Por David Cufré
Domingo Cavallo les pidió
ayer a las máximas autoridades económicas de los Estados
Unidos que mantuvieran su apoyo a la Argentina, ahora que quedó
en evidencia la imposibilidad de mantener el plan del déficit cero.
El secretario del Tesoro, Paul ONeill, que antes habia dicho que
Ar-gentina va a estar bien, su segundo, John Taylor, y el
presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, escucharon la confesión
de Cavallo y le preguntaron cómo planea superar la delicada situación
que atraviesa el país. El ministro les dijo que sin el auxilio
del FMI perderá todo margen de maniobra, por lo que insistió
en que es crucial que el organismo conceda un waiver (perdón) a
la Argentina por el incumplimiento de las metas fiscales, y continúe
con la asistencia financiera. Esto es, que ejecute el desembolso de 1260
millones de dólares previsto para diciembre. Cavallo señaló
que la estrategia es concretar el canje de deuda a nivel local la próxima
semana y luego avanzar con la reestructuración a nivel internacional,
buscando un desahogo financiero que dé una chance a la reactivación.
Si la estrategia se derrumbara en algún punto, aseveró que
antes de devaluar, el Gobierno dolarizará. Al final del día,
un vocero del Tesoro aseguró que el canje funcionará.
Un solo dato ilustra la trascendencia de la cumbre. Greenspan, el hombre
que con sus decisiones sobre la tasa de interés estadounidense
fija pautas para la economía mundial, modificó su agenda
para sumarse al encuentro Cavallo-ONeill, al cual no había
sido formalmente invitado. Durante la mayor parte de la reunión,
que se extendió por una hora y cuarto, el jefe de la FED escuchó
en silencio las explicaciones de Cavallo y del vicepresidente del Banco
Central, Mario Blejer. Una de sus pocas intervenciones fue para preguntar
si el Gobierno planea dolarizar. Allí el ministro afirmó
que no se trabaja en esa dirección, pero que llegado el caso de
enfrentarse a la opción devaluación o dolarización,
el Ejecutivo se inclinará por la segunda.
La aclaración fue solicitada porque la agudización de la
crisis hace emerger todas las alternativas posibles, al menos como hipótesis.
Es decir, las del default, la devaluación, la dolarización
y el congelamiento de los depósitos. Tal como adelantó ayer
Página/12, el dato que establece las bases del nuevo escenario
es el reconocimiento del Gobierno de que no puede mantener el déficit
cero. El viceministro de Economía, Daniel Marx, y el secretario
de Hacienda, Jorge Baldrich, presentaron ayer en Washington al FMI las
nuevas proyecciones fiscales, y anticiparon que Argentina solicitará
un waiver por el desvío en alrededor de 2000 millones de pesos
en la meta acordada.
Economía demoró diez días la difusión de los
resultados fiscales de octubre para no tener que admitir la caída
de su plan maestro: el del déficit cero. Pero ayer, luego de las
entrevistas de Cavallo, Marx y Baldrich, el Palacio de Hacienda dio a
conocer que el mes pasado hubo un déficit del Tesoro de 676 millones
de pesos (ver aparte). Y esto a pesar del recorte de 13 por ciento en
jubilaciones y salarios, la reducción de las transferencias a las
provincias, ajustes de hasta el 85 por ciento en las partidas de organismos
públicos y todo lo que el Estado dejó de pagar porque no
le alcanzan los recursos, provocando situaciones dramáticas como
la del PAMI.
Una vez más, después de batallar incluso más allá
de lo que marca la lógica, Cavallo tuvo que reconocer los límites
de la realidad. Pero no quiere que el incumplimiento fiscal le haga perder
el bastón que le ayuda a sostenerse en pie: los préstamos
del FMI. El ministro pidió a ONeill que interceda ante el
organismo de crédito para que éste mantenga el programa
de ayuda financiera. Sin los 1260 millones de dólares que el FMI
debería enviar en diciembre de acuerdo con lo convenido,
el Gobierno tendrá que reconocer otro hecho que hasta ahora se
ha obstinado en negar: que no puede pagar la deuda.
