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CAVALLO SE ENTREVISTO CON PAUL O’NEILL Y ALAN GREENSPAN
Ruego para que el Fondo perdone

Después de esa cumbre, Economía difundió que en octubre no cumplió con el déficit cero y, por lo tanto, se cayó el programa del FMI. Así no viene la cuota de 1260 millones. Sin ese dinero, Argentina no podrá pagar la deuda. Búsqueda desesperada de un perdón del Fondo.

Por David Cufré

Domingo Cavallo les pidió ayer a las máximas autoridades económicas de los Estados Unidos que mantuvieran su apoyo a la Argentina, ahora que quedó en evidencia la imposibilidad de mantener el plan del déficit cero. El secretario del Tesoro, Paul O’Neill, que antes habia dicho que “Ar-gentina va a estar bien”, su segundo, John Taylor, y el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, escucharon la confesión de Cavallo y le preguntaron cómo planea superar la delicada situación que atraviesa el país. El ministro les dijo que sin el auxilio del FMI perderá todo margen de maniobra, por lo que insistió en que es crucial que el organismo conceda un waiver (perdón) a la Argentina por el incumplimiento de las metas fiscales, y continúe con la asistencia financiera. Esto es, que ejecute el desembolso de 1260 millones de dólares previsto para diciembre. Cavallo señaló que la estrategia es concretar el canje de deuda a nivel local la próxima semana y luego avanzar con la reestructuración a nivel internacional, buscando un desahogo financiero que dé una chance a la reactivación. Si la estrategia se derrumbara en algún punto, aseveró que antes de devaluar, el Gobierno dolarizará. Al final del día, un vocero del Tesoro aseguró que el canje “funcionará”.
Un solo dato ilustra la trascendencia de la cumbre. Greenspan, el hombre que con sus decisiones sobre la tasa de interés estadounidense fija pautas para la economía mundial, modificó su agenda para sumarse al encuentro Cavallo-O’Neill, al cual no había sido formalmente invitado. Durante la mayor parte de la reunión, que se extendió por una hora y cuarto, el jefe de la FED escuchó en silencio las explicaciones de Cavallo y del vicepresidente del Banco Central, Mario Blejer. Una de sus pocas intervenciones fue para preguntar si el Gobierno planea dolarizar. Allí el ministro afirmó que no se trabaja en esa dirección, pero que llegado el caso de enfrentarse a la opción devaluación o dolarización, el Ejecutivo se inclinará por la segunda.
La aclaración fue solicitada porque la agudización de la crisis hace emerger todas las alternativas posibles, al menos como hipótesis. Es decir, las del default, la devaluación, la dolarización y el congelamiento de los depósitos. Tal como adelantó ayer Página/12, el dato que establece las bases del nuevo escenario es el reconocimiento del Gobierno de que no puede mantener el déficit cero. El viceministro de Economía, Daniel Marx, y el secretario de Hacienda, Jorge Baldrich, presentaron ayer en Washington al FMI las nuevas proyecciones fiscales, y anticiparon que Argentina solicitará un waiver por el desvío en alrededor de 2000 millones de pesos en la meta acordada.
Economía demoró diez días la difusión de los resultados fiscales de octubre para no tener que admitir la caída de su plan maestro: el del déficit cero. Pero ayer, luego de las entrevistas de Cavallo, Marx y Baldrich, el Palacio de Hacienda dio a conocer que el mes pasado hubo un déficit del Tesoro de 676 millones de pesos (ver aparte). Y esto a pesar del recorte de 13 por ciento en jubilaciones y salarios, la reducción de las transferencias a las provincias, ajustes de hasta el 85 por ciento en las partidas de organismos públicos y todo lo que el Estado dejó de pagar porque no le alcanzan los recursos, provocando situaciones dramáticas como la del PAMI.
Una vez más, después de batallar incluso más allá de lo que marca la lógica, Cavallo tuvo que reconocer los límites de la realidad. Pero no quiere que el incumplimiento fiscal le haga perder el bastón que le ayuda a sostenerse en pie: los préstamos del FMI. El ministro pidió a O’Neill que interceda ante el organismo de crédito para que éste mantenga el programa de ayuda financiera. Sin los 1260 millones de dólares que el FMI debería enviar en diciembre –de acuerdo con lo convenido–, el Gobierno tendrá que reconocer otro hecho que hasta ahora se ha obstinado en negar: que no puede pagar la deuda.
Cavallo dijo en conferencia de prensa que la respuesta de O’Neill fue muy satisfactoria y que confía en que “los organismos internacionalessigan asistiéndonos con los desembolsos pendientes para lograr el crecimiento con equidad que necesita el país”.
En Buenos Aires, un operador cavallista describió lo que el ministro espera que ocurra de aquí en más: que sea un éxito el canje de deuda local, que se pueda lanzar el canje internacional, que el Congreso apruebe el Presupuesto 2002, y que el FMI siga ayudando a la Argentina. Un reconocido consultor de la city transmitió a Página/12, en cambio, el escenario pesimista: no habrá ayuda del FMI, entre otros motivos porque la recaudación caería este mes más de un 15 por ciento, se acelerará la huida de depósitos y el Gobierno dejará de pagar los intereses de la deuda luego de realizado el canje local. Ante el default, sobrevendría la devaluación.
¿Cuál de los dos escenarios prevalecerá?

