólo en una planta de personal transitorio, contratado, y
en un proyecto con financiación internacional: sigue sin una planta
estable; hemos planteado crear una dirección nacional, para normalizarla,
pero no prosperó.
La renunciante advirtió que el Proyecto Lusida, con el Banco
Mundial, está por finalizar y no se ha desarrollado una estructura
capaz de sustentar la actividad. El problema no concierne sólo
al Ministerio de Salud sino al de Economía y la Jefatura de Gabinete.
El Proyecto Lusida se inició en 1997 y debía ser financiado
a partes iguales por el Banco Mundial y el Estado argentino. Bajo su amparo
llegaron a desarrollarse diversos programas preventivos con participación
de organizaciones no gubernamentales. La entidad internacional puso unos
13 millones y medio de dólares pero la Argentina no llegó
a los 6 millones. Del aporte del Banco Mundial resta alrededor de un millón
que no se podrá usar por falta de la contraparte argentina. El
convenio vence el 31 de diciembre y se prevé que el Banco Mundial
no lo va a renovar.
¿No lo renovará por incumplimiento del Estado? preguntó
este diario.
En caso de que el Banco no lo renueve, será en parte por
eso y en parte porque es reacio a una postergación sin límite
que no garantiza la sustentabilidad del desarrollo de los programas.
Parece que, al finalizar el acuerdo con el Banco Mundial, se viene
abajo la estantería...
En parte es así. La finalización del Proyecto Lusida
pone en evidencia la debilidad de la estructura y la imposibilidad de
sustentar los programas con ONGs y de atención de pacientes, no
sólo en grandes hospitales sino en una red articulada de hospitales
y centros de salud.
¿La unidad ejecutora quedaría así reducida
a la función de comprar y distribuir medicamentos?
Con una estructura primaria y elemental, no se puede hacer mucho
más -contestó Bianco.
En cuanto a la función de proveer medicamentos a las personas infectadas,
Bianco advirtió que no sabemos cuál va a ser el presupuesto
para el año que viene: confiamos en que preserve los parámetrossolicitados.
Además, esperemos que haya disponibilidad de los fondos presupuestados:
en este último mes, no pudimos usar todos los fondos ya dispuestos
porque el Ministerio de Economía no los liberó.
Bianco había ocupado el cargo desde el comienzo de la actual gestión
de gobierno. Su renuncia todavía no fue aceptada por el ministro
de Salud, Héctor Lombardo.
EN
AMERICA, LOS VECINOS LEVANTARON UNA MURALLA
La gente que salvó su pueblo
Como en la vieja canción
de Los Enanitos Verdes, los habitantes de América están
construyendo la muralla que divide lo que fue de lo que será. Los
vecinos de esa ciudad levantaron una muralla de seis kilómetros
de ancho y dos metros de altura, con 55.000 bolsas de tierra, para dejar
fuera del casco urbano a la masa hídrica proveniente de General
Villegas. Pero el Servicio Meteorológico Nacional reservó
una buena noticia: prevé que hasta el lunes haya sol en las zonas
inundadas.
La noche del miércoles, la cabecera del partido de Rivadavia se
vio seriamente amenazada por una masa de agua de más de 6 kilómetros
de ancho y un metro de alto. Entonces, a través de los medios locales
el municipio convocó al pueblo a defender la ciudad.
Si no fuera por el esfuerzo de la gente, América hubiera
quedado bajo el agua. Lo que pasó fue terrible, pensamos que no
la podíamos parar, comentó el intendente Sergio Buil.
Con esta obra se pudo cerrar la alcantarilla que lleva el agua al pueblo,
pero ayer por la tarde ésta se abrió por la presión
del agua y nuevamente hubo que taparla. Si en los próximos días
mejora el clima, el trabajo dará mayores frutos.
Le pedimos a (la Dirección de) Hidráulica que nos
dé piedras para reforzar la muralla y la gente seguirá trabajando
y haciendo guardia, explicó el jefe comunal a Página/12.
Por su parte, Adrián, un vecino de la zona, contó su experiencia.
Estuvimos desde las 10 de la noche (del miércoles) y todavía
estoy en pie dijo. Nadie durmió, la gente no quiere
descansar y prefiere seguir laburando.
En tanto, el presidente del Concejo Deliberante local, Oscar Casarete,
puntualizó que se creó una contención importante
en la ruta 70 que por ahora frena el avance del agua. Además,
añadió que el problema central es que el agua no tiene
salida y no sabemos para dónde puede ir.
También Ricardo, otro habitante del pueblo, destacó que
el estado de ánimo de la gente es de euforia y ganas de trabajar
porque, más allá del miedo a que el agua entre en nuestras
casas, si no ponemos fuerza nos pasa por arriba.
Lo que se ve de un lado es un inmenso espejo de agua y del otro
también mucha más agua detalló Adrián.
En el medio, sobresale la ruta con todos los vecinos trabajando.
Algo así como una muralla humana que no se resigna a que la inundación
le robe lo que más quiere.
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