Cavallo dijo en conferencia de prensa que la respuesta de ONeill
fue muy satisfactoria y que confía en que los organismos
internacionalessigan asistiéndonos con los desembolsos pendientes
para lograr el crecimiento con equidad que necesita el país.
En Buenos Aires, un operador cavallista describió lo que el ministro
espera que ocurra de aquí en más: que sea un éxito
el canje de deuda local, que se pueda lanzar el canje internacional, que
el Congreso apruebe el Presupuesto 2002, y que el FMI siga ayudando a
la Argentina. Un reconocido consultor de la city transmitió a Página/12,
en cambio, el escenario pesimista: no habrá ayuda del FMI, entre
otros motivos porque la recaudación caería este mes más
de un 15 por ciento, se acelerará la huida de depósitos
y el Gobierno dejará de pagar los intereses de la deuda luego de
realizado el canje local. Ante el default, sobrevendría la devaluación.
¿Cuál de los dos escenarios prevalecerá?
Víctimas de
la corrida
El Banco Central intervino la Caja de Crédito Floresta
Luro Vélez, una cooperativa que cayó víctima
de la ruptura de la cadena de pagos: la mayoría de sus clientes
son pymes. El Banco Ciudad se hará cargo de la entidad a
partir del miércoles próximo. Con más de 70
años de antigüedad, la Caja de Crédito Floresta
posee tres sucursales y depósitos por 15 millones de pesos.
De ese total, 10 millones están asegurados por Sedesa y el
resto será aportado por el Ciudad. El traspaso de la pequeña
entidad es un emergente de la crisis económica.
En tanto, el riesgo país alcanzó ayer un nuevo record,
al finalizar en 2760 puntos. Las acciones, en tanto, cayeron 3,4
por ciento. La fuerte suba del riesgo país, de 89 puntos,
se debió a que las AFJP se desprendieron masivamente de bonos
Global 2008 en dólares, lo que hizo bajar su precio, para
comprar un título similar pero más barato: el Global
2008 en pesos, que no forma parte del índice de riesgo país.
De esta manera, las administradoras llevarán al canje el
bono nominado en pesos, lo que les dejará una diferencia
a su favor. En este contexto, la tasa interbancaria se situó
en el 50 por ciento anual. Mientras tanto, los acreedores internacionales
anunciaron que ya contrataron a abogados y asesores financieros
para litigar en caso de que Domingo Cavallo incumpla con los pagos
de la deuda.
|
El Tesoro medio vacío
El Tesoro Nacional registró en octubre un déficit
de 676 millones de pesos, lo que eleva el desequilibrio acumulado
en el año, a 7248,5 millones y dificulta el cumplimiento
de la meta anual de 6500 millones comprometida con el FMI. Esto
significa que para poder reducir el déficit al nivel acordado,
el Gobierno debería lograr un superávit de unos 750
millones de pesos durante el último bimestre del año,
meta a todas luces imposible. No obstante, al resultado final aún
resta computar los saldos de los organismos descentralizados, institutos
de la seguridad social y recursos afectados, que en su conjunto
podrían reducir el déficit entre 100 y 130 millones.
El desvío se originó como consecuencia de ingresos
por 1395,9 millones de pesos y gastos por 2004. Los ingresos corrientes
cayeron en 144,3 millones de pesos, básicamente por la disminución
del producto de la colocación de reservas. Durante el mes
de octubre se pagaron 874,2 millones de pesos por intereses de la
deuda pública, lo que representa 190 millones de pesos más
que en octubre de 2000 y equivale a casi el 45 por ciento del total
de gastos.
|
DISCUTEN
EN EL FMI Y El BM LA CRISIS ARGENTINA
Nos están apoyando mucho
Siento que nos están
apoyando y nos están apoyando mucho, declaró ayer
Domingo Cavallo tras su entrevista con Paul ONeill, John Taylor
y Alan Greenspan. Por lo que he oído, el país y Cavallo
están realizando un tremendo progreso para sacar a la Argentina
de la crisis, recalcó James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial.