 

Víctimas de la corrida

El Banco Central intervino la Caja de Crédito Floresta Luro Vélez, una cooperativa que cayó víctima de la ruptura de la cadena de pagos: la mayoría de sus clientes son pymes. El Banco Ciudad se hará cargo de la entidad a partir del miércoles próximo. Con más de 70 años de antigüedad, la Caja de Crédito Floresta posee tres sucursales y depósitos por 15 millones de pesos. De ese total, 10 millones están asegurados por Sedesa y el resto será aportado por el Ciudad. El traspaso de la pequeña entidad es un emergente de la crisis económica.
En tanto, el riesgo país alcanzó ayer un nuevo record, al finalizar en 2760 puntos. Las acciones, en tanto, cayeron 3,4 por ciento. La fuerte suba del riesgo país, de 89 puntos, se debió a que las AFJP se desprendieron masivamente de bonos Global 2008 en dólares, lo que hizo bajar su precio, para comprar un título similar pero más barato: el Global 2008 en pesos, que no forma parte del índice de riesgo país. De esta manera, las administradoras llevarán al canje el bono nominado en pesos, lo que les dejará una diferencia a su favor. En este contexto, la tasa interbancaria se situó en el 50 por ciento anual. Mientras tanto, los acreedores internacionales anunciaron que ya contrataron a abogados y asesores financieros para litigar en caso de que Domingo Cavallo incumpla con los pagos de la deuda.

 

El Tesoro medio vacío

El Tesoro Nacional registró en octubre un déficit de 676 millones de pesos, lo que eleva el desequilibrio acumulado en el año, a 7248,5 millones y dificulta el cumplimiento de la meta anual de 6500 millones comprometida con el FMI. Esto significa que para poder reducir el déficit al nivel acordado, el Gobierno debería lograr un superávit de unos 750 millones de pesos durante el último bimestre del año, meta a todas luces imposible. No obstante, al resultado final aún resta computar los saldos de los organismos descentralizados, institutos de la seguridad social y recursos afectados, que en su conjunto podrían reducir el déficit entre 100 y 130 millones. El desvío se originó como consecuencia de ingresos por 1395,9 millones de pesos y gastos por 2004. Los ingresos corrientes cayeron en 144,3 millones de pesos, básicamente por la disminución del producto de la colocación de reservas. Durante el mes de octubre se pagaron 874,2 millones de pesos por intereses de la deuda pública, lo que representa 190 millones de pesos más que en octubre de 2000 y equivale a casi el 45 por ciento del total de gastos.

