Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira
KIOSCO12


Viejos partidos que olieron feo

A muchos seguidores del fútbol, el final de Uruguay-Argentina les sonó conocido. Desde aquel famoso Alemania-Austria del Mundial de España �82 para acá, la lista de partidos extraños no es larga pero sí significativa.

Gabriel Batistuta enfrenta al arquero
de Oriente Petrolero en uno de los escasos avances.

Por Ariel Greco

A lo largo de la historia, hay varios antecedentes de encuentros de trámites similares al de Uruguay-Argentina del pasado miércoles. Uno de los casos más recordados se dio en el Mundial ‘82 entre Alemania y Austria. Luego de la sorpresiva caída 2-1 ante Argelia, los alemanes quedaron muy complicados a pesar del triunfo 3-0 ante Chile y necesitaban una victoria para avanzar. En cambio, Austria llegaba al último compromiso ya clasificado, luego de sus victorias ante Chile y Argelia. El encuentro disputado en Vigo fue un fiasco. Con un gol de cabeza de Hrubesch en el arranque del partido, Alemania se puso en ventaja y a partir de allí ya no hubo juego. Indignados por el espectáculo bochornoso, los aficionados españoles comenzaron a gritar “que se besen, que se besen”. Con el 1-0 consumado, ambos equipos avanzaron a la segunda ronda, postergando las ilusiones de Argelia.
Por la Copa Libertadores de 1991, en la última jornada del grupo entre argentinos y bolivianos tenían que medirse Boca y Oriente Petrolero en la Bombonera. A los dos les alcanzaba con un empate para clasificarse, mientras que una victoria de cualquiera postergaba al perdedor y le daba el pase a River, que ya había finalizado su participación en la zona. El desarrollo fue increíble. El conjunto boliviano no cruzó la mitad de la cancha, en tanto que las pocas veces que Boca atacó, sus delanteros definieron de manera grotesca, ante el aplauso de los hinchas. Los dos hits que más se escucharon aquella noche fueron “Hay que empatar/hay que empatar/porque si no van a cobrar” y “Esta noche/cueste lo que cueste/esta noche tenemos que empatar”. El resultado fue 0-0, los dos se clasificaron y River quedó eliminado.
Al año siguiente se produjo una definición similar. En Rosario, Newell’s y Olimpia buscaban su pasaje a la segunda fase, mientras que River necesitaba que hubiera un ganador para avanzar. Casi en el comienzo, ante un centro aparentemente intrascendente, Mauricio Pochettino –zaguero de la Selección Argentina, que estuvo en el Centenario– intentó devolver la pelota pero su rechazo terminó dentro del arco de Norberto Scoponi. Unos minutos más tarde, Pochettino tuvo su revancha y convirtió de cabeza el gol del empate. A partir de allí, los dos equipos se prestaron el balón y ya casi no hubo situaciones de riesgo. Consecuencia: los dos adentro y River otra vez afuera.
En torneos locales también hay varios antecedentes. En el Apertura ‘92, Boca necesitaba al menos un punto ante San Martín de Tucumán para ganar el campeonato sobre River. Sin embargo, Ricardo Solbes puso en ventaja a los tucumanos, convirtiendo el gol menos celebrado de la historia. Luego Boca igualó a través de Benetti y ya casi no se produjeron situaciones de gol. El mito señala que Alberto Márcico y Oscar Acosta, que habían jugado juntos en Francia, hablaban en francés durante el encuentro.
Muy controvertidas también fueron las definiciones River-Argentinos en la última fecha en varios campeonatos en la década del ‘90. El primero fue un 1-1 en el Monumental en el Apertura ‘93, famoso por la participación de Gabriel Cedrés en Argentinos, cuando ya se había concretado su pase a River. El empate 1-1 le dio el título a River. Otra definición polémica ocurrió en el Apertura ‘97. A River le alcanzaba con un punto ante Argentinos para ganar el título sobre Boca, y en la semana los rumores indicaban que el partido iba a finalizar 1-1, como luego ocurrió. Tras el partido, Jorge Quinteros, el mejor jugador de la cancha y llamativamente reemplazado en la segunda parte, aseguró que le dio vergüenza lo que había ocurrido en el campo.
Un caso inverso se dio en la Copa Libertadores de 1988. San Lorenzo jugaba por el honor ante Peñarol, que necesitaba un empate para avanzar a la siguiente ronda. En cambio, una victoria de los de Boedo le daba el pase a Newell’s. El partido finalizó con el triunfo de San Lorenzo y la clasificación para los rosarinos. El agradecimiento fue fatal. El fixturelos cruzó más adelante y Newell’s pagó el favor eliminándolo con un 2-1 en cancha de Vélez.

 

PRINCIPAL