Las moratorias ordenadas deberían respaldar y no suplantar
las fuerzas y la disciplina del mercado, sostuvo la Conferencia
de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, en una virtual
declaración de apoyo a la reestructuración de la deuda .
Y el ministro de Finanzas de Canadá, Paul Martin, propuso la creación
de un mecanismo que permita a los países que no puedan pagar sus
deudas, entre los que mencionó a Argentina, declarar una moratoria
y fustigó las tasas de interés enormes que se
cargan sobre los préstamos .
Desde lo retórico, el respaldo al Gobierno y a su plan del canje
de deuda fue otra vez rotundo, aunque, como viene ocurriendo hasta ahora,
no fue acompañado de anuncios concretos sobre cómo se expresará
ese sostén. Cavallo sabe que no tiene nada para mostrar y entonces
repite que no está pidiendo nada. Nosotros no hemos pedido
garantías ni al Tesoro de Estados Unidos, ni al FMI, ni al BID,
ni al Banco Mundial para apuntalar el canje de deuda con los acreedores
del exterior, aseveró el ministro desde Ottawa. No estamos
hablando de nuevos préstamos o más dinero, añadió.
Ante la consulta de si el Gobierno insistirá en su reclamo al FMI
para que adelante el desembolso de 1260 millones de dólares, dio
una respuesta evasiva: Espero que los organismos internacionales
sigan asistiéndonos.
En rigor, su segundo, Daniel Marx, ya había anticipado anteayer
que el Fondo resolvió no adelantar el envío del dinero.
Ahora lo que se discute no es si los recursos llegarán antes, sino
si habrá tal desembolso. Cavallo sostuvo que le estamos dando
al staff del FMI toda la información necesaria sobre la situación
fiscal. En las próximas semanas habrá una misión
a Buenos Aires y obtendremos el desembolso, aseguró. Su confianza
hasta el momento no fue acompañada por una declaración formal
del organismo que le dé la razón. Cavallo se entrevistará
hoy con directores del FMI y mañana se espera un encuentro con
el director gerente, Horst Koehler.
OPINION
Por Alfredo Zaiat
|
Argentina está
sola
Se sabe que la crisis argentina tiene en su mochila la debilidad
de De la Rúa, las inconsistencias de Cavallo, un peronismo
oportunista, un establishment autista, una banca insaciable y una
convertibilidad que a esta altura destruye. Pero lo cierto es que
esa mochila es mucho más pesada porque Argentina está
sola. Nadie afuera la ayuda más allá de apoyos morales.
La mala suerte para este gobierno es que el mundo financiero institucional
cambió. Ya no es el de la década del 90, subvencionador
de los países con problemas. Del FMI se fue el francés
Michel Camdessus, amigo de Argentina, que incluso descubrió
familiares en el país. También se fue Stanley Fischer,
duro en fijar metas pero con vocación de bombero. Ahora,
en cambio, el Fondo lo maneja el teutón Horst Köhler,
y como segundo la republicana sin ánimo de fiesta, Anne Krueger.
Ambos detestan el tipo de cambio fijo y además estuvieron
en otra cosa cuando Argentina fue el alumno modelo del FMI. Para
ellos no corren los antecedentes. Sólo evalúan los
resultados económicos actuales que son, como se sabe, malísimos.
Para colmo también cambiaron los estadounidenses. Vinieron
los republicanos, que aborrecen los paquetes de salvatajes a los
que eran tan afectos los demócratas y del que se aprovecharon
México, Corea, Rusia y Brasil. Cada uno de ellos contó
con abundantes recursos proporcionados por el Tesoro de Estados
Unidos como del FMI, según el caso. Auxilios que sirvieron
primero para aguantar la crisis y luego para el desenlace, que en
todos fue la devaluación. Incluso los países de la
región, más allá de los respaldos amistosos,
miran para otro lado. Brasil dice que no es Argentina. ¿Se
acuerdan cuando Cavallo, en el 95, con el Tequila decía
que Argentina no era México?