 

DISCUTEN EN EL FMI Y El BM LA CRISIS ARGENTINA
“Nos están apoyando mucho”

“Siento que nos están apoyando y nos están apoyando mucho”, declaró ayer Domingo Cavallo tras su entrevista con Paul O’Neill, John Taylor y Alan Greenspan. “Por lo que he oído, el país y Cavallo están realizando un tremendo progreso” para sacar a la Argentina de la crisis, recalcó James Wolfensohn, presidente del Banco Mundial. “Las moratorias ordenadas deberían respaldar y no suplantar las fuerzas y la disciplina del mercado”, sostuvo la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo, en una virtual declaración de apoyo a la reestructuración de la deuda . Y el ministro de Finanzas de Canadá, Paul Martin, propuso la creación de un mecanismo que permita a los países que no puedan pagar sus deudas, entre los que mencionó a Argentina, declarar una moratoria y fustigó “las tasas de interés enormes” que se cargan sobre los préstamos .
Desde lo retórico, el respaldo al Gobierno y a su plan del canje de deuda fue otra vez rotundo, aunque, como viene ocurriendo hasta ahora, no fue acompañado de anuncios concretos sobre cómo se expresará ese sostén. Cavallo sabe que no tiene nada para mostrar y entonces repite que no está pidiendo nada. “Nosotros no hemos pedido garantías ni al Tesoro de Estados Unidos, ni al FMI, ni al BID, ni al Banco Mundial” para apuntalar el canje de deuda con los acreedores del exterior, aseveró el ministro desde Ottawa. “No estamos hablando de nuevos préstamos o más dinero”, añadió. Ante la consulta de si el Gobierno insistirá en su reclamo al FMI para que adelante el desembolso de 1260 millones de dólares, dio una respuesta evasiva: “Espero que los organismos internacionales sigan asistiéndonos”.
En rigor, su segundo, Daniel Marx, ya había anticipado anteayer que el Fondo resolvió no adelantar el envío del dinero. Ahora lo que se discute no es si los recursos llegarán antes, sino si habrá tal desembolso. Cavallo sostuvo que le “estamos dando al staff del FMI toda la información necesaria” sobre la situación fiscal. “En las próximas semanas habrá una misión a Buenos Aires y obtendremos el desembolso”, aseguró. Su confianza hasta el momento no fue acompañada por una declaración formal del organismo que le dé la razón. Cavallo se entrevistará hoy con directores del FMI y mañana se espera un encuentro con el director gerente, Horst Koehler.

 

OPINION
Por Alfredo Zaiat

Argentina está sola

Se sabe que la crisis argentina tiene en su mochila la debilidad de De la Rúa, las inconsistencias de Cavallo, un peronismo oportunista, un establishment autista, una banca insaciable y una convertibilidad que a esta altura destruye. Pero lo cierto es que esa mochila es mucho más pesada porque Argentina está sola. Nadie afuera la ayuda más allá de apoyos morales. La mala suerte para este gobierno es que el mundo financiero institucional cambió. Ya no es el de la década del 90, subvencionador de los países con problemas. Del FMI se fue el francés Michel Camdessus, amigo de Argentina, que incluso descubrió familiares en el país. También se fue Stanley Fischer, duro en fijar metas pero con vocación de bombero. Ahora, en cambio, el Fondo lo maneja el teutón Horst Köhler, y como segundo la republicana sin ánimo de fiesta, Anne Krueger. Ambos detestan el tipo de cambio fijo y además estuvieron en otra cosa cuando Argentina fue el alumno modelo del FMI. Para ellos no corren los antecedentes. Sólo evalúan los resultados económicos actuales que son, como se sabe, malísimos. Para colmo también cambiaron los estadounidenses. Vinieron los republicanos, que aborrecen los paquetes de salvatajes a los que eran tan afectos los demócratas y del que se aprovecharon México, Corea, Rusia y Brasil. Cada uno de ellos contó con abundantes recursos proporcionados por el Tesoro de Estados Unidos como del FMI, según el caso. Auxilios que sirvieron primero para aguantar la crisis y luego para el desenlace, que en todos fue la devaluación. Incluso los países de la región, más allá de los respaldos amistosos, miran para otro lado. Brasil dice que no es Argentina. ¿Se acuerdan cuando Cavallo, en el ‘95, con el Tequila decía que Argentina no era México?
Justo la crisis argentina vino a estallar cuando el mundo cambió. Se culpa a la Argentina, para justificar ese abandono, de que no cumple con lo prometido. Y que ya recibió mucho dinero. ¡No hubo país más obediente que Argentina! Hizo todo lo que le dijeron que hiciera. Durante los 90 y también ahora: se suicida con el déficit cero y el ajuste más brutal del gasto público. Hasta sigue la recomendación de Paul O’Neill de intentar un plan sustentable con reestructuración de la deuda. Y que Argentina recibió mucho dinero eso hay que probarlo. El blindaje de 40 mil millones es un monto mentiroso, puesto que el FMI sólo acercó no más de 8000 millones. Y el otro rescate apenas liberó 3000 millones. Turquía, por ejemplo, recibió mucho más y ahora tendrá otro paquete adicional. Ni hablar de los paquetes que sirvieron para salvar a las economías en crisis de 1995 hasta 1999. Argentina está sola con su crisis y sus circunstancias.