Justo la crisis argentina vino a estallar cuando el mundo cambió.
Se culpa a la Argentina, para justificar ese abandono, de que no
cumple con lo prometido. Y que ya recibió mucho dinero. ¡No
hubo país más obediente que Argentina! Hizo todo lo
que le dijeron que hiciera. Durante los 90 y también ahora:
se suicida con el déficit cero y el ajuste más brutal
del gasto público. Hasta sigue la recomendación de
Paul ONeill de intentar un plan sustentable con reestructuración
de la deuda. Y que Argentina recibió mucho dinero eso hay
que probarlo. El blindaje de 40 mil millones es un monto mentiroso,
puesto que el FMI sólo acercó no más de 8000
millones. Y el otro rescate apenas liberó 3000 millones.
Turquía, por ejemplo, recibió mucho más y ahora
tendrá otro paquete adicional. Ni hablar de los paquetes
que sirvieron para salvar a las economías en crisis de 1995
hasta 1999. Argentina está sola con su crisis y sus circunstancias.
|
El
Banco Central tiene una batería
de medidas para frenar la fuga
Por
Claudio Zlotnik
La crisis financiera
se está agravando. Según pudo saber Página/12, en
los últimos dos días, el Banco Central tuvo que socorrer
a un grupo de bancos privados y públicos con un total de 400 millones
de dólares para que pudieran hacer frente al retiro de depósitos.
El auxilio se otorgó a través de redescuentos (préstamos
contra entrega de carteras de créditos). A la vez, un importante
funcionario de Economía reveló a este diario que Roque Maccarone,
presidente del BC, trasladó las reservas de la entidad depositadas
en Nueva York y en Londres al Banco Internacional de Basilea para evitar
un eventual embargo en caso de que la Argentina declare su cesación
de pagos. El miércoles pasado, último dato disponible, los
depósitos cayeron en 298 millones.
A diferencia de lo ocurrido en jornadas anteriores, tanto el jueves como
ayer el Central no sólo salió a dar liquidez a algunos bancos
públicos sino también a un grupo de entidades privadas.
El auxilio del jueves habría trepado a 200 millones de dólares,
lo mismo que ayer. En total, desde que empezó la crisis el Central
ya otorgó asistencia por unos 5791 millones entre pases activos
y redescuentos.
En este contexto de incertidumbre y de pérdida de depósitos,
en el Central están diseñando medidas para hacer frente
a la crisis. Ni Maccarone ni Domingo Cavallo pierden de vista que en lo
que va del mes los depósitos totales cayeron 1742 millones, de
los cuales 1100 millones fueron plazos fijos. Con esa sangría,
en los bancos ya hay menos fondos que a mediados de agosto, cuando se
había agravado la crisis y el Fondo Monetario se vio obligado a
socorrer a la Argentina con 4260 millones que sirvieron para engrosar
las reservas. En aquel momento crítico, los depósitos cayeron
hasta 75.749 millones. Pero ahora hay 2415 millones menos y el FMI no
parece con vocación de volver a ayudar. Desde febrero, del sistema
financiero fugaron depósitos por 14.300 millones.
Frente a la gravedad de la crisis, en el BC reaccionaron con las siguientes
medidas.
Se trasladaron las reservas
al Banco de Basilea para que queden a salvo de un eventual embargo. En
total son 18.756 millones de dólares. Lo mismo ocurrió con
los 2700 millones que los bancos tenían depositados en el Deutsche
Bank de Nueva York. Si bien ese dinero es de los bancos, ante un
embargo quedaría retenido al menos durante 90 días,
explicó un alto funcionario a este diario.
El BC recuperó las funciones
de la Oficina Central de la Deuda Pública, que había dejado
de manejar hace seis años. Allí se concentrará la
recaudación de impuestos que garanticen el repago de los nuevos
préstamos que surjan tras el canje.
Podría haber una baja
en los encajes. La idea es premiar a los bancos que bajen las tasas pasivas
de los plazos fijos pactados a más de 30 días.
También se analiza la
forma de evitar problemas de liquidez en los bancos que se sumen al canje.
Como se sabe, las entidades ya no tendrán bonos para vender en
el mercado en caso de necesitar liquidez. El Central podría asistir
con efectivo parte del bache.
Por último, habrá
más medidas tendientes a bajar las tasas de interés pasivas.
El problema es que podría profundizarse la huida.
Domingo Cavallo les confesó a sus íntimos que necesita de
tres meses para terminar con el canje global de la deuda y regenerar la
confianza. Pero cerca del ministro admiten que será muy difícil
cumplir con esa meta. Lo cierto es que ningún plan funcionará
si no frena la salida de depósitos y la caída de reservas.
Los fondos del BC no sólo sirven para hacer frente a la fuga sino
también para pagar los vencimientos de la deuda. En las próximas
dos semanas, el Gobierno tiene compromisos por 1600 millones. Es
un escenario explosivo. Si la salida de depósitos continúa,
los bancos nos van a pedir que hagamos algo, señaló
la fuente de Economía. A medida que pasan los días, el riesgo
del default abierto se hace más presente.
OPINION
Por Arnaldo Bocco*
|
Dolarización: liberalismo
talibán
No son sólo las declaraciones del ministro Cavallo al Wall
Street Journal, acerca del repudio social a la moneda nacional y
de la instalación del dólar como divisa cotidiana
en las transacciones, lo que da indicios que la administración
De la Rúa ha optado por acelerar la transición inminente
a la dolarización. En todo caso, las declaraciones del funcionario
son un síntoma grave de la preparación pública
del paso a seguir ante el derrumbe que viene. La política
económica ha dado una serie de pasos en ese sentido, que,
en algunos casos son evidentes. A saber:
1 La norma dictada por el Banco Central que dispuso que el dólar
pueda ser utilizado para la cobertura de los requisitos mínimos
de liquidez que obran como garantía de los depósitos.
2La repatriación por parte del Banco Central de las divisas
resultantes de la integración bancaria depositadas en el
Deutsche Bank sucursal Nueva Yorky su integración a las reservas
que apoyan la Convertibilidad. La excusa fue la pérdida de
éstas, pero, lo cierto, es que pueden utilizarse como fuentes
adicionales transitorias de liquidez para sacar los pesos del mercado
en un eventual proceso de dolarización.
El momento parece ser el oportuno. Logrado el acuerdo político
con el justicialismo por la coparticipación y antes del inicio
de la fase 1 del tramo local del canje y en la semana que debe presentarse
el Presupuesto 2002. El temor al fracaso de la reestructuración,
que convertiría el canje voluntario en obligatorio, con el
consiguiente default, puede obligar a la administración De
la Rúa a poner toda la carne en el asador. En este caso el
menú es el sacrificio de la política monetaria y cambiaria.
La dolarización de iure que acompañó a la dolarización
de facto que puso en evidencia Cavallo sólo evita el riesgo
de devaluación. La súbita desaparición de ese
factor no implica automáticamente una baja del riesgo-país,
sino un cambio de sus componentes. Para que quede claro, la dolarización
implica que crecería el riesgo de default y mucho más
aún las incertidumbres sociales asociadas con la recesión.
El razonamiento acerca de la baja de tasas de interés por
dolarizar, en este contexto es una verdadera falacia.
La eliminación definitiva del peso implicaría (además
de la pérdida de soberanía y la eliminación
del Banco Central) la consagración de las distorsiones de
competitividad en términos de tarifas y servicios no transables
que conforman el verdadero costo argentino, poniendo en peligro
la viabilidad de muchas actividades productivas y fortaleciendo
la capacidad de acumulación del sistema financiero y de las
empresas de servicios. La posibilidad de supervivencia de aquellas
que logren pasar el shock estaría asociada a su capacidad
de compensación bajando otros componentes de su precio de
mercado. Sí, adivinaron: salarios y beneficios empresariales
que, casualmente, son los sustentos del consumo global.
Si gana la dolarización, gana el neoliberalismo talibán.
* Economista del Frepaso.
|
|