 

El Banco Central tiene una batería
de medidas para frenar la fuga

Por Claudio Zlotnik

La crisis financiera se está agravando. Según pudo saber Página/12, en los últimos dos días, el Banco Central tuvo que socorrer a un grupo de bancos privados y públicos con un total de 400 millones de dólares para que pudieran hacer frente al retiro de depósitos. El auxilio se otorgó a través de redescuentos (préstamos contra entrega de carteras de créditos). A la vez, un importante funcionario de Economía reveló a este diario que Roque Maccarone, presidente del BC, trasladó las reservas de la entidad depositadas en Nueva York y en Londres al Banco Internacional de Basilea para evitar un eventual embargo en caso de que la Argentina declare su cesación de pagos. El miércoles pasado, último dato disponible, los depósitos cayeron en 298 millones.
A diferencia de lo ocurrido en jornadas anteriores, tanto el jueves como ayer el Central no sólo salió a dar liquidez a algunos bancos públicos sino también a un grupo de entidades privadas. El auxilio del jueves habría trepado a 200 millones de dólares, lo mismo que ayer. En total, desde que empezó la crisis el Central ya otorgó asistencia por unos 5791 millones entre pases activos y redescuentos.
En este contexto de incertidumbre y de pérdida de depósitos, en el Central están diseñando medidas para hacer frente a la crisis. Ni Maccarone ni Domingo Cavallo pierden de vista que en lo que va del mes los depósitos totales cayeron 1742 millones, de los cuales 1100 millones fueron plazos fijos. Con esa sangría, en los bancos ya hay menos fondos que a mediados de agosto, cuando se había agravado la crisis y el Fondo Monetario se vio obligado a socorrer a la Argentina con 4260 millones que sirvieron para engrosar las reservas. En aquel momento crítico, los depósitos cayeron hasta 75.749 millones. Pero ahora hay 2415 millones menos y el FMI no parece con vocación de volver a ayudar. Desde febrero, del sistema financiero fugaron depósitos por 14.300 millones.
Frente a la gravedad de la crisis, en el BC reaccionaron con las siguientes medidas.
Se trasladaron las reservas al Banco de Basilea para que queden a salvo de un eventual embargo. En total son 18.756 millones de dólares. Lo mismo ocurrió con los 2700 millones que los bancos tenían depositados en el Deutsche Bank de Nueva York. “Si bien ese dinero es de los bancos, ante un embargo quedaría retenido al menos durante 90 días”, explicó un alto funcionario a este diario.
El BC recuperó las funciones de la Oficina Central de la Deuda Pública, que había dejado de manejar hace seis años. Allí se concentrará la recaudación de impuestos que garanticen el repago de los nuevos préstamos que surjan tras el canje.
Podría haber una baja en los encajes. La idea es premiar a los bancos que bajen las tasas pasivas de los plazos fijos pactados a más de 30 días.
También se analiza la forma de evitar problemas de liquidez en los bancos que se sumen al canje. Como se sabe, las entidades ya no tendrán bonos para vender en el mercado en caso de necesitar liquidez. El Central podría asistir con efectivo parte del bache.
Por último, habrá más medidas tendientes a bajar las tasas de interés pasivas. El problema es que podría profundizarse la huida.
Domingo Cavallo les confesó a sus íntimos que necesita de tres meses para terminar con el canje global de la deuda y regenerar la confianza. Pero cerca del ministro admiten que será muy difícil cumplir con esa meta. Lo cierto es que ningún plan funcionará si no frena la salida de depósitos y la caída de reservas. Los fondos del BC no sólo sirven para hacer frente a la fuga sino también para pagar los vencimientos de la deuda. En las próximas dos semanas, el Gobierno tiene compromisos por 1600 millones. “Es un escenario explosivo. Si la salida de depósitos continúa, los bancos nos van a pedir que hagamos algo”, señaló la fuente de Economía. A medida que pasan los días, el riesgo del default abierto se hace más presente.

 

OPINION
Por Arnaldo Bocco*

Dolarización: liberalismo talibán

No son sólo las declaraciones del ministro Cavallo al Wall Street Journal, acerca del repudio social a la moneda nacional y de la instalación del dólar como divisa cotidiana en las transacciones, lo que da indicios que la administración De la Rúa ha optado por acelerar la transición inminente a la dolarización. En todo caso, las declaraciones del funcionario son un síntoma grave de la preparación pública del paso a seguir ante el derrumbe que viene. La política económica ha dado una serie de pasos en ese sentido, que, en algunos casos son evidentes. A saber:
1 La norma dictada por el Banco Central que dispuso que el dólar pueda ser utilizado para la cobertura de los requisitos mínimos de liquidez que obran como garantía de los depósitos.
2La repatriación por parte del Banco Central de las divisas resultantes de la integración bancaria depositadas en el Deutsche Bank sucursal Nueva Yorky su integración a las reservas que apoyan la Convertibilidad. La excusa fue la pérdida de éstas, pero, lo cierto, es que pueden utilizarse como fuentes adicionales transitorias de liquidez para sacar los pesos del mercado en un eventual proceso de dolarización.
El momento parece ser el oportuno. Logrado el acuerdo político con el justicialismo por la coparticipación y antes del inicio de la fase 1 del tramo local del canje y en la semana que debe presentarse el Presupuesto 2002. El temor al fracaso de la reestructuración, que convertiría el canje voluntario en obligatorio, con el consiguiente default, puede obligar a la administración De la Rúa a poner toda la carne en el asador. En este caso el menú es el sacrificio de la política monetaria y cambiaria.
La dolarización de iure que acompañó a la dolarización de facto que puso en evidencia Cavallo sólo evita el riesgo de devaluación. La súbita desaparición de ese factor no implica automáticamente una baja del riesgo-país, sino un cambio de sus componentes. Para que quede claro, la dolarización implica que crecería el riesgo de default y mucho más aún las incertidumbres sociales asociadas con la recesión. El razonamiento acerca de la baja de tasas de interés por dolarizar, en este contexto es una verdadera falacia.
La eliminación definitiva del peso implicaría (además de la pérdida de soberanía y la eliminación del Banco Central) la consagración de las distorsiones de competitividad en términos de tarifas y servicios no transables que conforman el verdadero costo argentino, poniendo en peligro la viabilidad de muchas actividades productivas y fortaleciendo la capacidad de acumulación del sistema financiero y de las empresas de servicios. La posibilidad de supervivencia de aquellas que logren pasar el shock estaría asociada a su capacidad de compensación bajando otros componentes de su precio de mercado. Sí, adivinaron: salarios y beneficios empresariales que, casualmente, son los sustentos del consumo global.

Si gana la dolarización, gana el neoliberalismo talibán.
* Economista del Frepaso.

 

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